La publicación de 288 páginas relata la vida del cantante fallecido a los 57 años
El 29 de octubre saldrá en los Estados Unidos «The Beautiful Ones» (Los Hermosos), un relato íntimo de cómo se convirtió en leyenda Prince Rogers Nelson, el afamado cantante y compositor estadounidense hallado sin vida el 21 de abril de 2016, en su residencia en la ciudad de Minneapolis, en el estado de Minnesota.
Con muchas ideas, Prince quería contar su historia, pero no se imaginaba que no tendría tiempo suficiente para hacerlo. El escritor Dan Pieperbring completó la edición, reseñó eldiario.net.
Indicó que solamente la primera parte es, en realidad, una memoria en el sentido estricto del género: su prosa lírica recorre el mundo de su infancia.
La segunda parte es una suerte de álbum de recortes -fotos, manuscritos, notas- de sus primeros años como músico, antes de la salida de For You, su primer disco, en 1978.
La tercera parte de la publicación, de fotos, sigue todos los años siguientes, y la cuarta, «su tratamiento manuscrito original de Purple Rain, la etapa final en la autocreación de Prince, en la cual repite el relato autobiográfico de las tres primeras partes como una travesía heroica», según Penguin Random House, que publicará el libro de 288 páginas en su sello Spiegel & Grau.
El libro de Prince
Semanas antes de su muerte, Prince anunció que trabajaba con el escritor Dan Piepenbring en un libro con textos, fotos, manuscritos de canciones y recortes: su relato íntimo de cómo se convirtió en la leyenda que era.
Sin permitir que su historia de vida robara el misterio a su personaje, se proponía compartir las emociones, las ideas y las experiencias del mundo que lo habían llevado a crear su visión artística y sostenerla antes de que la fama lo definiera.
Esa autobiografía quedó, como su música, trunca cuando Prince, que sufría de adicción a los opiáceos, fue hallado muerto en su casa, horas después de haber colapsado cerca de un ascensor por pastillas de Vicodin adulteradas con fentanilo, a los 57 años.
Ahora tras el lanzamiento de canciones inéditas, el EP Deliverance, y los álbumes Piano & A Microphone 1983 y Originals, el libro The Beautiful Ones -como su canción, la que dice «The beautiful ones, they hurt you every time»- se publicará el 29 de octubre.
En lugar de una recapitulación de la vida de Prince, Piepenbring terminó por trabajar en una especie de tributo a sus días y su obra, un homenaje a la vez surcado por la propia voz del músico, por sus tesoros personales y por el sentimiento de interrupción que dejó su muerte.
Racismo, tema relevante
El racismo sería otra cuestión de importancia en el libro. Y el sentido de la música: «La música sana. Escribe eso primero – le dijo Prince-. La música da cohesión a todo».
También la política del presente: «El manantial. ¿Lo leíste?», le preguntó Prince. «Necesitamos un libro que les hable a los aristócratas, no sólo a los fans. Tenemos que desmantelar El manantial ladrillo por ladrillo. Es como la biblia de los aristócratas. Es un compuesto de problemas. Básicamente lo que quieren es eliminar el paraíso. Deberíamos atacar la idea entera de supremacía».
El libro también podría ser un manual para la comunidad de los artistas, envuelto en el formato de la autobiografía. «Debería enseñarles que lo que uno crea le pertenece», explicó.
«Conserva lo que haces. Me quedé en Minneapolis porque Minneapolis me hizo. Hay que devolver. Mi papá vino a Minneapolis de Cotton Valley, en Louisiana. Aprendió en las condiciones más duras lo que significa controlar lo que uno posee».
The Beautiful Ones también podía llevar la página del pasaporte de Prince, «con todo y los datos». «Tenemos que hacer que esto sea un poco loco», le dijo. «De hermano a hermano, te digo: es bueno ser polémico».
«Me enganchaste con la cuestión de la industria, pero todavía pienso en escribir sobre mi madre», se despidió Prince.
Había escrito sobre su infancia y su adolescencia en Minneapolis. Y, sí, sobre su madre: «¿Has visto cómo puedes darte cuenta de que alguien está sonriendo sólo con mirar a sus ojos? Así era con los ojos de mi madre. A veces ella los entrecerraba como si estuviera a punto de decirte un secreto. Luego descubrí que mi madre tenía un montón de secretos».
Las camisas que usaba su padre -y la que él más admiraba-; la manera en que sus padres se superaban el uno al otro en elegancia; su separación, cuando Prince tenía siete años. Su primer beso, con una niña de su barrio.
La epilepsia que sufrió en sus primeros años. La primera vez que vio una película para mayores de 18 años. Y comentarios intercalados sobre la música: «Una buena balada siempre debería crear un clima para hacer el amor».
Piepenbring citó un fragmento del día en que Prince convenció a su padre de que lo llevara a ver el documental Woodstock, un domingo a la salida de la iglesia. El padre era un músico tan bueno que él sentía que nunca podría ser así.
«Esa noche cambiaron las vidas de mi padre y la mía. El vínculo que cementamos esa misma noche me permitió saber que siempre habría alguien en mi esquina del cuadrilátero cuando se tratara de mi pasión. Mi padre comprendió esa noche lo que la música realmente significaba para mí. Desde ese momento, nunca más me habló de manera condescendiente».