«Nuestra respuesta no será limitada. Tenemos la capacidad de responder a cualquier violación y estamos preparados ante cualquier escenario»,indicó el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, Hosein Salamí.
El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, Hosein Salamí, amenazó este sábado con convertir en «el principal campo de batalla» al país que se atreva a atacar a Irán, después de que Estados Unidos anunciara el envío de tropas al golfo Pérsico.
«Nunca permitiremos que la guerra alcance nuestro territorio (…) No pararemos hasta la destrucción del agresor y no dejaremos ningún lugar seguro», dijo el comandante durante la inauguración de una exposición de restos de drones estadounidenses derribados por Irán.
La tensión entre Teherán y Washington aumentó después de que el gobierno de Donald Trump acusara a Irán-sin pruebas contudentes– de los ataques perpetrados con drones hace una semana contra la petrolera saudí Aramco, en los que la nación persa ha negado toda implicación.
Las autoridades iraníes ya habían advertido que responderían con firmeza a cualquier ataque, aunque este fuera limitado, un punto en el que insistió Salamí.
«Nuestra respuesta no será limitada. Tenemos la capacidad de responder a cualquier violación y estamos preparados ante cualquier escenario», subrayó.
El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria destacó «la gran capacidad» de Irán para derribar drones, como ocurrió el pasado junio con uno estadounidense en el estrecho de Ormuz.
«Derribaremos cada dron que viole nuestro espacio aéreo y somos lo suficientemente valientes como para declararlo», agregó.
Sanciones de Washington han fracasado
Como parte de las agresiones contra la nación persa, la administración de Trump impuso este viernes más sanciones al Banco Central iraní y aprobó el envío de un número limitado de tropas a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
Sin embargo, el representante oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Abbás Mousaví, indicó que Estados Unidos debe reconocer que su política de sanciones ha fallado.
Describió la política exterior de la Casa Blanca como confusa y desesperada, agregando que no tiene otra base que la intimidación, el unilateralismo y el terrorismo económico y carece de cualquier capacidad de iniciativa racional y diplomática para resolver pacíficamente las disputas con otras naciones.
Mousaví insistió en que los estadounidenses tienen que admitir que «abusar de la política de sanciones y usar el dólar como arma arroja dudas sobre la reputación y la economía de Washington y pone fin a la percepción de Estados Unidos como un socio económico fiable».
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