Ante los saqueos y la represión: Una rebelión de olvidados. Estan avisados que la venganza es sinónimo de justicia cuando falta organización.
Los olvidados de siempre, los invisibles a los ojos de los intelectos del poder político y económico, solo quieren recordarles a funcionarios de pacotilla y políticos corruptos que, a pesar de los deseos de los que todo lo tienen, existen.
Pueden aceptar las dádivas porque no tienen otra pero que también saben usar los puños, la barreta y el puñal y que no temen mucho a las balas porque tienen poco que perder.
Las imágenes de los noticieros y las fotos nos muestran a miles, mayormente, jóvenes, asaltando supermercados y llevándose de todo, desde comida hasta televisores LCD y bicicletas. Ocurre en Bariloche, en Campana, en Misiones, Rosario, Santa Fe… y la lista y los números parecen estar creciendo.
En lo que hay unanimidad no es en la contención del problema de fondo, sino en la represión con la policía, la Gendarmería (que todos piden que intervenga) y en acusar a opositores políticos de uno y otro bando sobre la autoría y dirección de los saqueos.
El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, leyó en la Casa Rosada la carta que le envió el gobernador de Río Negro a la Presidenta pidiéndole ayuda. “Robar televisores y quemar autos no es conflictividad social”, aseguran en la provincia.» Por su parte, el titular del bloque oficialista de senadores y hombre fuerte de la política en Río Negro, Miguel Angel Pichetto, atribuyó los saqueos a “grupos duros con posiciones anarquistas” y de “extrema izquierda” con “características delictivas”.
Los portales ultrakirchneristas como Infonews y Tiempo Argentino y el Secretario de Seguridad del estado, Tte. Coronel Berni, acusaron directamente a Moyano y sus sindicato de camionero y a Micheli, de la CTA, de estar detrás de la organización de los saqueos.
Sea quien sea que esté interviniendo o alentando los saqueos no son los responsables de los mismos, las necesidades del pueblo dictan las acciones que llevan a cabo. Es probable que ahora los anti kirchneristas, para contrarrestar las acusaciones de los clasemedieros del Gobierno acudan a acusaciones de su propio costal, por ejemplo, decir que en Santa Fe, gobernada por el partido de Binner, los culpables son sus opositores… o sea el Kirchnerismo.
Entrar en esto es negar la realidad. Disparar sobre la multitud es la multiplicación de un crimen sobre otro crimen, el de obligarlos al saqueo para pasar las fiestas con algo sobre la mesa. Es expresar la moral común a todos los explotadores, para quienes la única violencia es la violencia que ellos controlan, el único robo legítimo el que ellos perpetran.
Traducido, en este país, para el 10% que domina y consume a su antojo, no hay pobres, solo delincuentes. ¿Para los más moralistas, si robaran pan y porotos estaría bien, o seria comprensible (aunque el Gobierno insiste en que no hay ninguna razón para ello) pero eso de robarse televisores y otras commodities (que el Gobierno proclama que se venden de a parvas, pero solo el 10% de la población puede comprar) esta mal?
Disculpen la osadía, pero con la venta de un televisor se come un mes o dos, con un kilo de papas, un día.
En el país existen millones de pobres e indigentes (20% de la población), trabajadores que cobran menos de $2-3.000 por mes de bolsillo (en un país donde la canasta básica de alimentos para una familia cuesta $7.000) …
Son los más explotados y oprimidos de esta sociedad, de los que no se ocupan sostenidamente para facilitarles trabajos ni el Gobierno, ni la oposición, ni los burócratas sindicales (sólo preocupados por la guita de sus obras sociales y que los que más ganan no paguen ganancias), ni la izquierda, colgada como está detrás de Moyano, Barrionuevo y el «Momo»… En la Plaza de Mayo ninguno de los bandos en pugna les dedicaron ni una frase a interpretar sus sufrimientos y necesidades. Solo están cuando necesitan arriarlos para un acto o para transportarlos a las urnas para depositar un voto que no les resuelve ni el techo, ni la educación, ni la salud, ni el trabajo sustentable…
La prensa oficialista destaca que los robos son de televisores LCD y objetos caros lo cual para la moral de estos escribas del sistema, es una señal inequívoca que son simples ladrones en busca de fortuna, no pobres en busca de salvar el mes.
La prensa opositora también dice lo mismo… todos condenan a los que tienen rabia y quieren sobrevivir a toda costa… ¿Son muchos? No lo sabemos. Hasta ahora son unos miles, pero expresan lo que late en lo más profundo de la sociedad.
¿Seguirán incrementándose los saqueos? Tampoco lo sabemos. Es probable que si el Gobierno nacional y los provinciales responden con muertos por cada bicicleta robada, la bronca estalle en forma más generalizada.
¿Los dirige alguien? Quién sabe… pero aquí también tenemos una moral opuesta a los que defienden el régimen. Para nosotros, todo el que tenga una responsabilidad política en un barrio, en un sindicato, en una organización tiene la obligación de defender a los más oprimidos y procurar dar una dirección política y una forma de movilización de masas a lo que hasta ahora son solo actos de desesperación.
Sepan que lo que pasa tiene mucho de venganza. Es una palabra extraña esta, porque es sinónimo de justicia para muchos diccionarios. La venganza, o la aspiración a que algún otro haga justicia, solo existe cuando mientras no está la organización que desbarate el sistema que nos aferra del cuello.
Sea lo que sea, pase lo que pase, las condiciones para que sucedan los hechos que nos ocupan, las construyeron los que gobiernan y también quienes se proponen cambiar los gobiernos pero para poner algo igual. Estamos en esta calesita desde hace décadas.
Los que discuten sobre «Republica», «instituciones» y «7D» y olvidan por completo a los olvidados de siempre, están ahora pagando el precio del desprecio que inspiran, incluso entre aquellos a quienes les dieron un plan miserable o cuatro mangos para votar o ir a un acto.
Los olvidados de siempre, los invisibles a los ojos de los intelectos del poder político y económico, solo quieren recordarles a funcionarios de pacotilla y políticos corruptos que, a pesar de los deseos de los que todo lo tienen, existen. Que pueden aceptar las dádivas porque no tienen otra pero que también saben usar los puños, la barreta y el puñal y que no temen mucho a las balas porque tienen poco que perder. Están sobre aviso.
Por León Pérez
Publicado en Izquierda PuntoInfo
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