Las empresas asociadas a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) están altamente preocupadas. Y es que la última orden ejecutiva firmada por el presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Donald Trump, contra el país sudamericano —que congela los bienes de Caracas en suelo estadounidense— aumentan la presión hacia las firmas extranjeras en la nación caribeña.
Según una fuente consultada por Reuters es posible que estos socios y clientes de PDVSA soliciten al Departamento del Tesoro de EE. UU. una aclaratoria sobre la orden Ejecutiva firmada por Trump el 5 de agosto pasado, «o incluso tramiten exenciones específicas para garantizar que sus actividades no sean afectadas por la regulación».
PDVSA es una de las mayores empresas petroleras de la región y los hidrocarburos son la base de la economía de Venezuela. Esta firma sostiene proyectos conjuntos con otras compañías no estadounidenses en los bloques de la Faja Petrolífera del Orinoco, y son estas las que han hecho notar su preocupación ante lo expresado en la sección seis de la orden Ejecutiva.
Dicho apartado establece a una «entidad» como «una sociedad, asociación, fideicomiso, empresa conjunta, corporación, grupo, subgrupo u otra organización» y define el término «Gobierno de Venezuela» como toda dependencia del «Estado y el Gobierno de Venezuela, cualquier subdivisión política, agencia o instrumentalidad de los mismos, incluido el Banco Central de Venezuela y Petróleos de Venezuela, SA (PDVSA)«.
Afirma Reuters que el mundo de la industria petrolera es muy amplio y «el nuevo decreto no sancionó explícitamente a compañías que no son estadounidenses, incluidos socios minoritarios en empresas mixtas con PDVSA, como la francesa Total, la noruega Equinor o la española Repsol. Tampoco castigó a compradores de crudo venezolano, como rusos y chinos».
Sin embargo, entre las múltiples respuestas de apoyo y solidaridad que ha recibido el país caribeño se encuentra la de la Unión Europea, que respondió con un rotundo rechazo a las medidas extraterritoriales de EE. UU. contra Venezuela.
Los intereses de la Unión Europea en América Latina son extensos y, muy a pesar de sus relaciones políticas, económicas y financieras que la une a EE. UU., la cúpula europea sabe que las mayores reservas de materias primas y agua del mundo están en latinoamérica; y desdeñar esas relaciones les traería graves consecuencias.
El movimiento que llevó a cabo EE. UU contra la estatal petrolera venezolana es un búmeran. Algunos socios comerciales de PDVSA pueden estar aprehensivos con respecto a las sanciones; sin embargo, países como Irán, Cuba y Rusia, han sabido sortear las sanciones.
Las agresiones de Washington contra Caracas han sido ampliamente condenadas por gobiernos y pueblos del mundo. Son estas «medidas» las que dificultan a la población acceder a comida y alimentos.