Por Eileen Karmy
En marzo del 2018 se estrenó en Glasgow el documental Nae Pasaran! del chileno-belga Felipe Bustos Sierra. Esta cinta cuenta la historia de un grupo de obreros escoceses de la pequeña ciudad de East Kilbride, Escocia, que se negaron a reparar los motores de los aviones Hawker Hunter que bombardearon La Moneda el 11 de septiembre de 1973, en protesta por la dictadura cívico-militar de Pinochet.
Nae Pasaran! se acaba de estrenar en Chile a través de Miradoc, y estará en cartelera hasta fin del mes de junio a lo largo de todo el país. Este documental fue elegido como Mejor Película en los premios de cine de la Academia Británica BAFTA y del Premio del Público del Festival de Cine de Derechos Humanos de San Sebastián, Donostia.
Es un documental de muy bonita factura y que no sólo refleja la humildad y la convicción de los obreros escoceses en su compromiso con los derechos humanos, la libertad y la democracia. También cuenta una historia importante pero desconocida para Chile, puesto que efectivamente esta acción de solidaridad internacional ayudó a presionar el fin de la dictadura cívico-militar de Pinochet. Además, vista hoy, a décadas de distancia, sigue estremeciendo y emocionando el saber que, en el otro hemisferio, había personas apoyando al pueblo chileno en su lucha por la libertad.
Como una persona interesada en la causa palestina, quiero destacar dos asuntos de este documental que me hicieron pensar en lo que podemos hacer hoy desde Chile por Palestina. Y considerando que aún hay personas y organizaciones en Chile que o desconocen la situación o no han querido manifestar su apoyo al pueblo palestino, es que me motivé a escribir esta nota, ofreciendo ciertas conexiones entre nuestro pasado y presente, e invitar a que quienes se incomodan con la injusticia, transformen ese sentimiento en una acción efectiva.
En primer lugar, Nae Pasaran! cuenta una historia de solidaridad internacional a través del compromiso de un grupo de obreros escoceses de la fábrica de Rolls Royce con la defensa de los derechos humanos, vulnerados bajo la dictadura de Pinochet. Eran tiempos oscuros en que muchos chilenos y chilenas necesitaron ayuda internacional básicamente para sobrevivir, y el apoyo de este grupo de obreros fue crucial.
En segundo lugar, como los obreros escoceses se negaron a reparar los motores de los Hawker Hunter, y East Kilbride era el único lugar en que se podrían arreglar profesionalmente estos motores, la FACH se encontró con el gran problema de quedarse con menos aviones disponibles para operar. De hecho, el escuadrón que dirigía Fernando Rojas Vender estuvo en riesgo de quedarse en tierra a causa del boicot que mantuvieron estos obreros en Escocia. Los militares tuvieron que buscar apoyo en otros países, algo que tampoco era fácil, considerando la condena internacional hacia el régimen dictatorial de Pinochet. Sin embargo, el dictador encontró apoyo en gobiernos como el de la India, el de Sudáfrica, que recordemos que en esa época aún sostenía un régimen de apartheid, y también de Israel, que ayudó proveyendo tecnología militar durante el boicot de los escoceses. Todo esto lo relata el mismo Fernando Rojas Vender en la entrevista que le hace el director del documental en Nae Pasaran!
A pesar de que ya han pasado casi 30 años de vida democrática en Chile desde que terminó la dictadura de Pinochet, es importante recordar que aún hoy el gobierno chileno sigue comprando armamento, tecnología y entrenamiento militar israelí. Tal como muestra el último reporte de militarismo israelí en América Latina, Israel es el cuarto país que más exporta armas en el mundo y sigue manteniendo fuertes vínculos comerciales con Chile. Siendo nuestro país hogar de la comunidad palestina más grande fuera de Medio Oriente, parece inconcebible que éste siga teniendo lazos comerciales con Israel, que ha sostenido por 70 años un régimen de apartheid, colonización y ocupación militar en Palestina. Además, habiendo sufrido un régimen de opresión militar hacia su propio pueblo, como fue la última dictadura cívico militar de 1973-1990, en Chile tenemos cierta noción del horror que significa una ocupación militar como la que ejerce Israel.
Por otro lado, tal como en el pasado, desde muchos lugares del mundo nos apoyaron a nosotros los chilenos en la defensa de los derechos humanos, de la libertad, tendiendo redes de ayuda internacional de distinta índole para acabar con la dictadura de Pinochet. Lo justo es que ahora nos toque a nosotros ayudar a defender los derechos humanos en otros lugares del mundo. Y uno de los lugares del mundo que necesita de nuestra ayuda es justamente Palestina. Allí la ocupación militar de Israel, su régimen de apartheid y colonización, violan constantemente los derechos humanos de los palestinos y palestinas. Para muestra un botón: el muro de 8 metros de alto que Israel construyó para separar a los palestinos; los bombardeos en Gaza y en otros territorios palestinos ocupados en el que el ejército israelí −el más poderoso del mundo− ataca y asesina a miles civiles, incluyendo niños y niñas.
¿Qué podemos hacer desde Chile?
Sumarnos a las campañas de ayuda hacia Palestina, especialmente del BDS.
El BDS es una campaña global que busca poner fin a la ocupación en Palestina basada en el principio de que los palestinos y palestinas deben tener los mismos derechos que el resto de la humanidad. El BDS promueve acciones no violentas a través del Boicot, Desinversiones y Sanciones al Estado de Israel, buscando presionar a sus gobernantes a respetar la ley internacional. Esta campaña surgió desde la sociedad civil palestina en 2005, siguiendo el modelo del Movimiento Anti-Apartheid que ayudó a terminar con el régimen de apartheid en Sudáfrica (1959-1994). Dentro de esas campañas, el boicot fue la más exitosa. Muchos sudafricanos han apoyado el BDS, como el mismo arzobispo Desmond Tutu, reconociendo que lo que sufre hoy el pueblo palestino no es tan distinto a lo que sufrió Sudáfrica durante el régimen de apartheid.
Las campañas del BDS se pueden abordar desde cualquier lugar del mundo a partir de tres aristas distintas, pero complementarias: el boicot económico, el académico y el cultural. Hoy el BDS es ampliamente apoyado por sindicatos, asociaciones académicas, iglesias y organizaciones de base en distintos lugares del mundo. Por ejemplo, han apoyado estas campañas connotadas personalidades internacionales como Stephen Hawking, Meg Ryan, Elvis Costello, Brian Eno, Ken Loach, Roger Waters, Jean Luc-Godard, Mike Leigh, Vanessa Paradis, Marc Almond, Alice Walker, John Berger, Naomi Klein, Judith Butler, Sara Schulman, Henning Mankell, Iain Banks, Arundhati Roy, Cornel West y John Geyson.
En Chile tenemos, por ejemplo, al grupo BDS Chile, a la Unión General de Estudiantes Palestinos y Palestinas UGEP y a la Federación Palestina. Recientemente se han formado también el Colectivo en Solidaridad con Palestina de Puente Alto y la Asociación Cultural por Palestina, integrada por trabajadores de la cultura como Ana Tijoux, Roberto Márquez (Illapu), Teresita Reyes, Raúl Zurita, Mariana Loyola, Juanito Ayala, y Camilo y Abel Zicavo (La Moral Distraída), entre otros.
El deber de no mirar para el lado
Tal como este grupo de trabajadores de la cultura se sumaron al llamado del BDS, apoyando al pueblo palestino, es necesario que trabajadores de otros sectores tomen también una posición clara al respecto. Basta con empatizar con el sufrimiento que vive el pueblo palestino a diario, sin importar si se tiene o no antepasados palestinos, y entender que a la injusticia se le hace frente con solidaridad. Los trabajadores y trabajadoras palestinas suelen ser los más afectados por la destrucción sistemática de su economía por parte de Israel y sus restricciones a la libertad de circulación y asociación. Por eso, los sindicatos palestinos instan a los gremios de todo el mundo a sumarse a las acciones de solidaridad. Muchos han respondido a este llamado, como la COSATU de Sudáfrica, la CUT de Brasil, el Congreso Irlandés de Sindicatos, el CTU de Reino Unido, las centrales sindicales francesas CNT y CGT Educ’Action, el Sindicato Canadiense de Trabajadores Postales, entre otros.
Tal como los trabajadores escoces solidarizaron con los chilenos durante la dictadura, es importante que los chilenos, especialmente trabajadores y estudiantes, a través de sus organizaciones ahora solidaricen con Palestina y adhieran a las acciones de boicot. El boicot no es más que una acción de protesta no violenta, que tiene muy larga data y que se ha aplicado en distintos contextos. Un ejemplo de ello es justamente la historia que cuenta el documental Nae Pasaran! Como verán en este documental, esa tal vez pequeña acción de boicot que realizó un grupo de trabajadores en un país geográficamente tan lejano a Chile como es Escocia, efectivamente ayudó a salvar las vidas de algunos chilenos condenados por la dictadura.
Hoy el BDS cumple un papel fundamental en favor de los derechos humanos y la libertad del pueblo palestino. Pueden informarse y sumarse a las campañas y actividades del BDS pinchando aquí, acá o en este siguiente enlace.