Ambos mandatarios mantienen una conexión, al punto que el Presidente chino es el único líder extranjero con el que el Jefe de Estado ruso ha celebrado su cumpleaños
Mientras que en Europa los viejos aliados celebraban el 75° aniversario del desembarco a Normandía durante la Segunda Guerra Mundial, en Moscú dos gigantes sellaban su alianza. El presidente chino, Xi Jinping, y su par ruso, Vladimir Putin, mantuvieron este jueves 6 de junio una cumbre, tras la cual Xi reafirmó que Putin es su «amigo más cercano».
La relación entre ambos líderes se ha fortalecido a través de los años. Se conocieron en 2013, cuando Xi visitó a Putin en la capital rusa. Aquel viaje duró por apenas 36 horas, de las cuales pasaron ocho juntos. Desde entonces han mantenido 30 encuentros.
En los últimos seis años, Xi ha visitado Rusia 8 veces y Putin ha estado en China en 9 oportunidades.
“He tenido interacciones más cercanas con el presidente Putin que con cualquier otro colega extranjero. Es mi mejor e íntimo amigo. Valoro mucho nuestra profunda amistad”, afirmó el Mandatario chino antes de partir a Moscú, donde este viernes se celebrará el 70º aniversario de las relaciones diplomáticas entre las dos naciones
«Con Vladimir Putin establecimos estrechos contactos de trabajo y trabamos una profunda amistad personal. Nuestras relaciones sirven de ejemplo para la formación de unas relaciones internacionales de nuevo tipo”, aseveró, citado por la agencia de noticias Sputnik.
Sin duda, ambos mandatarios mantienen una conexión. El presidente chino es el único líder extranjero con el que el Jefe de Estado ruso ha celebrado su cumpleaños.
“Tomamos un vodka y salchichas”, reveló Putin en 2018, al relatar cómo compartió con Xi en dicha ocasión.
Ese mismo año, Xi le otorgó a su homólogo ruso la primera Medalla de la Amistad, un galardón creado por Pekín para distinguir a los extranjeros más apreciados y cuyos méritos que contribuyan a la modernización de China y a la paz mundial.
“Putin es totalmente digno de esta condecoración», subrayó en esa oportunidad el mandatario chino, un año después de que el presidente de Rusia le otorgó la Orden de San Andrés, la máxima condecoración estatal del Kremlin.
Diplomacia de los pandas
Ambos presidentes reeditaron la “diplomacia de los pandas», después de que el gigante asiático regalara a su vecino dos ejemplares de esta especie, con fines científicos.
«Me gustaría darle las gracias al señor Xi por la cesión al zoológico de Moscú de dos pandas gigantes», comentó el miércoles un sonriente Putin, quien es un gran amante de los animales, al puntos de dejarse ver con tigres siberianos o leopardos de las nieves.
«Valoramos altamente el gesto de amistad«, subrayó Putin, al recibir el regalo durante su visita a China en abril, aunque fue esta semana que se inauguró el pabellón con los dos nuevos inquilinos del zoo moscovita.
Hasta allí se acercaron los dos Jefes de Estados para visitar el nuevo hogar de los pandas -el macho Ru Yi, nacido en 2016, y la hembra Ding Ding, nacida en el 2017-.
Está previsto que Ru («Los deseos se hacen realidad») y Ding («El sonido de las gotas cayendo») permanecerán en el zoológico moscovita durante 15 años, plazo en que los especialistas rusos estudiarán sus hábitos y la posibilidad de que pandas en cautiverio puedan volver a aclimatarse a la vida salvaje.
Relaciones bilaterales
China regaló a la entonces Unión Soviética su primer panda gigante en 1957, como muestra de las buenas relaciones entre ambas naciones.
Hoy, 62 años después, la relación bilateral entre ambas potencias cada día cobra más importancia, bajo la amenaza proteccionista del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la incertidumbre de una Europa cada vez más dividida y en pleno Brexit.
China y Rusia comparten 4.000 kilómetros de frontera y un intercambio comercial que superó los 107 mil millones de dólares en 2018.
El año pasado, las exportaciones chinas a Rusia aumentaron 12 % y ascendieron a 43.450 millones de dólares, mientras que las importaciones procedentes de Rusia se dispararon 44,3 %, para situarse en 53.780 millones de dólares.
Esta cifra es relevante, ya que en 2018 el intercambio comercial entre Estados Unidos y Rusia fue de 27.500 millones de dólares.
El comercio bilateral entre Pekín y Moscú no se detiene, y en el primer cuatrimestre de este año se ubicó en 33.172 millones de dólares, lo que supone un crecimiento interanual del 5,8 %, de acuerdo con datos de la Administración General de Aduanas de China.
Adicionalmente, China participa en unos 30 proyectos de inversiones en Rusia, con un monto que supera los 22.000 millones de dólares. La cooperación binacional abarca áreas como energía, tecnología, aeronáutica, interconectividad, agricultura, finanzas, turismo, petróleo y gas.
Entre los planes conjuntos que promueven se encuentra el gasoducto Power de Siberia, que comenzará a bombear gas a China en diciembre próximo. También está previsto que la empresa rusa Novatek le venda a industrias chinas una participación en su proyecto de gas licuado en el Ártico.
Aliados frente a Trump
Xi Jinping y Vladimir Putin tienen muchas cosas en común. Ambos comparten una perspectiva nacionalista y sus sistemas de gobierno representan alternativas al modelo occidental. Tanto uno como el otro tratan con respeto a sus aliados, que generalmente siempre son atacados por la Casa Blanca.
Los dos han incrementado su cooperación militar; han votado juntos en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra la intervención de potencias occidentales en Siria; Moscú se ha opuesto a las patrullas occidentales en las aguas internacionales del mar del Sur de China; y defienden la democracia y la paz en Venezuela.
Sin embargo, un punto que une ambos mandatarios es su decisión de hacer frente a la política agresiva de la administración Trump. Tanto Rusia como China están inmersos en conflictos económicos con Estados Unidos.
Moscú está enfrentando el aluvión de sanciones aplicadas desde Washington, mientras que Pekín se encuentra en medio de una guerra comercial, que incluye prácticas de boicot e imposición de aranceles que resultan perjudiciales para su crecimiento económico.
«Si Estados Unidos asume que Rusia y China son una amenaza y decide enfrentarse a ambos al mismo tiempo, entonces se hace inevitable una alianza temporal entre ellos«, planteó Bruno Macaes, analista y reportero desde Pekín, para el Moscow Times.
Macaes señaló que Putin y Xi se presentan como defensores del libre comercio y opositores al proteccionismo. Ambos consideran que sus economías, impulsadas por las exportaciones, están bajo la amenaza de Trump.
Serguéi Lukokin, de la Academia de Ciencias de Rusia, indicó que aunque la relación y los acuerdos bilaterales “no van a paliar el efecto de las sanciones de Washington” sí pueden “aliviar en sectores concretos, como el energético o el tecnológico, donde hay bastante margen”.
Nuevos acuerdos
Este nuevo encuentro en Moscú entre Putin y Xi Jinping sirve para que China y Rusia fortalezcan su relación económica. Ambos mandatarios suscribieron 30 nuevos acuerdos comerciales y económicos, en las áreas de energía e inversiones.
De hecho, ya los dos presidentes firmaron un acuerdo para expandir el uso del yuan y el rublo en operaciones financieras bilaterales, alejándose del dólar estadounidense.
El convenio estipula que Moscú y Pekín cooperarán en el desarrollo de los sistemas de pago nacionales, y facilitarán los pagos transfronterizos en monedas nacionales y otras, reseña el portal Actualidad RT.
En el marco de la visita de Xi Jinping a Moscú, el gigante ruso de la energía nuclear, Rosatom, y la Corporación Nacional Nuclear de China firmaron un contrato para la construcción de dos unidades de energía en la central nuclear de Xuidapu.
Además, ambos países acordaron invertir conjuntamente 1.000 millones de dólares en la creación del Fondo de Innovación Científica y Técnica ruso-chino.
Sin embargo, el acuerdo que más trascendió fue el que firmó el gigante chino de las telecomunicaciones Huawei con la compañía rusa MTS, para desarrollar una red 5G en Rusia en 2020, a pesar del boicot perpetrado por EE. UU. por supuestamente representar una “amenaza para su seguridad”.
El acuerdo incluye «el desarrollo de tecnologías 5G y el lanzamiento piloto de redes de quinta generación en 2019-2020″, informó MTS en un comunicado, mientras que Guo Ping, uno de los directores de Huawei, manifestó sentirse «muy contento» con el acuerdo «en un área de importancia estratégica como 5G».
La visita del Xi Jinping a la nación euroasiática coincide además con la realización del Foro Económico Internacional de San Petersburgo, que reúne a más de 50 gerentes de alto nivel de Rusia y unos 60 de China, y en el que el mandatario chino es el invitado de honor.
Posturas conjuntas en política internacional
En este nuevo encuentro, los mandatarios evalúan sus posturas comunes frente a temas de interés internacional, como el desarrollo de la Unión Económica Euroasiática y su conexión con la iniciativa china de la Franja y la Ruta.
También conversaron sobre la crisis en Siria, la situación en Corea del Norte y la creación de un mecanismo que garantice la paz y seguridad en el noreste de Asia.
Tanto Xi como Putin son los principales respaldos internacionales del Gobierno legítimo de Nicolás Maduro en Venezuela, al punto que este miércoles emitieron una declaración conjunta en la que llamaron al diálogo en Venezuela y se opusieron a una intervención extranjera en el país latinoamericano.
Además, recalcaron su oposición a las sanciones unilaterales de Washington a Irán, y pidieron a Teherán que se abstenga de tomar medidas para terminar el Plan de Acción Integral Conjunto sobre el programa nuclear.
También rechazaron la retirada de EE. UU. del tratado de armas nucleares de medio alcance (INF), mostraron su preocupación por la creciente amenaza de una carrera armamentista en el espacio y pidieron un acuerdo internacional legalmente vinculante que las prohíba.
«La prohibición del despliegue de cualquier arma en el espacio evitaría una amenaza grave para la paz y la seguridad mundiales», expresaron Putin y Xi en un comunicado conjunto.
De Normandía a Moscú
Este jueves, los líderes de países como Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia se reunieron para conmemorar el 75° aniversario del asalto a Normandía por parte de las fuerzas aliadas, en una Francia ocupada por los nazis, en junio de 1944.
Sin embargo, los líderes de Rusia y China, dos países que hicieron sus propios sacrificios para derrotar a las fuerzas de Hitler, no estuvieron presentes.
Las dos reuniones internacionales resultaron contrastantes, en la primera se celebraron las glorias pasadas de una alianza histórica y en la segunda, en Rusia, se apostó por fortalecer una alianza en pro de un nuevo orden mundial más justo.
En Normandía fue evidente la incomodidad ante un Trump y su retórica de «América Primero», que refiere exclusivamente a Estados Unidos y que amenaza con librar una guerra diplomática y económica contra enemigos y aliados, mientras que en Moscú prevalece el diálogo, la cooperación y la amistad.
“Ahora nos estamos esforzando por trabajar estrechamente en el escenario mundial en aras de la estabilidad, la seguridad global y regional. Juntos, nuestros países hacen una gran contribución para resolver los problemas mundiales agudos, contrarrestar los nuevos desafíos y amenazas, abogan conjuntamente por la formación de un nuevo orden mundial equitativo basado en la multipolaridad», aseveró este jueves Putin, al lado de Xi Jinping.