Según la ONU estamos frente a un peligro que podría causar la muerte de hasta 10 millones de personas para 2050
Un equipo de científicos de la Universidad de York, Inglaterra, Reino Unido, asegura mediante un estudio global, que cientos de ríos del mundo están contaminados con un nivel peligroso de antibióticos.
Esta situación de insalubridad genera bacterias resistentes a varios tipos de medicamentos.
Según Actualidad RT, los investigadores localizaron 14 antibióticos en lugares de 72 países del mundo, tomaron muestras de ríos importantes y famosos, como: Danubio, Mekong, Sena, Támesis, Tíber y Tigris y encontraron restos de esas sustancias en el 65 % de esas corrientes.
Los resultados fueron que el antibiótico más frecuente —en 307 de los 711 sitios analizados— es la trimetoprima, un fármaco que se emplea para tratar infecciones del tracto urinario; mientras que el segundo producto más abundante, con cantidades que superan los niveles de seguridad, es la ciprofloxacina.
¿Cómo sucede este fenómeno?
Los medicamentos terminan en los ríos por escapes de aguas residuales con desechos humanos y animales o procedentes de las plantas de fabricación. Por lo general, los límites seguros exceden mayormente en Asia y África, los especialistas aseguran que los niveles de contaminación en el resto del mundo implican una complicación global.
Una coalición de entidades para prevenir la resistencia a los antibióticos, específicamente, la AMR Industry Alliance, estableció que los niveles seguros para el agua varían de 20 a 32.000 ng/l —según el antibiótico—.
Sin embargo, en algunos casos los niveles de seguridad se superaron en 300 veces, lo que significa que las bacterias que aquí se desarrollan propagaran la resistencia a medicamentos en los humanos.
Terribles consecuencias
Esto se traduce en un peligro que podría causar la muerte de hasta 10 millones de personas para 2050, según estima la ONU en su «Informe Mundial de Medio Ambiente».
Para el profesor Alistair Boxall, líder temático del Instituto de Sostenibilidad Ambiental de Nueva York (Estados Unidos), resolver este problema «será un gran desafío» y requerirá «inversiones en infraestructuras para tratar residuos y aguas residuales», así como «una regulación más estricta y de la limpieza de sitios ya contaminados».
La pregunta es ¿podrán trabajar de manera mancomunada los Gobiernos del mundo con las fabricas de producción para la limpieza de los sitios ya contaminados, o se adaptaran a nuevas formas de producción de capital con políticas menos contaminantes y abrasivas para nuestro planeta?