No solo a través de la violencia obstétrica se manifiesta el sexismo y machismo que aún imperan en la medicina convencional. También los podemos ver en otras prácticas en esta área; desde ensayos de drogas que solo usan participantes hombres hasta ideas erróneas sobre la reanimación cardiopulmonar, las desigualdades de género pueden ser cuestiones de vida o muerte en la ciencia orientada a la salud y la medicina.
Insuficiencia cardiaca
Un estudio reciente reveló que las mujeres en Australia tienen menos probabilidades que los hombres de recibir el medicamento recomendado para la insuficiencia cardíaca. En el Reino Unido, las suposiciones de que la insuficiencia cardíaca es una «enfermedad del hombre» también han llevado a una atención desigual. En los últimos 10 años, más de 8.000 mujeres británicas han muerto como resultado de esta desigualdad de género.
Enfermedad de Alzheimer
Las pruebas de memoria verbal utilizadas para detectar la enfermedad de Alzheimer perjudican a las mujeres. Una investigación realizada por científicos estadounidenses en 2016, muestra que las mujeres en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer obtienen mejores resultados que los hombres en estas pruebas. Sin embargo, como esta diferencia no se tiene en cuenta, la enfermedad se detecta más tarde en las mujeres, lo que impide un tratamiento más oportuno.
Ensayos médicos
Históricamente, las mujeres han sido excluidas de los ensayos médicos, lo que resulta en medicamentos que son menos seguros o efectivos para ellas. En los Estados Unidos, la Administración de Drogas y Alimentos retiró ocho medicamentos que tenían riesgos inaceptables para las mujeres entre 1997 y 2001. Incluso hoy en día, la representación en los ensayos médicos todavía está sesgada hacia los hombres y no toda la investigación sobre drogas tiene en cuenta el género al analizar los resultados.
Maniquíes de reanimación cardiopulmonar
Un estudio de 2018 de la Universidad de Pensilvania mostró que las mujeres tienen menos probabilidades de recibir reanimación cardiopulmonar (RCP) de los transeúntes durante un paro cardíaco. El entrenamiento de RCP solo usa maniquíes “masculinos”, lo que contribuye a la idea errónea de que los senos hacen que la RCP sea más desafiante. El entrenamiento con muñecos «femeninos» debería eliminar los resquemores y el miedo a causar lesiones a las mujeres en necesidad de RCP.
Endometriosis
Las mujeres que sufren de endometriosis a menudo tienen que esperar más de siete años para recibir un diagnóstico, aunque esta es una condición ginecológica no poco común: afecta a una de cada 10 mujeres en edad reproductiva. Este abandono en los cuidados se debe en parte a que los médicos de cabecera suelen desoír las alertas de dolor menstrual intenso por considerarlo «normal». Emma Cox, una experta británica en endometriosis, dice que «el diagnóstico oportuno podría salvar a las mujeres de muchos años de dolor, angustia y sufrimiento».
Con frecuencia ocurre que los dolores y síntomas de las mujeres son descartados, por la idea generalizada de que son producto de la exageración o el drama. Esto se ve intensificado cuando las mujeres postergan el autocuidado por dar prioridad a personas cercanas -a las que muchas veces están prestando cuidados. Estos problemas son parte de una cultura patriarcal que históricamente ha asignado roles emocionales estereotípicos a hombres y mujeres, a la vez que ha dictado a las mujeres ser las cuidadoras por excelencia.
Fuente: The Guardian