Washington le declaró la guerra a Caracas y busca derrocar a Nicolás Maduro para colocar a un presidente que se someta a sus designios y garantice que los recursos petroleros y minerales sirvan a los intereses del sistema capitalista especulador
Venezuela es sometida a una presión económica por parte del Gobierno de Estados Unidos y del sistema financiero internacional, cuyo objetivo es concretar el derrocamiento del presidente constitucional Nicolás Maduro.
Desde Washington han aplicado sanciones unilaterales contra la nación caribeña, saqueado sus recursos y activos en el exterior y limitado sus operaciones petroleras, ocasionándole al país pérdidas que superan los 35 mil millones de dólares.
El Gobierno de Donald Trump ha movilizado a las entidades bancarias y calificadoras bajo su control para colocar a Venezuela como país con mayor riesgo para invertir en el mundo, al punto que hasta han prohibido que pueda negociar su deuda soberana.
En una entrevista concedida a El Ciudadano, el ingeniero mecánico y experto en políticas públicas energéticas, David Paravisini, analizó las razones que existen detrás del asedio económico y cuál podría ser el desenlace de los planes trazados por Trump contra Venezuela.
(CORREGIDO) Paravisini presidió la Comisión de Energía y Minas del Congreso de la República entre 1998 y 2000, y hoy integra la Comisión de Economía de la Asamblea Nacional Constituyente.
¿A qué intereses responden las calificadoras de riesgo y cuál es su influencia sobre la economía venezolana?
Las calificadoras de riesgo son operadoras internacionales que funcionan con una misma orientación política global y económica. Están relacionadas con Wall Street y con los centros financieros mundiales, además de estar vinculadas con el dominio global de la economía y con las grandes corporaciones. Tienen que garantizar que las tasas de acumulación de esas grandes corporaciones se mantengan en crecimiento.
El capitalismo financiero especulador mundial ha llegado a un punto en que ninguna variable debe quedar suelta para que se garantice que esas tasas se den. Los capitales responden para dar ganancia a la especulación.
Por su parte, los países que dependen de sus economías reales y productivas se enfrentan a estas calificadoras que son un instrumento más de la presión de las corporaciones y del sistema financiero especulador.
Estas corporaciones no solo atacan económicamente a las empresas y los países , sino que además actúan judicialmente, como es el caso de la directora financiera de Huawei (Meng Wanzhou) que está presa por supuestamente violar una regla inventada por Estados Unidos. Detrás lo que sucede es que Huawei está derrotando a las empresas occidentales en materia de tecnología de telecomunicaciones.
¿Por qué las calificadoras de riesgo insisten en pronosticar que Venezuela está al borde del default o cese de pagos?
Venezuela ha cumplido a cabalidad con sus pagos y compromisos internacionales, pero las calificadoras la ubican en la clasificación de países que están en default o a punto de no pagar. Eso sucede en otros países como Argentina, que está al borde del default y ha tenido que renegociar su deuda a unas cantidades impensables.
Lo que sucede es que estas operadoras no obedecen a criterios científicos, ni económicos.
Al “advertir” que un país está al borde del default, esto afecta los préstamos de cualquier organismo crediticio. La calificación de confianza o de confiabilidad afecta las tasas de interés con las que puedes acceder a los créditos.
Estas estructuras financieras dirigidas por Estados Unidos se han convertido en una cayapa (componenda), algo que tiene que ver con las mismas crisis del capitalismo global. Estados Unidos emite dinero sin ningún tipo de respaldo, ni de producción, ni de activos, que lo sustenten. Es un dinero inexistente.
Ante una crisis financiera internacional, las empresas más ricas, como Amazon y Google, podrían verse cien mil millonarias en nada.
Venezuela tiene lo que a esos países, esas economías, esos sistemas financieros y esas grandes corporaciones le está faltando. Venezuela cuenta con reservas de 300.000 millones de barriles petróleo que podrían ser el soporte para una cantidad de dólares que están guindando en la nada.
En su abuso de poder (el sistema financiero) pretende contar con un activo que respalde esa masa monetaria.
Venezuela ha tomado la decisión de administrar sus recursos de manera soberana, que no quiere decir cerrada. Pero estos grandes intereses corporativos quieren apoderarse de esas riquezas y utilizan a las calificadoras de riesgo, que son parte de las mismas estructuras financieras, para agredir, aislar y asfixiar a Venezuela.
Están buscando un desenlace político, que es parte de un proceso de derrocar al gobierno revolucionario y democrático, para instalar un gobierno que inserte a Venezuela en esa dinámica capitalista global. Y van a mantener la presión hasta que eso suceda.
Ya tienen al candidato, Juan Guaidó, y también tienen unos partidos de derecha para buscar ese escenario. Sin duda van a seguir con la presión.
¿Cuál es el objetivo de toda esta agresión económica?
El objetivo es militar. A pesar de que por años ha habido amenazas, la agresión se hizo real con el decreto administrativo aplicado por el gobierno de Barack Obama en 2015, que declara a Venezuela como «amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”, eso es una declaración de guerra.
Lo que se quiere es que Venezuela oriente sus recursos y decisiones políticas en función de los intereses de Washington. El objeto es que ese país al que le declaraste la guerra se someta a tus intereses.
¿Cómo se explica el robo de activos venezolanos?
El robo de los recursos y activos venezolanos en el exterior es un atraco. Ellos (el imperialismo) han ido tras el dinero que tiene Venezuela en los bancos internacionales para robárselo, para eso buscan la firma de alguien del Departamento de Estado y de Juan Guaidó, un señor que se autoproclamó presidente de Venezuela en una plaza.
Esas acciones son muy frágiles y tienen una debilidad intrínseca que es una ilegalidad, es un robo, y en esos países hay leyes, hay tribunales mercantiles que en un momento determinado pueden determinar esa ilegalidad.
El tiempo comienza a jugar en contra de esas acciones que no tienen asidero legal. No hay nada que le permita al Novo Banco de Portugal, ni al Banco de Londres, en Reino Unido, disponer de recursos que son del Estado venezolano.
Por la vía de la fuerza, el concierto internacional dirigido por Estados Unidos, ha ejercido una presión brutal, extorsionando a países que supuestamente deberían ser libres, pero que actúan y responden a sus presiones y finalmente secuestran y roban el oro y el dinero de Venezuela.
¿Cómo Estados Unidos puede chantajear a esos países?
Sobre este tema me he puesto a pensar, ¿cuál es el chantaje contra países como Alemania o Inglaterra? Tú puedes chantajear a un país pequeño como Guyana, puedes chantajear a Sebastián Piñera que políticamente es una rata, que antes de la campaña decía que Trump era lo peor que le podía pasar a Estados Unidos y al mundo, y ahora es un perrito que le mueve la cola.
Me pregunto qué está haciendo que países como Alemania, Francia e Inglaterra, que son tan poderosos, sedan al chantaje y la presión. Considero que la razón es esa gran estafa mundial, esa gran emisión de dinero sin ningún tipo de respaldo, que no solo lo hace Estados Unidos, sino que también es una práctica de bancos europeos.
Son sumas gigantescas de dinero que no tienen ningún tipo de respaldo de un activo. El gran chantaje de Estados Unidos es que le dice a esos países: ‘si yo me vengo abajo, ustedes también’.
Están todos amarrados al mismo sistema capitalista global, a una gigantesca estafa mundial, a la que no tienen manera de zafarse, sino ocupando otros países, haciéndose de sus materias primas y de mano de obra esclava que les permita sostener sus tasas de acumulación creciente, a pesar de que estén destruyendo el mundo.
No tengo otra explicación sobre cómo países con una doctrina diplomática en materia de relaciones internacionales como el caso de Alemania, que después de la derrota de la segunda guerra mundial, de tener un país dividido por tantos años que tuvo que convivir realidades antagónicas en su propio terreno, decida apoyar a un señor que se autoproclama presidente de Venezuela solo porque tiene el respaldo de Estado Unidos.
No hay argumentos suficientes para que se justifique una violación de tal magnitud contra un país, violar sus derechos y sus activos. Es un saqueo global lo que se está dando contra sus riquezas.
Lo más lamentable es que hay un grupo de venezolanos (la oposición) que está avalando y exigiendo sanciones a cambio de que los pongan a gobernar.
Todo el mundo ya sabe lo que van a hacer, ellos son el instrumento para que se produzca una ocupación por parte de gobiernos extranjeros a nuestra nación y a nuestros recursos.
Ellos (la oposición) están dispuestos a entregar y regalar todas las riquezas y recursos naturales con tal de que los pongan en el poder.
¿Los recursos que están siendo robados pueden financiar una intervención militar a Venezuela?
Estados Unidos no tiene recursos disponibles para ejecutar una intervención militar en Venezuela. Si por ejemplo Donald Trump quisiera contratar a Blackwater (empresa militar privada) y a sus mercenarios para invadir Venezuela tendría que solicitar ese dinero al Congreso.
Por eso se le ocurrió hacer algo más absurdo: inventarse un presidente (Guaidó) que nombra autoridades en Citgo -la filial estadounidense de PDVSA- para que utilicen los recursos de ese corporación petrolera para contratar a mercenarios.
Ellos están cogiendo ese dinero a manos llenas y el algún momento van a tener que rendir cuentas y devolverlo a los venezolanos.
Si logran derrocar finalmente a Maduro, si invaden e instalan a Guaidó en la presidencia, la primera medida que tomará sin duda alguna será formalizar todo el robo que nos han hecho a los venezolanos.
¿Es posible que el Gobierno venezolano pueda recuperar esos activos?
La recuperación depende de la política. Si prospera la política del diálogo y la paz y respeto a la Constitución que propone el presidente Maduro, entonces se habilitarán los mecanismos para que los procesos judiciales que se están llevando a cabo en los tribunales mercantiles y financieros puedan desarrollarse.
Pero si los países no reconocen a nuestra autoridades y reconocen a Guaidó, ¿cómo se prospera en el reclamo de nuestros activos?
Incluso, Donald Trump firmó un decreto que prohíbe transar nueva deuda emitida por el gobierno de Venezuela y su petrolera estatal PDVSA.
¿Con qué competencia puede tomar estas medidas?
Es inentendible, porque la única forma de entender este tipo de acciones es que Estados Unidos se siente con un derecho que no existe, que no tiene en ni en la Carta de las Naciones Unidas, ni en las propia leyes de estadounidenses, ni en las venezolanas. ¿Cómo un agente externo te va a decir cómo vas a negociar tu deuda?
Eso es parte de la batalla por la autodeterminación. Los pueblos son libres y soberanos para negociar o renegociar sus deudas de acuerdo con sus leyes.
El país más poderoso del mundo puede hacer lo que está haciendo, pero está rompiendo todas las leyes internacionales. No hay soporte, no tiene legitimidad.
¿Cómo la agresión económica puede afectar la relación de Venezuela con sus acreedores?
Las deudas con Rusia y China se discutirán con ellos, que son nuestros grandes acreedores. Considero que se volverán a discutir los pagos, las condiciones, se volverán a replantear los pagos y se hará una reestructuración. Ellos están viendo las dificultades y los efectos de las sanciones y están ayudando a Venezuela.
¿Qué nuevas sanciones puede aplicar Washington?
¿Que más les falta por hacer? Venezuela tiene sus cuentas en el exterior congeladas. El petróleo está confiscado, nos han robado Citgo y nuestros activos.
Han ampliado las medidas y las sanciones individuales contra funcionarios públicos. Por ejemplo a los constituyentes nos quitaron las visas y están buscando en dónde tenemos cuentas para cerrarlas.
¿Qué podrían hacer para endurecer las medidas? Podrían aplicar un cerco marítimo y aéreo, pero habría que ver si van a poder impedir que los barcos y aviones de China, Rusia, Irán y Turquía lleguen y salgan de Venezuela.
Pueden ampliar las medidas financieras. Pero, ya deben haberse dado cuenta que no tienen un liderazgo para lograr la intervención en Venezuela. Han cumplido sus amenazas, aplicado tosas sus sanciones y el presidente Maduro sigue aquí.
Tienen que cambiar la estrategia, porque no van a renunciar a sus intereses, tienen un problema económico y no sólo lo tiene Donald Trump, sino que también lo tiene Angela Merkel, Emmanuel Macron y Theresa May.
¿Puede darse un escenario de bloqueo como el que ha sufrido Cuba desde 1960?
Cuba tuvo durante años a la Unión Soviética que le dio apoyo, pero el escenario actual de Venezuela no es mismo. Venezuela cuenta con ayuda de China, de Rusia, de Turquía e Irán.
Asimismo, la mayoría de la ONU, más de 140 países reconocen al gobierno constitucional y legítimo de Venezuela.
¿Por qué la presión económica no le ha funcionado a EE.UU.?
Estados Unidos jugó una estrategia de corto plazo, pensó que en dos o tres semanas iba a caer el presidente Maduro, pero no fue así y el tiempo comienza a jugar en contra.
En los países del mundo hay gente seria, y están pensando qué pasará si se siguen rompiendo las reglas. ¿Quién defendió la Embajada de Venezuela en Washington? Los lo propios (activistas) gringos. ¿Quiénes está defiendo los intereses de Venezuela en Francia? Los chalecos amarillos.
Esto se les va a salir de las manos porque es algo insólito, no es la defensa del socialismo, es un tema de la seguridad de toda la humanidad, cuyo origen está en la voracidad de los sectores financieros globales que no hayan que hacer para salvar riquezas falsas, producto de la estafa de los bancos centrales del mundo que emiten dinero sin respaldo.
Quieren invadir Venezuela, pero necesitan un componente armado, una figura civil y apoyo popular, pero no consiguen fuerza armada y pueblo, porque ese pueblo que supuestamente apoya a Guaidó no sale a la calle. No hay liderazgo, no hay manera de que Guaidó remonte. La estrategia del Gobierno de Estados Unidos falló, por eso es posible que el diálogo se abra.
Estados Unidos no va a renunciar a sus aspiraciones de tener una cuota de la riqueza nacional, de nuestros recursos naturales, pero tendrá que participar en una mesa de diálogo, donde el presidente Maduro representa al Estado y defiende los intereses y la soberanía de Venezuela, porque fue electo por el pueblo de acuerdo con la Constitución y las leyes.
¿Y entonces cuáles consecuencias podría afrontar Washington de no rectificar?
Washington debe recordar que la invención de la guerra de Vietnam les dejó 52 mil soldados muertos y una derrota gigantesca y una crisis económica y financiera de la cual aún no han podido salir. Todo está allí.