¿Existirá alguien en este territorio que no haya escuchado alguna vez, aunque fuera en su etapa escolar, canciones como Doña Javiera Carrera bailaba la refalosa o el coro Si somos americanos, seremos una canción? Lo más probable es que sí lo hayan oído, pero ¿sabemos quién es el autor de esas creaciones?
Si hablamos de Rolando Alarcón -quien este próximo 5 de agosto cumpliría 90 años- pocos podrían reconocer su nombre. Pero si mencionamos composiciones como las que oímos en el colegio para las Fiestas Patrias, fácilmente vamos a recordar alguna anécdota o incluso algunas letras; hasta podríamos tararearlas.
Pero Alarcón es mucho más que el compositor de esas y otras obras; de forma muy pedagógica, por lo demás. Lamentablemente, pareciera ser también una víctima de esa desmemoria tan nuestra que dejó en el olvido una obra artística única.
Se trata de un profesor normalista y compositor, discípulo de Margot Loyola, cercano a Violeta Parra y Víctor Jara, asiduo a la Peña de los Parra y a la Peña Chile Ríe y Canta, de René Largo Farías, en el año 1967. Fue parte del conjunto folclórico Cuncumén, escribió canciones a Lenin y Recabarren. En 1969 grabó el disco Por Cuba y Vietnam y en 1970 uno con poesía soviética. Editó también un álbum con las canciones de la Guerra Civil española, no por ser anarquista, sino por su simpatía con la Unión Soviética y los comunistas. Su último trabajo discográfico, El alma de mi pueblo, de 1972, contó con la participación del Dúo Los Emigrantes, todos fervientemente alineados con el gobierno de la Unidad Popular.
Su talento y particularidad compositiva -altamente influenciada por su formación como profesor- lo llevó a participar en 1967 en el Festival de Viña del Mar, logrando el tercer lugar con Niña sube a la lancha, interpretada por Pedro Messone, canción que en el año 2000 fue elegida entre las diez mejores de la historia del certamen. Luego, en 1969, consiguió una mención honrosa en el Primer Festival de la Nueva Canción Chilena con Canción de Juan el pobre, para al año siguiente -1970- volver a Viña, donde ganó con El hombre. No cualquiera puede contar todos esos logros, además de haber grabado diez discos en siete años.
Manuel Vilches, periodista musical y principal investigador del legado de Rolando Alarcón, dice que es imposible entender cada época sin la anterior y que «si el neofolclore ocupa el cachimbo o la sirilla es porque el Cuncumén y el Millaray lo hicieron en sus discos. La Nueva Canción Chilena es imposible sin el neofolclore, en parte, porque sus protagonistas estuvieron en los dos espacios». Pues Rolando es uno de ellos. Sus capacidades y compromiso social lo hicieron transitar por toda esa historia. Alarcón, al igual que los Parra, Manns y Jara, es neofolclorista, no por los juegos vocales, sino por el período. Así lo indica Vilches.
Comunista de segunda línea
Eran años de grandes movimientos sociales. Muchos se comprometían con una y otra causa, con una y otra agrupación. Las poblaciones se organizaban y estaban en constante lucha. No sólo la cultura floreció, sino también los más nobles sentimientos de liberación latinoamericanista. Rolando Alarcón no estuvo al margen del proceso. Apoyó fielmente a la Unidad Popular, tanto que incluso llegó a ser asesor musical del Ministerio de Educación en el gobierno de Salvador Allende.
Por suerte no alcanzó a vivir los horrores de la dictadura: murió en la capital en febrero de 1973 luego de que su corazón no resistiera al intentar empujar una micro del recorrido Matadero-Palma en la que viajaba el elenco de la peña liderada por Largo Farías.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas para el cantautor. Grabó sólo un disco (el de los poemas soviéticos) por la casa discográfica DICAP del Partido Comunista. Se interesaron muy poco por su obra. No obstante, tuvo su propio sello -Tiempo-, pero que nadie retomó luego de su muerte. Incluso, se piensa que no se sabe dónde están los master y que puede ser una obra perdida.
No estaba inscrito en el Partido Comunista (PC), pero fue un fiel simpatizante, participando en la gran mayoría de las actividades en poblaciones y ciudades que el PC organizaba. Luis Corvalán, secretario general del partido en esa época, declaró que «entre mis pecados tengo el de haberme opuesto, en cierta ocasión, al ingreso al partido de un valioso artista por el solo hecho de que era mariquita». Se refería a Rolando Alarcón.
Así lo confirma Manuel Vilches en conversación con El Ciudadano, recordando a la pareja histórica de Alarcón, José Luis Hernández, quien se ocupó de rescatar y relevar su obra hasta sus últimos días.
¿Habrá sido por eso que siempre estuvo en segunda línea? ¿Habrá sido por eso que casi no grabó por DICAP? ¿Será por eso que aunque fue amigo de los Parra, Quilapayún e Inti Illimani, y frecuentaba la peña, prefirió relacionarse luego con el “Gitano” Rodríguez, “Payo” Grondona, Richard Rojas, Los Curacas o Amerindios, quedando relegado al grupo de los olvidados?
Contra el olvido: una maratón musical
Manuel Vilches junto a Carlos Valladares -ex miembro del Dúo Emigrantes- escribieron Rolando Alarcón. La canción en la noche, publicado en 2009 y luego reeditado en 2015. Sin embargo, es en el libro Raro, una historia gay de Chile (2011), de Oscar Contardo, donde se profundiza en la dimensión homosexual del cantautor.
Las personas sólo mueren si se olvidan. Las canciones de Alarcón trascendieron a su muerte, aún cuando su nombre no nos parezca tan familiar ni logremos reconocer su cara en algún periódico. Lo cierto es que si escuchamos alguna de sus canciones, sabremos ahora cuál fue su incomparable aporte y de quién se trata. Una vez más, la historia de Chile se muestra mezquina e ingrata, intentando invisibilizar todo lo que se supone no responde a la norma.
Este 5 de agosto se conmemora su natalicio. Por lo mismo es que en Casa Arrau, sede de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (Huérfanos 2186), se realizará una maratón musical en su honor. Más de una veintena de artistas cantando sus canciones. Músicos tales como Carola López, Emilio Santana, Maco, La Chinganera y Gepe, entre otros, serán parte de esta fiesta gratuita para el público a partir de las 19:00 horas.