Un reciente estudio norteamericano sobre el impacto de la contaminación por plástico, ha encontrado que una persona promedio come y respira hasta 120.000 partículas de este material al año.
Los efectos de la ingestión de estas partículas en la salud aún se desconocen, pero se cree que algunas piezas son lo suficientemente pequeñas como para ingresar a los tejidos humanos, donde podrían desencadenar reacciones inmunitarias o liberar sustancias tóxicas.
Los investigadores estimaron que la persona promedio consume entre 74.000 y 121.000 partículas microplásticas cada año, según la edad y el sexo, y que las personas que beben solo agua embotellada podrían consumir 90.000 microplásticos adicionales cada año. Según el artículo publicado en la revista Environmental Science & Technology, esta estimación es conservadora, porque la cifra podría ser aun mayor.
La investigación, dirigida por el Dr. Kieran Cox de la Universidad de Victoria, Canadá, es la primera en estimar la ingestión humana de plástico. Desde que comenzó la producción en masa de plásticos en la década de 1940, estos polímeros versátiles se han extendido por todo el mundo y su eliminación se ha convertido en un problema creciente. Los microplásticos se producen cuando los productos plásticos grandes se degradan en el medio ambiente o se desprenden durante el envasado.
Los investigadores revisaron 26 estudios previos que analizaron las cantidades de partículas microplásticas contenidas en pescados, mariscos, azúcares agregados, sales, alcohol, agua del grifo o embotellada y en el aire. Luego analizaron qué cantidad de estos alimentos consumen las personas, observando las ingestas dietéticas recomendadas entre 2015-2020 para los estadounidenses. Muchos tipos de alimentos y bebidas no fueron probados y el estudio solo evaluó el 15% del total.
«Estas estimaciones están sujetas a grandes cantidades de variación; sin embargo, dadas las limitaciones metodológicas y de datos, estos valores son probablemente subestimados», escribieron los investigadores en el documento. «Estos datos sugieren que los microplásticos se seguirán encontrando en la mayoría, si no todos, los artículos destinados al consumo humano».
El profesor Richard Lampitt, líder del Equipo de Investigación Microplástica en el Centro Nacional de Oceanografía de Reino Unido, quien no participó en la investigación, opinó que el documento «es una evaluación cuidadosa de los datos que se han publicado hasta la fecha y que las conclusiones son sólidas».
Sin embargo, la Dra. Stephanie Wright, investigadora asociada en el King’s College de Londres, dijo que algunos de los estudios incluidos deben interpretarse con cautela. «El tamaño es un parámetro importante cuando se considera las implicaciones de cualquier exposición a partículas. Sin esta información, es difícil interpretar los hallazgos actuales, más allá del hecho de que consumimos microplásticos», dijo.
El cuerpo de evidencia es creciente y es esperable que las investigaciones continúen arrojando resultados que nos den más certeza sobre el plástico que los humanos estamos consumiendo sin darnos cuenta, incluyendo cuánto, cómo y sus consecuencias. La certeza con la que sí podemos contar es que, como ciudadanos y consumidores, debemos presionar política y comercialmente para reducir de manera crítica la cantidad de plástico circulando en el planeta.
Fuente: The Independent