La reconocida voz de la banda vasca de música ska, Skalariak, estuvo por última vez en Chile hace cinco años con aquella banda que, al poco tiempo, decidieron congelar para dedicarse a proyectos personales. Skalari comenzó con otra banda llamada “The Kluba” y otros miembros de la banda dieron vida a “Vendetta” también en la línea del ska.
Esta vez el músico se presenta en solitario, tras congelar el proyecto con The Kluba, en una nueva faceta que decidió emprender como escritor y músico, recopilando su trabajo de 18 años en un libro-CD financiado a través de crowdfunding, es decir, fondos colectivos aportados por donantes anónimos. Es un libro dividido en tres partes: la primera es una selección de poemas, o anti-poemas como él prefiere llamarlos, creados en sus viajes y experiencias musicales; la segunda, es una recopilación de fotografías, afiches y souvenirs de presentaciones en vivo o cotidianidad de la banda y, por último, algunas letras de canciones que lo hicieron saltar al reconocimiento internacional.
Músico autodidacta, destaca por la sencillez de su conversación y la humildad con que se refiere al trabajo que ha desarrollado por 18 años. Actualmente vive en Barcelona y hace poco tiempo terminó una gira musical llamada “Rude Rock Train” que lo llevó a recorrer siete mil kilómetros en tren por Europa, a base de la solidaridad y los contactos forjados durante el tiempo.
¿Qué hay en este nuevo libro-cd?
Es como hacer un punto aparte. Hasta aquí he llegado y ahora a ver qué es lo que viene para adelante. Para que la gente me conozca, conozca mi trabajo.
Es una recopilación de los tiempos en Skalariak, The Kluba y el Rude Rock Train, que fue un viaje en tren por Europa, un viaje anticapital que nació con un compañero de Barcelona. Es un mensaje a la gente en los tiempos en que vivimos, porque yo creo que se pueden hacer muchas cosas sin dinero.
Yo he escrito muchas letras, y algunas se convierten en canciones y otras van a este libro, las llamo poemas de calle o antipoemas. Entonces cuando estás leyendo algo, tiene una musicalidad distinta a lo que es cantado, entonces eso puede definir un poco mi pensamiento y la recopilación que he vivido, mi trayectoria y el “pensamiento político”, entre comillas.
¿Y el concepto de “pulir la palabra” a qué se refiere?
Yo siempre he pensado, como decía Maiakovski, que el poeta es un obrero. La música se trabaja, también se le dedica un tiempo. La gente que escribe también le dedica un tiempo y te puedes equiparar a la gente que trabaja en la piedra, que trabaja construyendo edificios. Entonces es una manera de hacer una metáfora sobre eso. Me parece interesante esa metáfora sobre trabajo-obrero y por eso pulir la palabra.
La gente debe también saber que si quiere escuchar un mensaje determinado y para que haya pensadores en el mundo con los que se sientan identificados, tiene que tener un tiempo de dedicación a ese trabajo, para afilar el mensaje, y afinar la puntería con las ideas.
LATINOAMÉRICA ESTÁ VIVA ¿Y EUROPA?
En un comienzo, Juantxo sólo tenía agendada una presentación este jueves 24 en Chile, pero luego fue creciendo y sumando más shows en Santiago y Concepción, e incluso se sumaron Buenos Aires, Lima y Quito. Este interés por su presentación la toma de buena forma, ensayando con la banda Drakos, a quienes considera unos “cracks” y con quienes compartirá escenario, así como con los músicos que lo acompañarán en su show, junto con guiarlo en su visita por Chile.
¿Cómo se gestó el video de saludo que le mandaste a los estudiantes chilenos?
Me llegó la in formación a través de un amigo. Yo veo que así como en Europa el movimiento estudiantil no tiene mucha fuerza, veo que acá hay una gran repercusión y siempre eso me ha llamado la así que decidí mandar ese saludo. Ahora vengo a escuchar lo que ha pasado, aunque intuyo, pero no sé en profundidad.
Y en concreto con Chile y los estudiantes, creo que hay democratizar mucho a Chile como al estado español. Veo que hay muchos instrumentos con los que se puede luchar, y en el aspecto de Latinoamérica hay un ambiente muy de revolución de plantar cara a ese pasado colonial y europeo, con el movimiento bolivariano, por ejemplo. Al igual que en Chile, la idea de plantar cara a las multinacionales.
Este viernes comienza la CELAC en Chile…
Yo creo que el problema de Europa es que siempre ha mirado mucho qué hace Estados Unidos, para competir con ellos, porque en realidad está bien que haya una unión Europea para que no se produzcan guerras como en años anteriores, pero por otro lado también quieren convertirse en una máquina al servicio del capital. Y al final es la gente corriente la que termina pagando todo eso.
La impresión que me da desde afuera es que hay una juventud con mucha fuerza y con muchas ganas de querer cambiar las cosas, al igual que veo en Europa una población envejecida, en Latinoamérica se ve una población joven y con ganas. Creo que hay una especie de revolución por la segunda independencia, porque una cosa es la independencia política, pero la independencia económica es fundamental.
¿Y cómo están las cosas en España?
Además de los problemas de la crisis, la especulación inmobiliaria y el paro, hay un cambio en la educación de la gente, porque hemos estado educados para derrochar y hemos vivido en una burbuja, pero ahora todo el mundo empieza a estar con los pies en la tierra. Eso es lo positivo, porque la gente se está dando cuenta y por ejemplo tipos como yo que hemos criticado siempre el sistema y siempre se nos ha visto como unos “iluminados”, “locos”, cuando antes me evitaban en entrevistas, ahora les interesa escucharte y miran las letras de antes y dicen ¡ostia, pero este desde hace cuánto está diciendo esto!
¿Cómo eran los años ’90 en el País Vasco?
Tengo muchos recuerdos de atentados, de que estuviera la policía vigilando, que luego hubiera gente que tiraba piedras contra la policía. Era de mucha violencia y mucho conflicto, que lo veíamos como algo normal. Pero luego lo ves con el paso del tiempo y dices “esto no es normal”.
Claro, porque si ibas de unas cervezas te podías topar con la policía y te podía cachear o dar de ostias o que hubiera gente que a la salida de un bar tirar un cóctel molotov que reventara a la policía, o que alguien pusiera una bomba y murieran cinco personas.
¿Cómo están las cosas ahora luego de la tregua de ETA?
Ahora yo vivo afuera, hace 8 años en Barcelona y tampoco tengo una idea muy clara, pero por lo que me cuenta mi familia y lo que veo cuando lo visito, creo que realmente la cosa está mas calma. Creo que vamos avanzando en un proceso de reconciliación, que ha tardado muchos años en llevarse a cabo. Porque el País Vasco es pequeño y nos conocemos todos: víctimas de un lado y víctimas del otro. En las familias hay diferentes vertientes políticas, entonces es como una pequeña guerra civil interna, pero con el paso de los años, y la voluntad de la gente, y del estado español es posible acabar con el conflicto.
¿Cuál es tu afinidad con las demandas de ETA de liberación nacional del País Vasco?
Yo no me identifico con nadie. Creo que se debería llegar a la paz y a una que sea democrática. Si se ha llegado a un conflicto habrá que resolverlo y eso se hace preguntando a la gente, en esto y en todas las cuestiones, creo que eso es democracia, que se opine y se vote: si la gente quiere o no la independencia. Que se produzca el derecho a decidir y se acaba todo. Y no se ha hecho.
Es que esto ha sido de siempre y unas de las excusas por las que ETA ha continuado existiendo, sobre todo después de la dictadura de Franco, la “democracia” entre comillas, porque no creo que sea una democracia. Pero hay muchos intereses en que el conflicto siga presente, porque a la derecha española siempre le ha interesado que ETA exista para tener algo que combatir, junto con la idea de nación vasca.
¿Y ahora que vives en Barcelona, qué pasa con las aspiraciones independentistas de los catalanes?
Creo que la sociedad catalana ha dado una lección diferente, porque esta consiguiendo por otras maneras. Desde el cese de ETA el estado español se ha quedado sin argumentos contra los nacionalismos, porque contra las aspiraciones de Catalunya utilizaban el mismo argumento, de que eran violentistas, que se apoyaban. Entonces ahora ya no hay excusas de nada y surge así este movimiento del pueblo catalán.
Se produjo una movilización de un millón y medio de personas el pasado 11 de septiembre, de forma espontánea, para que todo el mundo vea que los políticos realmente no tienen nada que hacer, el que debe tomar las riendas es el pueblo. Se manifestó un millón y medio por la independencia y todos se preguntaban cómo podía ser sin haber un líder. Acá los políticos iban detrás para ver cómo salían en la foto.
DEL KLUB SKA A POEMAS DE CALLE
Juantxo comenzó a intersarse en el ska en los años ’90, a través de un amigo que editaba un fanzine llamado “Black and White” en Iruña, “que tenía todo el rollo del ska, y este tipo de ideas”. De ahí en adelante comenzó una búsqueda creativa y social por esta veta musical, que lo cautivó por ser “una especie de red oculta internacional que nadie sabía, pero que estaba ahí”. “Te empezabas a cartear con gente de Buenos Aires, de Madrid o de Santiago de Chile y te intercambiabas fanzines y se recomendaban música, aunque era todo mucho más lento”, dice Skalari de aquellos años.
¿Qué queda de los tiempos de Skalariak y las formas de hacer las cosas en el trabajo que haces ahora?
Pues queda todo, porque siempre he tenido la idea de que si dices algo tienes que ponerlo en práctica, porque o si no la gente no se lo cree. Con Skalariak nació la idea de crear un lugar multiracial, internacional, libre y solidario y esa idea y puesta en práctica, era buscar pequeños locales para convertirlos en Klub Ska en ese momento. Luego en el disco “En la Calle” pues tocar en las calles. Y con “Radio Ghetto” pues creamos la radio donde se denunciara el ghetto y poder romper con ello.
Con Skalariak todos empezamos desde cero, con horas y horas de trabajo, era casi una militancia desde lo antiracista, lo antifascista. Mi universidad fue la calle, siempre autodidacta.
Luego en The Kluba es algo más experimental, hay un retorno a la música que influenciaba a Skatalites y estas bandas, que escuchaban Rythm&Blues y el rock añejo de los años 40-50, entonces busqué esos orígenes con instrumentos clásicos y fusionarlo un poco con el ska, ese rockabilly.
¿Y la posibilidad de volver con Skalariak?
Siempre es una posibilidad. Skalariak hizo una parada que en principio iba a ser de dos años, pero se alargó un poco más. Dependerá un poco del tiempo que podamos dedicar mi hermano Peio y yo, desde el punto de vista musical, filosófico y todo. Él sobre todo que hacía los arreglos. De ahí la posibilidad de sacar un disco o algo, todo se verá. Lo mismo ocurre con The Kluba, ya que ahora estoy dedicado a esto del libro.
A mi nunca me ha gustado cerrar puertas, sino simplemente ir abriendo nuevas, donde pueda perfeccionar mi mensaje y tu forma de percibir la vida, tu filosofía se va entendiendo mejor.
No sé que viene ahora, yo me dejo llevar un poco por los momentos. Por ejemplo, ahora yo sólo venía a presentar el libro en formato acústico y esto ha ido creciendo y rodando y ahora tenemos tres conciertos, y se sumaron giras en Argentina, Ecuador y en Perú. Y volviendo a Europa, pienso hacer lo mismo en una gira, defendiendo el libro de forma acústica y con banda. ¿Qué haré después de esto? No lo sé, eso se verá después.
Por Leonel Retamal Muñoz
El Ciudadano