Las ráfagas de radio rápidas (FRB, por su sigla en inglés) son emisiones extremadamente rápidas y potentes de ondas de radio con orígenes poco claros. Se conoce más de dos docenas de ejemplos de estas señales y solo dos de ellas se repiten. Las otras han sido solo flashes en el cosmos.
Para saber cómo se forman, es necesario saber de dónde vienen. Esto fue posible anteriormente con la primera ráfaga repetitiva, FRB 121102, que se originó en una galaxia enana a unos 3 mil millones de años luz de nosotros. Ahora, por primera vez, los investigadores han descubierto el origen de una no repetitiva.
Como se informó en Science, la FRB 180924 fue descubierta por el radiotelescopio australiano Square Kilometer Array Pathfinder (ASKAP). El observatorio está formado por 36 antenas a distancias ligeramente diferentes, por lo que la señal, que duró solo una fracción de milisegundo, alcanzó a cada una en momentos ligeramente diferentes (menos de una mil millonésima de segundo). Este pequeño retraso de tiempo permitió a los investigadores identificar dónde se originó la explosión.
«Este es el gran avance que ha estado esperando el campo desde que los astrónomos descubrieron ráfagas de radio rápidas en 2007», dijo en un comunicado el autor principal, el Dr. Keith Bannister.
La FRB provino de una gran galaxia espiral llamada DES J214425.25−405400.81. La galaxia está ubicada a 3,6 mil millones de años luz de la Tierra y la explosión fue aproximadamente a 13.000 años luz desde el núcleo de esa galaxia.
La galaxia se observó con el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral en Chile (imagen abajo) y la distancia se midió con el telescopio Keck de Hawai y el Gemini Sur de Chile.
La repetidora, como algunos llaman a FRB 121102, se cree que es causada por una estrella de neutrones que se mueve a través de un poderoso campo magnético y está en una pequeña galaxia donde se forman muchas estrellas. Pero esta es muy diferente de la recién captada FRB 180924.
Como explica el coautor Dr. Adam Deller, de la Universidad de Tecnología de Swinburne, «el estallido que localizamos y su galaxia anfitriona no se parecen en nada al repetidor y a su anfitrión», agregó. «Viene de una galaxia gigante que está formando relativamente pocas estrellas. Esto sugiere que las ráfagas de radio rápidas se pueden producir en una variedad de entornos o que las ráfagas aparentemente aisladas, detectadas hasta ahora por ASKAP, son generadas por un mecanismo diferente al de la ráfaga de repetición.»
Los investigadores no pudieron determinar la fuente exacta de este poderoso evento, pero la capacidad de localizarlo en la galaxia DES J214425.25−405400.81 les da la esperanza de que en el futuro podamos detectar los efectos secundarios de lo que sea que se esté produciendo en estas espectaculares explosiones.
Fuente: IFLScience