El obispo Gaspar Quintana viajó hasta Freirina en el marco de las movilizaciones contra la reapertura de la planta de cerdos de Agrosuper. En la reunión con vecinos en la población Vicuña Mackenna, el clérigo lamentó “profundamente la violencia sufrida por Yahir Rojas, con el consiguiente dolor y preocupación de su familia y de los vecinos de Freirina” y llamó a poner fin a la violencia.
En ese sentido, expresó que “se ha echado de menos el que no haya aparecido ningún interlocutor ni del Gobierno, ni de la empresa que se haga cargo de las demandas de la comunidad. Espero que las autoridades pertinentes pongan todo su empeño en facilitar el diálogo, al que confiamos contribuirán también con su mejor disposición todos los actores involucrados”, enfatizó.
El obispo recordó las palabras de Juan Pablo II, quien señalara como un derecho “el aire puro y no contaminado, y el agua limpia y suficiente”, con el fin de emplazar a los gobernantes, empresarios, trabajadores y toda la comunidad a dar solución a la problemática.
El Obispo recordó las palabras de los pobladores reunidos quienes dicen que «la preocupación del Gobierno llega hasta Tatara, donde está la planta de Agrosuper, pero no hasta Freirina, 7 kilómetros más allá se han preocupado de la empresa y no de los habitantes de Freirina y de la Provincia de Huasco».
El obispo Quintana también tuvo palabras para señalar la reciente aprobación de la central termoeléctrica Punta Alcalde en Huasco, señalando que “igualmente en este clima se ha hecho presente la indignación de la gente del Valle del Huasco”. Agregó “no hay duda que las necesidades de carácter energético que hoy enfrenta Atacama, nuestro país y el planeta, no nos pueden obligar a hipotecar las vidas humanas ni los recursos naturales, los que están al servicio del hombre, pero para ser usados con responsabilidad y sentido de futuro”.
El Ciudadano