En Santiago de Chile, el principal punto de concentración fue en Plaza Italia, pero otras 19 movilizaciones se registraron en todo el país andino
Millones de personas, la mayoría jóvenes y estudiantes, de 2.900 ciudades y 160 países, marcharon este fin de semana para exigir a la dirigencia mundial que deje ya los discursos y las promesas y empiece a tomar medidas para enfrentar la crisis generada por el calentamiento global del planeta.
En ciudades tan diversas como Sydney, en Australia; Helsinki, en Finlandia; y Daca, en Bangladés; el viernes 20 de septiembre los manifestantes pidieron acciones urgentes y contundentes contra el calentamiento global, en la que ha sido denominada la “movilización sobre el clima más grande de la historia”.
Las marchas de los llamados Fridays For Future (Viernes por el futuro) iniciaron hace meses y la del viernes representó el pistoletazo de salida a la semana mundial de acción por el clima, que se desarrollará desde este lunes, coincidiendo con la Cumbre de Acción Climática que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebra en Nueva York, y que reúne al menos a 60 jefes de Estado y gobierno del mundo.
En total, están programados más de 5.000 actos en 156 países, que culminarán el viernes 27 de septiembre con una huelga mundial a la que se sumarán estudiantes y que estará respaldada por miles de asociaciones de la sociedad civil.
Asimismo, según la plataforma 350.org se estima que más de 73 sindicatos, 820 organizaciones, 2.500 empresas apoyen las movilizaciones y hasta 6.323 páginas de Internet se sumen una huelga climática digital.
La joven que inspiró «Viernes por el Futuro«
Fue justamente en Nueva York donde la activista sueca de 16 años, Greta Thunberg, quien inspiró Fridays For Future lideró una multitudinaria marcha, al mismo tiempo que se sucedían diversos actos de protesta en numerosos puntos del globo.
Hace un año, Thunberg tomó la decisión faltar a la escuela cada viernes para pararse frente al parlamento sueco exigiendo la acción de los políticos para proteger el medio ambiente, cortar las emisiones de carbono y frenar el calentamiento global.
Luego, miles de jóvenes a escala mundial siguieron su ejemplo hasta convocar a los adultos en una carta abierta publicada en The Guardian, para participar en la gran jornada que comenzó este viernes 20 de septiembre.
“Es momento que todos desencadenemos la resistencia masiva. Sí nos importa, tenemos que hacer más que sólo decirlo. Tenemos que actuar”, expresaron en el texto que obtuvo una contundente respuesta en los cinco continentes.
En Nueva York, Greta Thunberg, expresó tiene esperanza de que la sociedad haya alcanzado un «punto de inflexión». «Las cifras son increíbles, cuando ves las imágenes, es difícil de creer», dijo la adolescente durante una entrevista.
«Espero que sea un punto de inflexión para la sociedad, que muestre cuántas personas están involucradas, cuántas personas están presionando a los líderes, especialmente antes de la cumbre climática de la ONU», que se desarrolla en Nueva York.
Thunberg aseguró que si bien algunos jefes de Estado «parecen más decididos que otros» a luchar contra el cambio climático, «parece que nadie está dispuesto a decir la verdad, a decir realmente las cosas como son».
«No los culpo», «no es culpa de nadie, es culpa del sistema. Pero aún tienen muchas responsabilidades, tienen mucho poder, así que trato de presionarlos (…) Necesitan asumir su responsabilidad y hacer esto, y eso es lo que vamos a tratar de impulsar. Ahora hemos demostrado lo que podemos hacer, ahora tienen que demostrar lo que pueden (hacer)», dijo.
Desde su llegada a Nueva York a finales de agosto, Thunberg dejó claro que no quiere reunirse con el presidente estadounidense, Donald Trump, un escéptico del cambio climático que no asistirá a la cumbre de la ONU y cuyo gobierno derogó varias regulaciones destinadas a limitar las emisiones en Estados Unidos, además de retirar a su país del Acuerdo de París.
«No veo por qué querría conocer a una adolescente, una activista climática… cuando no escucha a la ciencia», señaló la joven sueca.
Más de un millón de jóvenes en Nueva York
Para la manifestación de Nueva York se convocaron a más de 1,1 millones de estudiantes a través de 50 ONG. Los jóvenes, en su mayoría adolescentes, acudieron a la plaza Foley y se dirigieron a Battery Park para reclamar justicia climática.
Con lemas como “Salvar nuestro Planeta”, “No podemos decir que no lo sabíamos”, “No hay plan B” o “Es la ciencia, estúpido”, los jóvenes trataron de crear conciencia sobre la problemática del cambio climático.
Por ejemplo, Emmett, de 10 años, expresó que no entiende cómo los mayores no son conscientes de la emergencia climática, «porque los efectos del calentamiento no son cosa del futuro, sino del presente«.
Los manifestantes de Nueva York repartieron camisetas, carteles y pancartas con lemas que invitaba a proteger el planeta, acciones que se replicaron en diversos puntos de la geografía norteamericana.
Conciencia en Alemania
Precisamente este viernes, el Gobierno alemán presentó el primer gran plan hacia una transición ecológica, que busca convertir a la primera potencia económica europea en un gigante verde en apenas una década.
Berlín pretende reducir sus emisiones contaminantes un 55 % para 2030 (con respecto a las de 1990), de acuerdo con los compromisos de la Unión Europea.
En la nación europea miles de personas participaron en 570 actos realizados en varias ciudades del país.
Según datos de los activistas de Fridays For Future, en Alemania más de 270.000 personas participaron en los actos de Berlín, mientras que en Colonia y y Hamburgo unas 70.000 salieron a la calle para manifestarse.
En la capital de Alemania, tres jóvenes escenifican la crítica situación en la que se encuentra la Tierra, con una actuación en la que representaron a tres personas a punto de morir ahorcadas con una soga al derretirse tres cubos de hielo bajo sus pies.
En Múnich y Hannover la protesta convocó a 25.000 participantes, pero también en ciudades alemanas más pequeñas, tales como Münster y Friburgo, se registraron unas 20.000 personas.
Los manifestantes expresaron su descontento con la política climática mediante pancartas con eslóganes tales como: “Ustedes se quedaron dormidos, nosotros nos hemos despertado”, o “Los vuelos de corta distancia son solo para las abejas”.
Europa alza su voz
En Bruselas, Bélgica, se registró una manifestación apoyada por organizaciones, asociaciones y sindicatos que contó con la participación de unas 15.000 personas, según los cálculos oficiales de la Policía de la capital.
En Helsinki, Finlandia, se guardaron once minutos de silencio, uno por cada año que queda para poder controlar el aumento de las temperaturas, según el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), de la ONU.
En la capital finlandesa sorprendió un falso Papá Noel que sostenía un cartel frente al Parlamento, el cual decía: «Mi casa se incendia y mis renos no saben nadar».
Se registraron cientos de marchas también en República Checa, Gran Bretaña, Polonia, Francia, España, Suecia, Portugal y otros países europeos, donde muchas escuelas secundarias dieron licencia a los estudiantes para que pudieran participar en los actos.
Australia contra la emisión de gases invernadero
En Australia, miles participaron en marchas pacíficas en varias poblaciones, como Canberra y Sidney, para exigirle al Gobierno tomar medidas más estrictas que permitan reducir las emisiones de gases de invernadero, debido a que esa nación mantiene el liderazgo como exportador mundial de carbón y gas líquido.
Siobhan Sutton, una estudiante de 15 años de la Perth Modern School, dijo que “aunque nosotros no estamos enfermos, el planeta en el cual vivimos, sí lo está. Y luchamos y también protestamos por él”.
En Tokio, cientos de estudiantes y activistas ambientales marcharon a través del distrito comercial de Shibuya con cánticos de «Justicia climática» y carteles que pedían «Salvar a la Tierra», o que denunciaban que «La Tierra se incendia».
Desde Kabul hasta Ciudad del Cabo
En Kabul, Afganistán, un camión militar blindado protegía a un centenar de jóvenes encabezados por varias mujeres que portaban un cartel con la leyenda «Viernes para el Futuro».
Fardeen Barakzai, uno de los organizadores y dirigente del grupo ambientalista local Oxígeno, dijo: «Queremos hacer lo que nos corresponde. Como jóvenes de nuestro país conocemos el problema del cambio climático. Sabemos que la guerra puede matar a un grupo de gente. El problema en Afganistán es que nuestros líderes luchan por el poder, pero el verdadero poder está en la naturaleza».
Las redes sociales mostraron decenas de manifestaciones, desde unas pocas docenas de niños de primaria en Abuja, Nigeria, hasta decenas de miles de personas en ciudades como India, Pakistán, Nairobi, Manila y Ciudad del Cabo.
América Latina se hace eco del grito de protesta
La batalla contra el cambio climático también retumbó en América Latina. Desde Ciudad de México hasta Buenos Aires, miles de jóvenes salieron a la calle este viernes para sumarse a las protestas.
México, con 65 marchas, lideró la representación más activa, seguido por Brasil (48) y Colombia (43), según reportó El País.
En la capital mexicana, unos 500 manifestantes se reunieron en el icónico Ángel de la Independencia y marcharon hacia el Zócalo, en el centro.
«Si no hacemos un cambio rápido nos estamos destruyendo a nosotros mismos, por eso creo que es el tema más importante que existe», afirmó Juan Pablo Murral, estudiante de 14 años, entre consignas como «no hidrocarburos, queremos futuro».
La participación de los mexicanos en la huelga global contra el cambio climático no es casual, ya que es el país latinoamericano que más dióxido de carbono y el undécimo en el mundo, con más de 490 toneladas métricas al año, según el Atlas Mundial del Carbono y el grueso de las mediciones internacionales.
En Santiago de Chile, el principal punto de concentración fue en Plaza Italia, pero otras 19 movilizaciones se registraron en todo el país andino.
“Demandamos transición al 100 % de recursos renovables”, se pudo leer en uno de los carteles de los manifestantes en Alameda, la principal avenida de la ciudad.
«Nuestra principal demanda es declarar la emergencia climática y ecológica, y que esto signifique el cierre de las termoeléctricas a carbón de aquí al 2030 y las que están obsoletas de acá a final de año«, señaló Ángela Valenzuela, portavoz de Friday for Future Santiago, una organización internacional que en Chile contempla 36 grupos de trabajo que exigen cambios estructurales para combatir el cambio climático.
En Argentina se realizaron este viernes 18 marchas. La mayoría de los jóvenes se concentró en la icónica Plaza de Mayo de Buenos Aires.
Además de las consignas internacionales, el lema de la protesta fue «No queremos ser el basural del mundo», en referencia al polémico decreto del presidente Mauricio Macri, que flexibiliza los criterios para importar residuos de otros países, principalmente de Estados Unidos.
A diferencia de otros países, la protesta más grande en Argentina se convocó para el próximo viernes 27 de septiembre, el último día de semana de acción climática.
En Colombia, donde la principal causa del cambio climático es la deforestación, la jornada transcurrió en Bogotá con un plantón en la plaza de Bolívar, en el corazón de la capital.
El sábado, la protesta se trasladó al departamento de Caquetá (sur), donde jóvenes ambientalistas de la Amazonia colombiana se reunirán para participar en una jornada de activismo creativo.
En Brasil, país afectado por los descomunales incendios del Amazonía, la protesta se centró en condenar las políticas del gobierno del presidente Jair Bolsonaro, que amenazan la preservación del medio ambiente.
Expectativas
La próxima semana será clave para saber si los líderes mundiales presentes en la cumbre de la ONU se deciden por fin a tomar las acciones pertinentes para reducir los efectos del cambio climático que pone en peligro al planeta entero.
«Hay que hacer comprender a la gente que hay una emergencia climática, que el problema del calentamiento es hoy, que la salud pública está amenazada hoy, que el mar está subiendo hoy, que las temperaturas ya están provocando problemas muy graves”, enfatizó esta semana el secretario general de la ONU, António Guterres, en entrevista concedida a vísperas de la Cumbre.
El objetivo es que los gobernantes presenten planes de recortes de emisiones más exigentes y que permitan cumplir con la meta del Acuerdo de París. Si no, los gases de efecto invernadero, lejos de reducirse un 45 %, aumentarán un 10 %, con efectos fatales para el planeta.
Mientras los líderes deciden si actuarán o no, los jóvenes han tomado la batuta saliendo a las calles a protestar.