Varios analistas coinciden en que si Trump usó su poder para tratar de obligar a un líder extranjero a influir en los comicios presidenciales estadounidenses podría precipitar una crisis política sin precedentes, ya que sería un descarado tráfico de influencias
El escándalo Watergate aconteció en 1972 y provocó la renuncia del entonces presidente estadounidense Richard Nixon. El escándalo Lewinsky sacudió la reputación de Bill Clinton en 1998 y lo llevo a juicio político por perjurio y obstrucción de justicia, aunque luego fue exonerado de todos los cargos y continuó en la jefatura de Estado.
En el caso de Donald Trump, en este 2019 atraviesa uno de los períodos más peligrosos –además de polémico- de su presidencia, tomando en consideración que toda su administración ha sido históricamente peligrosa.
Prácticamente engavetada la llamada “trama rusa”, que implica a Trump como un supuesto “doble agente” que sirve a los intereses del Kremlin, ahora sale a relucir un escándalo que los medios han bautizado como “Ucrania-Biden” y que amenaza con intensificar las solicitudes de impeachment en contra del magnate estadounidense.
Tal como reseña La Nación, en víspera de la reunión que sostendrá Trump este miércoles con su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, en la sede de la ONU en Nueva York, The Wall Street Journal sacó a la luz una conversación telefónica que ambos mandatarios sostuvieron el pasado 25 de julio.
En esa llamada, presuntamente Trump intentó coaccionar a Zelenskiy para que ordenara una investigación sobre el hijo de Joe Biden, exvicepresidente de Barack Obama y favorito para convertirse en el candidato presidencial del Partido Demócrata en los venideros comicios de 2020, con el objeto de obtener información que pudiera dañar su campaña.
Según la investigación desarrollada por The Wall Street Journal, que cita a dos fuentes protegistas bajo el anonimato, Trump instó a Zelenskiy a investigar las actividades de Hunter Biden, quien trabajó para una compañía ucraniana de gas.
Precisamente, este escándalo, como bien reseña La Nación, podría incentivar a los demócratas en la Cámara de Representantes a activar la opción del juicio político que influenciaría en las elecciones de 2020 y que sería en eco en los años venideros.
Lo más polémico del “Ucrania-Biden” es que Trump habría querido extorsionar al líder ucraniano, prometiéndole fondos de ayuda militar para que ese país investigara criminalmente al hijo de su rival por una supuesta acción de corrupción.
Sin embargo, sobre este último asunto en particular no hay evidencia. Algunos medios, incluso, sostienen que “el denunciante de la comunidad de inteligencia que dio la alarma sobre el caso estaba operando con un conocimiento de segunda mano de las conversaciones de Trump con el presidente Zelenski”.
Al respecto, el presidente Trump reconoció a la prensa que sí habló con su par ucraniano sobre el exvicepresidente Joe Biden durante una llamada en julio.
En un reporte de CNN, varios analistas coinciden en que si Trump usó su poder para tratar de obligar a un líder extranjero a influir en las elecciones estadounidenses podría precipitar una crisis política sin precedentes, ya que sería un descarado tráfico de influencias para manipular los comicios generales del próximo año.
Mientras, por un lado Trump acusa a las filtraciones de «ridículas» y «partidistas», por el otro los líderes demócratas en el Congreso exigen tener acceso a los documentos de la conversación de Trump, pero la Casa Blanca se ha negado.
Por ello, se espera que este jueves 26 de septiembre los demócratas en el Comité de Inteligencia de la Cámara baja interroguen a Joseph Maguire, el director interino de inteligencia nacional, quién según medios estadounidenses se ha negado a revelar detalles de la denuncia, a pesar de las constantes llamadas de demócratas y de algunos republicanos.
Cómo comenzó todo
The Guardian reseña que un denunciante, que trabajaba en inteligencia estadounidense, presentó una queja formal en agosto, argumentando que vio o escuchó algo que suscitó «preocupación urgente».
Los informes revelaron que la queja se basó en una serie de eventos, incluida una llamada del 25 de julio entre Trump y Zelenskiy. Las quejas de esta naturaleza generalmente se informan al Congreso dentro de los siete días. Maguire, quien fue designado por Trump, se ha negado a hacerlo.
Según The Wall Street Journal, Trump le pidió a Zelenskiy ocho veces que investigara a Hunter Biden.
Ahora, el propio Trump declaró lo siguiente: » La conversación que tuve fue en gran medida de felicitación, por toda la corrupción que se estaba produciendo y el combate a la misma (…) No queremos que nuestra gente, como el vicepresidente Biden y su hijo, [contribuyan] a la corrupción que ya existe en Ucrania».
Por qué está involucrada Ucrania
De acuerdo con The Guardian, no hay evidencia de irregularidades por parte de Joe Biden o Hunter Biden. Las acusaciones se relacionan con el tiempo que estuvo Hunter en el directorio de una compañía de energía ucraniana, Burisma, que era propiedad de un hombre de negocios que era investigado por el principal fiscal de Ucrania.
Resulta que en 2016 Washington presionó al Gobierno de Ucrania para que retirara al fiscal, justamente cuando Biden era vicepresidente. Entonces, el afán de Trump para que se investigue a los Bidens se relaciona con esa destitución del fiscal.
No obstante, analistas defienden que la preocupación de Trump parece tener un motivo político, pues Biden es el favorito para ganar la nominación demócrata y las primeras encuestas muestran que vencería a Trump cómodamente.
Por qué es esto tan serio
Es ilegal que una campaña política acepte una «cosa de valor» de un gobierno extranjero que tenga peso electoral. Los demócratas dicen que una investigación sobre un oponente político, por lo que Trump parece haber estado presionando, equivaldría a «algo de valor».
También se ha sugerido que Trump puede haber amenazado con retener la ayuda militar a Ucrania. Aproximadamente un mes después de la llamada, Estados Unidos retrasó 250 millones de dólares en dicha asistencia. El dinero fue liberado este mes, después de que se hizo pública la existencia de la denuncia.
Este lunes, en las Naciones Unidas, Trump declaró sobre el tema: «Es muy importante hablar de corrupción (con Zelenskiy). Si habla de corrupción, ¿por qué le daría dinero a un país que creo que es corrupto?”
Asimismo, trató de desprestigiar al denunciante alegando en un tuit: «¿Quién es el llamado» denunciante «que no conoce los hechos correctos? ¿Está él del lado de nuestro país? ¿De donde viene él?».
Además, como siempre, intentó transmitir la culpa de todo a Biden: “No importa lo que haya discutido (con Zelenskiy) pero les diré esto: alguien debería mirar las declaraciones de Joe Biden (…) Las ‘noticias falsas’ no miran esas cosas. Es una desgracia”, dijo Trump, asegurando que su rival recibe mejor trato de los medios.
¿Se publicará la transcripción Trump-Zelenskiy?
Los demócratas y algunos republicanos han pedido que la conversación de publique, y se informó el lunes que la Casa Blanca está considerando seriamente hacerlo.
Dos miembros del gabinete, Steven Mnuchin y Mike Pompeo, y la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, han dicho que publicar la transcripción sentaría un precedente perjudicial, dada la necesidad de que los líderes hablen francamente en tales llamadas.
Según los informes, a los asesores de la Casa Blanca también les preocupa que la publicación de la transcripción conduzca a que se hagan públicas otras transcripciones de conversaciones entre Trump y líderes extranjeros, especialmente Vladimir Putin.
Qué dicen los demócratas
El lunes, Chuck Schumer, líder de la minoría en el Senado, escribió al líder republicano, Mitch McConnell, pidiéndole que lo ayude a obtener el informe del denunciante e investigar por qué se retuvo la ayuda militar. Sin embargo, es poco probable que McConnell lo ayude.
Por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, dijo que si se confirman los informes sobre la queja, Trump enfrentará «graves repercusiones» y la nación tendrá «graves y urgentes preocupaciones por nuestra seguridad nacional».
Pelosi ha resistido la presión de la base demócrata para acusar a Trump por sus vínculos con Rusia.Sin embargo, las revelaciones de Ucrania solo han intensificado los llamados al juicio político y a una posible la destitución.
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