Un tribunal de Reikiavik ha condenado a nueve meses de prisión a los dos máximos responsables del banco Glitnir, el primero de las tres mayores entidades financieras que quebró y que tuvo que ser intervenida, y que provocó una profunda crisis en el pequeño estado del Atlántico norte.
Se trata del ex consejero delegado del banco Larus Welding, y de uno de sus más estrechos colaboradores en la entidad, Gudmundur Hjaltason, que fueron acusados de fraude por haber concedido prestamos con un elevado riesgo y que acabaron provocando la quiebra de la entidad. Son los primeros banqueros que son condenados por la crisis financiera.
En septiembre de 2008, los tres mayores bancos islandeses (Glitnir, Landsbanki y Kaupthing) quebraron consecutivamente por su voluminosa deuda, y arrastraron al país a su mayor recesión en seis décadas. Su rescate obligó a que el país pidiera ayuda financiera al FMI, a cambio de un severo plan de ajuste. Larus Welding fue arrestado hace un año por orden del fiscal especial que se encarga de las investigaciones por las causas de la crisis financiera.
El tribunal ha condenado a los dos directivos bancarios por haber aprobado un préstamos de 102 millones de euros sin las suficientes garantías a una sociedad tenedora de acciones de Glitnir, para que ésta a su vez pudiera pagar una deuda con Morgan Stanley. Aquella operación se realizó vulnerando las propias reglas de la entidad, elevó considerablemente los riesgos del banco, y acabó provocando unas pérdidas de 53,7 millones de euros.
Aunque han sido condenados, la pena impuesta a los dos directivos de Glitnir está muy por debajo de lo que el fiscal especial había pedido para ellos: cinco años y medio de prisión para Welding, y cinco años para Hjaltason.
En abril pasado, el ex primer ministro islandés , Geir Haarde, fue declarado inocente por la Justicia de su país tras ser acusado de no haber hecho lo suficiente para impedir la bancarrota del sistema financiero.
En el juicio, Haarde negó responsabilidades en la quiebra bancaria sufrida por Islandia en 2008, alegando que no disponía de información al respecto. La sentencia del Landsdómur (un tribunal especial) exculpó a Haarde de tres de los cuatro cargos de que estaba acusado, aunque lo condenó por haber violado la ley sobre la responsabilidad de los ministros al no convocar reuniones del Consejo de Ministros para analizar la situación.
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