La ONG denuncia los impactos de la ganadería industrial en el medio ambiente y la salud
A propósito de celebrarse la Semana Mundial Sin Carne desde el 17 al 23 de junio, los Amigos de la Tierra lanzaron la campaña #EnsuPuntoJusto con el fin de proponer la reducción del consumo de esta proteína animal y la apuesta por un modelo de producción más sostenible y saludable.
Con el mensaje Menos Carne, Mejor Carne buscan despertar en la ciudadanía reducir la ingesta de carne, apostar por una ganadería ecológica y extensiva, y exigir a las administraciones unas políticas basadas en principios agroecológicos.
Una ganadería a pequeña escala con un gran valor ambiental y social, que genera empleo en el medio rural, contribuye al buen estado de los ecosistemas y mejora la salud.
Además, los comedores escolares son ideales para adquirir nuevos hábitos alimentarios que sean saludables para las personas y el planeta.
A través de esta campaña la organización ecologista publica unos datos determinantes sobre los impactos de la ganadería industrial y su responsabilidad ante la crisis ecológica actual, reseña el portal Cuentame Algo Bueno.
Los datos que la ONG señala en su informe demuestran la grave contribución de la ganadería industrial a algunos de los problemas ambientales y sociales más críticos a los que se enfrentan nuestras sociedades.
Desde la crisis climática hasta los desplazamientos forzosos de diferentes comunidades. Por ejemplo, más de 9.000 familias son desplazadas cada año en Paraguay debido al acaparamiento de tierras para cultivar pienso para el ganado.
En la misma línea, el 70% de la deforestación en El Amazonas se debe a la producción de pienso, en su mayoría soja y maíz transgénico. Además, según la FAO, la ganadería industrial es responsable del 14% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.
En España, encontramos un claro ejemplo de los impactos de la ganadería industrial y su inviabilidad social y ambiental.
La industria cárnica produce tres veces más carne de la que comemos y la carne que no consumimos se exporta a países como China o diferentes países de la Unión Europea.
Sin embargo, la contaminación de suelos y acuíferos provocada por las macro-granjas se queda en los municipios españoles.
A modo de ejemplo, 142 municipios en Cataluña no cuentan con agua potable, y en Aragón el 20% de la población está expuesta a agua contaminada.
Pese a los conocidos impactos medioambientales y en la salud humana, las Administraciones Públicas siguen sin tomar nota de que los patrones de producción y consumo de carne son insostenibles.
Recientemente la Comisión EAT-Lancet ha establecido una dieta de “salud planetaria” en la que se aboga por una reducción sustancial en el consumo de proteína animal (carne, lácteos y huevos) y su sustitución por proteína vegetal (legumbres).
Con información de Cuentame Algo Bueno
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