Busca a un paciente que entró al centro de salud y tal vez murió
La historia de Marcos, un perro que desde abril de 2017 espera a su amo en las puertas del hospital de Chinchiná, en Caldas, Colombia, se ha vuelto viral en las redes sociales.
Mirando al horizonte como si esperara un milagro, la vivencia del perrito ha despertado el interés y enternecido a los habitantes de este pueblo cafetalero.
El caso de esta mascota hace recordar la historia de Hachiko, un perro japonés que esperó durante varios años a su amo fallecido, un profesor, en una estación de tren, señaló un reportaje del diario El Tiempo.
Esta historia fue llevada al cine en varias ocasiones, la última versión fue protagonizada por Richard Gere bajo el título “Siempre a tu lado”.
Cada día es para este canino parte de una espera que no tendrá fin, aunque no se conoce con exactitud el día cuando llegó al centro asistencial. En lo que sí coinciden médicos y trabajadores es que busca a un paciente que entró al hospital y tal vez murió.
También se cree que su amo tuvo que ser alguien bueno con el perro, a quien llamaron Marcos por el nombre de este hospital, el San Marcos.
El perro se rehúsa a irse de allí. Según usuarios del hospital, al perro lo acogieron en un hogar; sin embargo, volvió a la puerta del centro médico, pues el animal parecía desesperado y a través de ladridos intentaba que los dejaran salir, por lo que regresó al lugar donde habría visto por última vez a su amo.
Con el tiempo, Marcos se ha vuelto famoso en el pueblo, entre los jóvenes, campesinos y comerciantes quienes son testigos diariamente del recorrido de 8 cuadras que realiza desde el hospital hasta el parque donde se queda dormido todo el día.
En uno de los establecimientos de la zona, el Café del Parque, lo atienden como un cliente premium, pues donde se duerme ahí lo dejan, incluso, quienes llegan, pasan por un lado sin molestarse porque ya saben de quién se trata.
Sin embargo pareciera que para Marcos esto no es suficiente, su mirada sigue siendo triste, tal vez por sus 70 años de vida (10 años en los caninos). Algunos creen que es pena moral, pues pocas veces se le escucha ladrar.
Cuando enferma, el personal del hospital San Marcos hace colecta para pagarle lo que necesite. Incluso, Gladys García, quien fue la persona que lo acogió en su hogar, le compra medicamentos.