Según el Kremlin, la separación de Washington de ese pacto y otros pactos ponen en peligro la disuasión nuclear
El presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó este viernes tomar las medidas necesarias en respuesta a las acciones de Estados Unidos, luego de la retirada de Washington del Tratado sobre Eliminación de Misiles de Corto y Medio Alcance (INF), destacó Prensa Latina.
“Ordeno al Ministerio de Defensa de Rusia, al Ministerio de Exteriores y otros departamentos específicos a analizar el nivel de amenaza creada por las acciones de Estados Unidos para nuestro país y tomar medidas exhaustivas para preparar una respuesta simétrica”, declaró Putin en reunión del Consejo de Seguridad de Rusia.
Recordó que Washington organizó toda una campaña de desinformación contra Moscú, acusándolo de violaciones del Tratado INF, para enmascarar el verdadero objetivo de desmantelar ese acuerdo y desarrollar nuevos misiles.
El presidente ruso advirtió que Estados Unidos realizó el ensayo con su nuevo misil de crucero solo 16 días después de la retirada oficial del pacto, el pasado 2 de agosto.
Aseguró que las acciones de la Casa Blanca no fueron “una improvisación sino otro elemento de una cadena de eventos que se habían planeado y ejecutado con antelación”.
Indicó que Rusia estaba al tanto de que el complejo militar norteamericano estaba desarrollando armas sujetas a restricciones en el marco del Tratado INF y en más de una ocasión lo reveló a su antigua contraparte en ese convenio.
No obstante, “en lugar de enmendar esa situación intolerable y retomar el cumplimiento del acuerdo, Estados Unidos orquestó una campaña de propaganda sobre la supuesta violación de las cláusulas del mismo por parte de Rusia”.
El mandatario ruso dijo que “a todo el mundo le queda claro ya que el único objetivo era tapar lo que Washington estaba haciendo en contra del acuerdo y que desde un principio tenía la intención de abandonarlo”, publicó Sputnik.
Para Putin, Estados Unidos tenía previsto “zafarse de las restricciones impuestas, quedar con las manos libres para desplegar misiles antes prohibidos en diversas partes del mundo”.
Subrayó que según políticos estadounidenses de alto rango, los nuevos sistemas podrían emplazarse en un principio en Asia Pacífico, “lo que afecta nuestros intereses vitales porque la región se encuentra cerca de las fronteras de Rusia”.
A pesar de la prueba del sistema MK-41, realizada por Estados Unidos el pasado domingo en California, el presidente ruso reiteró que el Kremlin continúa abierto a dialogar con la Casa Blanca para restablecer la confianza y fortalecer la seguridad internacional.
“Rusia sigue estando abierta para un diálogo constructivo e igualitario con EEUU para restablecer la confianza y fortalecer la seguridad internacional”, afirmó Putin en la reunión del Consejo de Seguridad.
Insistió en que Rusia nunca quiso, no quiere y no va a involucrarse en una carrera armamentista, “costosa y dañina” para su economía.
El mandatario ruso aseguró que la retirada de Washington del Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM) obligó a Rusia a desarrollar nuevos tipos de armamento.
Resaltó que ante tal situación, el Gobierno ruso se vio obligado a garantizar la seguridad de su gente y su país. “Lo estamos haciendo ahora y desde luego seguiremos haciéndolo en el futuro”, apuntó.
Estados Unidos y la Unión Soviética suscribieron en 1972 el Tratado ABM para limitar el número de misiles antibalísticos, pero en 2002 Washington se retiró del pacto de manera unilateral.
Según el Kremlin, la retirada de Washington de ese pacto puso en peligro la disuasión nuclear.
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