El Maule: Comunidades exigen clausura de planta de agroindustria porcina Coexca

Por Martina Paillacar Mutizábal, periodista Colectivo Informativo Mapuche Mapuexpress / ¿Qué haría Usted si tuviera por vecino a COEXCA S

El Maule: Comunidades exigen clausura de planta de agroindustria porcina Coexca

Autor: Absalón Opazo

Por Martina Paillacar Mutizábal, periodista Colectivo Informativo Mapuche Mapuexpress / ¿Qué haría Usted si tuviera por vecino a COEXCA S.A, empresa de un plantel porcino de crianza y engorda de miles de cerdos, que genera insoportables olores producto de los purines, que atrae moscas, vectores y roedores a la localidad y por tanto, a su hogar?  ¿Qué haría Usted si sabe que la mencionada industria presenta múltiples denuncias por irregularidades en su contra y que tiene por anulada su Resolución de Calificación Ambiental y que por tanto, no cuenta con permisos para su funcionamiento a capacidad máxima?  ¿Qué haría Usted si en su hogar, su familia recibe semanalmente agua en camiones aljibe mientras el proyecto de la empresa contempla el uso de miles de litros de agua diarios?

Esta es la situación que deben enfrentar diariamente los/as vecinos/as de El Arbolillo y sus alrededores, San Javier de Loncomilla, Cauquenes, entre otros, en la Región del Maule, que no sólo ven su salud, calidad de vida y derechos amenazados, si no que deben ver cómo la agroindustria porcina que cuenta con capitales públicos daneses y avalada por el Estado, convierte la otrora tranquila localidad cercana a las Ciénagas del Name -humedal constituido como Zona prioritaria para la conservación de la Biodiversidad Biológica- en una zona de sacrificio ambiental.

Es en este contexto, el pasado jueves 16 de mayo, la organización “Maule Sur por la Vida” junto a organizaciones sociales de la Región del  Maule, junto al alcalde de San Javier, Jorge Silva, acudieron a la Cámara de Diputados de Chile, para reunirse con el Superintendente de Medio Ambiente (S) Rubén Verdugo, y los senadores Alfonso De Urresti y Álvaro Elizalde, con el fin de exponer la problemática que afecta a cientos de familias y solicitar el cierre definitivo de la empresa productora, procesadora y comercializadora de carne de cerdo.

Teresita Herrera, presidenta de la organización medioambiental “Maule Sur por la Vida”, señala: “La comunidad no espera que la empresa mejore ni cambie de tecnología, lo que queremos es que la empresa cierre y se vayan. Con el nivel de comportamiento y el daño producido que tienen, no tenemos confianza en ellos, exigimos que se vayan”.

Eduardo Ramírez González, de 13 años de edad, estudiante de la Escuela Manuel De Salas, de San Javier de Loncomilla, quien vive a 800 metros de COEXCA, contó que “nos enteramos que habían llegado los chanchos al campo cuando esta empresa se instaló al lado de nuestra casa, cuando ya tenían construido y empezaban a salir olores raros y vimos cómo el pasto se secaba. Recién ahí nos dimos cuenta que tenían construido y sin los permisos”. 

Esto, añade, le ha afectado en su diario vivir: “Cuando salgo en las mañanas, hay un olor que no se soporta, tengo que taparme la nariz a la hora de ir a la escuela porque si no vomito, después ando con dolor de cabeza”.

“Siento rabia porque vinieron a destrozar un lugar que antes era bonito. Me da rabia porque si saben que hay niños chicos. ¿Por qué ponen esa cuestión ahí al lado de nuestras familias?  Lo mejor debería ser que cerraran la chanchera y se fueran de aquí para que no siguiera saliendo olor, y que no los admitan en ninguna parte donde vivan niños chicos porque nos afecta a todos, a niños, a personas embarazadas y ancianos”, añade Eduardo.

Por su parte, Ramón Romo Toro, presidente de la Junta de Vecinos Santa Rosa de la Puntilla y miembro de Maule Sur por la Vida, cuya casa también colinda a la Empresa Coexca, acusó que la comunidad local jamás se enteró de la llegada del plantel, el año 2008. 

“Jamás se nos consultó ni informó que tendríamos por vecinos a esta empresa -enfatiza-, tampoco se nos comunicó sus consecuencias negativas. Queremos que se vayan, es imposible creer en las autoridades de la zona y en la empresa, porque han pasado años y todo sigue igual. Al final somos nosotros los que estamos sufriendo, esta empresa vino a destruir el campo, a contaminarnos, a secar nuestros ríos, a destruir familias humildes. A Coexca la vida humana y las comunidades locales afectadas les importa un carajo”, fustigó Romo.

En tanto, Álvaro Letelier, Ingeniero Civil e integrante de Maule Sur por la Vida, comentó que “esta planta desde el día uno está en infracción. Y eso nos demuestra que no hay voluntad alguna en mejorar o hacer las cosas bien. Hasta el día de hoy llevamos más de 140 denuncias en la Seremi de Salud por olores insoportables y diversos malestares físicos a consecuencia de ello. Y además 17 denuncias en la Superintendencia de Medioambiente”.

En esa línea, una situación que preocupa especialmente a la comunidad local, es que el año 2017 ingresa como accionista a Coexca S.A el Fondo de Inversión Danés IFU-DAF que corresponde a un capital para “inversiones “sostenibles”, y la empresa JB Equity Limited que tiene también un enfoque en la “agricultura sostenible”. 

Con este mensaje de “sostenibilidad” ofrecen capital y asesoramiento a proyectos relacionados con la agroindustria en países en que conste que tienen un ingreso per cápita bajo, para practicar la “agricultura sostenible” de Dinamarca, en estos países. Sobre ello, Letelier, comenta: “Lo que nos genera indignación es que Dinamarca se plantea frente al mundo como una potencia mundial en el cuidado del medio ambiente, pero vienen a contaminar pueblos como el nuestro. No queremos que nos vean como el patio trasero de Europa”.

Otros de los aspectos que inquieta a la comunidad organizada, es el aprovechamiento que hace la empresa de una comunidad vulnerable económicamente. “Aprovechando la asimetría existente -denuncian- la empresa está actuando con perversión y abuso tratando de quebrar y dividir el movimiento que resiste a la vulneración de sus Derechos”.

Así, denuncian que Coexca ofrece a los/as vecinos/as estanques de agua, obsequios en carne u otros con motivo de legitimar su actuar:  “Con esto -señalan las organizaciones locales- intentan quebrar el movimiento y a las familias, aprovechándose de la pobreza de la gente”.


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