Las elecciones presidenciales de Afganistán estuvieron condicionadas por la reciente ruptura de las negociaciones de paz entre los talibán y Estados Unidos, y las amenazas de fraude.
Al menos 32 personas han muerto y 123 resultaron heridas en 113 atentados perpetrados este sábado durante las elecciones presidenciales de Afganistán, según reportó la agencia de noticias afgana Pajhwok.
Los talibanes han reivindicado 64 de estos atentados, mientras que el gobierno afgano redujo el número de víctimas a dos policías muertos y 40 personas heridas, entre ellas 37 civiles.
Afganistán cerró así una jornada que se produjo bajo la sombra de continuas amenazas durante las últimas semanas de los talibanes, que al parecer lograron su objetivo de atemorizar a la población, con una aparente baja participación a falta de los datos oficiales.
Sin embargo, según el gobierno la campaña de los talibanes para interrumpir el proceso electoral fracasó y “sus planes fueron desbaratados y frustrados«, tal y como aseguró en una rueda de prensa en Kabul el ministro de Interior de ese país, Masoud Andarabi.
Para garantizar la seguridad durante la jornada las autoridades afganas desplegaron a 72.000 miembros de las fuerzas de seguridad y pusieron en alerta a otros 30.000, pero el temor se apoderó de la población.
“En el caso de Kabul, la capital parecía este sábado una ciudad fantasma, con calles cortadas y controles de seguridad cada pocos metros, mientras la sobrevolaban helicópteros militares”, reseñó Europa Press.
Las elecciones, con más de 9,5 millones de votantes registrados, se celebraron en un clima marcado también por la amenaza de fraude.
La participación fue baja en las provincias del norte, dijo la comisión independiente, en relación con la presencia en las elecciones parlamentarias del año pasado.
Sin embargo, en otras áreas del país, muchos desafiaron a los talibanes y acudieron a las urnas, por lo que las autoridades electorales pospusieron el cierre de los comicios por dos horas debido a las largas filas de personas, especialmente mujeres, que aguardaban para votar.
Esta es la cuarta vez que Afganistán vota desde la caída del régimen talibán.
En estos comicios estuvieron condicionados por la reciente ruptura de las negociaciones de paz entre los talibán y Estados Unidos, y participaron 15 candidatos, entre ellos el actual presidente Ashraf Ghani, y el jefe del Gobierno, Abdulá Abdulá, quien en los últimos cinco años, compartió el poder en un gobierno de unidad después de que las elecciones anteriores se vieron ensombrecidas por las acusaciones de fraude.
No habrá resultados oficiales al menos hasta el 17 de octubre y los definitivos están previstos para el 7 de noviembre. Si ningún candidato logra el 50 por ciento de los votos habrá una segunda vuelta que enfrentará a los candidatos más votados.
El futuro presidente encabezará un país en guerra en el que para el año 2017 el 55% de la población vivía con menos de dos dólares al día y donde el conflicto con los talibanes causó más de 1.300 víctimas civiles en la primera mitad de 2019, según las últimas estimaciones realizadas por la ONU.
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