Durante una semana de octubre los franceses, por decreto, deben “producir endorfinas, hormonas del bienestar, riendo al menos tres veces al día».
De acuerdo con algunos estudios, Francia registra alarmantes indicadores de depresión.
En la última década, la prensa francesa calificó al país como el “campeón mundial de la miseria”, luego de que un informe de la Organización Mundial de la Salud calificó a los franceses como los ciudadanos más propensos a sufrir depresión clínica.
Un artículo del foro de salud Pshychiatrie culpó de esta especie de tristeza colectiva, entre otros factores, a los problemas financieros de la nación, el aumento de la edad de jubilación y al consumo de antidepresivos.
Si bien el número de suicidios en Francia disminuyó en el periodo de 2003 a 2014, según un informe publicado por el Observatorio Nacional del Suicidio en 2018, todavía hay mucho por lo que preocuparse en cuanto a la salud mental de los franceses.
“Francia se encuentra entre los países europeos con las tasas de suicidio más altas, detrás de los países del este, Finlandia y Bélgica”, indicó el informe, que también señala que los casos de suicidio se ven mucho más en hombres que en mujeres, reseñó el diario El Mundo.
Quizás basado en estas preocupantes estadísticas, Freddy Riffaud, alcalde de Essarts-en-Bocage, una pequeña ciudad francesa situada en el departamentos de Vandea, de la región de Países del Loira, decretó oficialmente la obligación «de ser feliz» durante una semana, prohibiendo músicas tristes y libros que terminen mal, con motivo del festival local de la felicidad.
El decreto municipal oficial deberá cumplirse del 5 al 11 de octubre de 2019, durante la primera edición del festival de música «Ciudad Feliz».
«Considerando la velocidad a la que una emoción negativa puede difundirse y causar devastación» y «el riesgo elevado de mal humor al llegar el otoño, así como las reducidas tasas de sol», el alcalde pide «no dejar entrar a nuestro territorio (…) a nadie que pueda impedir la expresión de esa emoción (la felicidad)».
El decreto, con fecha del 13 de septiembre, exige «prohibir la difusión de cualquier música que pueda ser percibida como deprimente o triste, filmes, historias o libros que terminen mal», precisó la agencia AFP.
Pide además «producir endorfinas, hormonas del bienestar, riendo al menos tres veces diarias» y «hacer sonreír al menos 10 personas por día». Precisa el decreto que esta obligación va de «8 horas a 22 horas».
La comuna de Essarts está considerando la creación de una «etiqueta nacional» al extender esta semana de alegría a otros municipios, «la vida no es simple pero no está en el estar mirando por el lado equivocado que mejoraremos las cosas».
«El contexto nacional es lo que es demasiado complicado, las personas desafortunadas que hay en todas partes, pero no parece que arreglemos las cosas, así que hacemos lo contrario», concluyó el edil.
Con esta medida Riffaud espera elevar los niveles de felicidad de los 9 mil habitantes de Essarts-en-Bocage o al menos hacer el intento.
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