El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene luz verde para usar $ 2.500 millones de dólares, que fueron asignados inicialmente al Pentágono, para construir el muro en la frontera con México.
El aval se lo dio este viernes el Tribunal Supremo de EE. UU. en una votación que terminó con 5 votos a 4 y desbloqueó esos recursos que estaban congelados por tribunales inferiores.
«La solicitud de suspensión presentada a la magistrada [Elena] Kagan y referida por ella a la Corte es otorgada. Entre las razones, se cita que el Gobierno ha mostrado de manera suficiente en esta etapa que los demandantes carecen de motivación para lograr que se revise» una decisión previa del Departamento de Defensa para liberar los fondos, dice el dictamen de la corte.
«¡Guau! Gran victoria en el muro. El Tribunal Supremo de EE. UU. anula las órdenes de tribunales inferiores, permite que proceda el muro en la frontera sur. ¡Gran victoria para la seguridad fronteriza y el Estado de derecho!», escribió el mandatario en su cuenta de Twitter tras conocer la decisión.
La aspiración de Trump desde el inicio fue conseguir $ 5.700 millones para edificar esa obra, pero en febrero, el Congreso sólo le aprobó en sus presupuestos 1.375 millones de dólares.
En rebeldía contra esa medida, el jefe de Estado declaró la emergencia nacional con el objetivo de conseguir esos fondos sin el visto bueno del Legislativo. Entonces, el Gobierno reasignó al muro unos 6.600 millones de dólares del Pentágono y del Departamento del Tesoro, que sumados a los 1.375 que el Congreso aprobó, debían servir para la construcción de unos 376 kilómetros de muro, reseñó EFE.
La piedra en el zapato se la pusieron unos tribunales inferiores de California, en donde la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), en representación de la organización ambientalista Sierra Club y de la Coalición de Comunidades de la Frontera Sur, presentó una demanda y logró que bloqueasen la iniciativa hasta este viernes, cuando llegó la decisión del Supremo.
Con la partida en cuestión, el Gobierno de Trump pretende reemplazar zonas valladas de la frontera en los estados de California, Nuevo México y Arizona.