Paraguay tradujo al guaraní “El Principito” para estimular la lectura en lengua originaria

En una publicación dirigida a estudiantes de secundaria

Paraguay tradujo al guaraní “El Principito” para estimular la lectura en lengua originaria

Autor: Félix Eduardo Gutiérrez

Según la Fundación Saint-Exupéry, el  libro del piloto francés es uno de los más traducidos, con 391 versiones


De los siete millones de personas que habitan en Paraguay, 80% hablan cotidianamente guaraní, uno de los dos idiomas oficiales, según recoge la Constitución de 1992.

Esta lengua es originaria de un pueblo indígena sudamericano que habitó en un territorio que se extendía desde el Amazonas hasta el Río de la Plata y que actualmente está reducido a grupos aislados en Paraguay y Brasil.

Para estimular la lectura en esta lengua y contribuir con la vigencia del habla originaria, Paraguay acaba de lanzar una edición especial de “El Principito”, en lengua guaraní dirigida a estudiantes de secundaria.

María Gloria Pereira, traductora de la obra, dijo que consideraron ideal traducir el  legendario texto del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, “para conquistar, enamorar y aumentar la cantidad de lectores. Nuestro mayor desafío es que los hablantes de nuestra lengua se acostumbren a leer en guaraní, y qué mejor que El Principito  dijo en una reseña de la agencia AFP. 

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Portada del libro «El Principito» en Guaraní. Foto: Pasajes Libros.com

Para ella, profesora de enseñanza media e integrante de la Guarani Ñe’ ê Rerekuapavê (Academia de la Lengua Guaraní), la obra de Saint-Exupéry es especial para el guaraní. «Es un relato con tanta vibración que fascina al que lo lee», sostuvo Pereira. 

El lanzamiento coincidió con la celebración del Año Internacional de las Lenguas Autóctonas, destacó Vidalia Sánchez, directora de la editorial Servilibro, que publicó Principe-í. 

La edición es de 2.000 ejemplares y ya casi está agotada a menos de dos semanas de su salida. Los paraguayos reciben una formación bilingüe guaraní-español desde la primaria. 

En 2005, De las Nieves Domínguez y su esposo Enrique Chamorro ya habían publicado una traducción propia de la obra por iniciativa personal, en unos 1.000 ejemplares. 

Pero en el afán de dar más alternativas de lectura universal en guaraní, Servilibro editó el año pasado la traducción de Pereira de los 10 tomos de la célebre tira cómica de Mafalda, del argentino Quino. Y este año, apostó por el clásico de Saint-Exupéry. 

«El Principito va más dirigido a los jovencitos. En la traducción es un ‘mitarusú’, un muchachón en guaraní», señaló Pereira. 

Fuente de inspiración    

Saint-Exupéry (1900-1944) conocía la región a la perfección como piloto de la compañía Aeropostale, que conectaba Asunción con Buenos Aires. 

Saint-Exupéry (1900-1944) conocía la región guaraní a la perfección como piloto de la compañía Aeropostale, que conectaba Asunción con Buenos Aires. Foto Web.

La filóloga y lingüista Delicia Villagra piensa que pudo haberse inspirado en el paisaje guaraní para escribir parte de sus obras y evoca versiones sobre un romance apasionado que vivió el escritor en Paraguay. 

«Hasta se cree que el cerro Patiño (cerca de Ypacaraí, en las afueras de Asunción), muy parecido en sus formas a un sombrero, pudo ser su fuente de inspiración», dijo. 

«Antoine de Saint-Exupéry debe estar contemplando complacido tal vez desde algún planeta, este diálogo del Principe’i con el zorro en guaraní», fantaseó la experta. 

Según la Fundación Saint-Exupéry, El Principito es uno de los libros más traducidos, con 391 versiones. 

Sin distingo de clase         

El guaraní, reconocido como lengua oficial junto con el español por la Constitución de 1992, ha perdurado en el tiempo y su uso se extiende a toda la sociedad paraguaya sin distinción de clase. 

Según la Fundación Saint-Exupéry, el  libro del piloto francés es uno de los más traducidos, con 391 versiones. Imagen: Web.

La leyenda dice que el secreto de su sobrevivencia tiene su origen en el siglo XVI, cuando el gobernador español del Río de la Plata, Domingo Martínez de Irala, que ejercía desde Asunción, autorizó a sus soldados a convivir con las nativas, mientras él mismo lo hacía con 32 de ellas.

El improvisado laboratorio lingüístico se fortaleció con la labor jesuita de 150 años en los siglos XVII y XVIII. El guaraní no tenía escritura, pero los jesuitas imprimían textos en esa lengua usando caracteres del alfabeto latino. 

La Real Academia Española incorporó más de 200 palabras de origen guaraní al diccionario castellano.

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