El presidente de la Asamblea Nacional (en desacato) de Venezuela, Juan Guaidó, anunció este viernes con bombos y platillos la «aprobación» de un «decreto para proteger el derecho a la identificación de nuestra diáspora».
Para el parlamentario, quien se autoproclamó «presidente encargado» en enero de este año, la medida significa un «gran paso».
Y, según anunció en sus redes sociales, significa la extensión «por 5 años de la vigencia de todos los pasaportes venezolanos emitidos a la fecha, incluyendo los pasaportes vencidos antes de la publicación de este Decreto».
Asimismo, Guaidó agradeció el «reconocimiento y respaldo del Gobierno de los Estados Unidos» a su «medida». Una posición cantada, pues es Washington quien financia e impulsa la estrategia golpista contra el presidente venezolano Nicolás Maduro.
«Podrán adoptarse medidas especiales de protección en el marco de la crisis masiva de refugiados y migrantes, incluyendo la emisión del documento de identificación personal que cumpla la función de pasaporte de emergencia o provisional por las embajadas», dice el decreto.
En el documento, se precisa que «las embajadas de Venezuela (que no controla Maduro) en el extranjero podrán prestar servicios consulares a los fines de emitir la identificación consular, definida como el documento de identificación que permitirá a los venezolanos identificarse ante las autoridades del Estado en el que residen», reseñó EFE.
La primera realidad con la que se enfrenta este «decreto» es que la mayoría de la comunidad internacional sigue acogiendo a los embajadores designados por Maduro.
Por otro lado, la gran pregunta que se hacen muchos venezolanos es: si Guaidó tiene el poder para «decretar» medidas de este tipo, con el aval de EE. UU., ¿por qué no aboga para levantar el bloqueo que ha complicado la atención médica de los venezolanos y el acceso a medicamentos y alimentos?
De acuerdo con las cifras presentadas en un informe del Ministerio para Relaciones Exteriores de la nación sudamericana, 46 % de los medicamentos que requiere la nación sudamericana se importaban desde EE. UU., España e Italia.
En abril, por ejemplo, Maduro denunció que el banco portugués Novo Banco bloqueó más de mil 700 millones de dólares que estaban destinados a la compra de medicinas y alimentos.
El pasado lunes 27 de mayo también informó que varias embarcaciones que se dirigían al país con suministro de gasolina y alimentos para el programa social de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) fueron objeto de la técnica del sabotaje por parte de EE. UU.
En línea general, la Casa Blanca sigue apretando la soga contra los venezolanos que siguen en el país mientras Guaidó aboga por extender la vigencia de los pasaportes vencidos.
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