La física cuántica dejó obsoleto al neoliberalismo

El periodista independiente Nich Cunninghan, que cubre el tema del petróleo y el gas a través de OilPrice, comentaba un nuevo informe de IHS Markit (proveedor de información global con base en Londres), diciendo lo siguiente

La física cuántica dejó obsoleto al neoliberalismo

Autor: Wari

El periodista independiente Nich Cunninghan, que cubre el tema del petróleo y el gas a través de OilPrice, comentaba un nuevo informe de IHS Markit (proveedor de información global con base en Londres), diciendo lo siguiente. Los descubrimientos convencionales de petróleo se desplomaron a un mínimo de siete décadas y «no se espera un rebote significativo». Más aún, la exploración convencional, en oposición al desarrollo no convencional, incluido el esquisto, ya había tenido una tendencia a la baja después de la crisis financiera mundial de 2008. Esta información se refiere a un aspecto, entre muchos otros, sobre la esencia sobre la cual descansa el modelo de economía neoliberal, es decir, el crecimiento infinito, con recursos finitos, como es el petróleo.

La energía no ha subido más, debido a que el consumo global se ha estabilizado por la baja actividad económica en los países desarrollados.  El consumo de los Estados Unidos es 3,5 millones de BPD (Barriles de Petróleo Diario) más que en 1973, lo que equivale a un crecimiento de poco menos el 15% en 45 años. La demanda en la UE ha disminuido en un 13% desde entonces; en cambio, la demanda en la región de Asia y el Pacífico aumentó de 9,1 millones de BPD en 1973 a 34,6 millones de BPD en 2017. Este aumento del 280% en la demanda es la razón principal por la que la curva de demanda global ha aumentado constantemente. La demanda mundial de petróleo crudo (incluidos los biocombustibles) en 2018 ascendió a 99,2 millones de barriles por día (32.208.000 B/Anuales), y se prevé que aumente a 100,6 millones de barriles diarios en 2019, (36.719.000 B/Anuales). Para 2023, la demanda de petróleo alcanzará 104,7 m/b/d (38.215.500 B/Anuales).

Esta magnitud de consumo de energía, para seguir con la política del crecimiento infinito, es el gran problema que sigue siendo soslayado por el modelo neo liberal, porque solucionarlo implica su desaparición. Si consideramos los 91,8 millones de vehículos nuevos que se incorporarán anualmente al mercado, tomando la cantidad producida el año 2018, en 53 años más se sumarán 4.876.000.000, al total de 1.350 millones de autos existentes hoy. Y no estamos agregando el aumento anual para compensar el retiro de los autos viejos. El informe anual de BP (British Petroleum) sobre las reservas mundiales probadas de petróleo dice que la Tierra tiene casi 1.688 billones de barriles de crudo, que durarán 53,3 años a las tasas actuales de extracción, y eso no considera el impacto de los 4.876.000.000 de autos nuevos. Con prácticamente todas las ciudades saturadas de vehículos, el gasto en inversiones viales que se necesitarán en 53 años más son colosales, además de las grandes inversiones para extraer el mayor costo que demandará la extracción de los recursos finitos, como el mismo petróleo que se estará agotando, probablemente agotado, además del agua, el cobre, el carbón, los minerales, el gas natural, etc.

La mención del petróleo tiene relación con el callejón sin salida que tiene la economía neo liberal, porque su forma ideológica de pensamiento, quedó obsoleta por su racionalidad lineal, fija y analítica que no responde a las nuevas características requeridas por la humanidad. El neo liberalismo se inspiró en el pensamiento derivado de la vieja ciencia de la física clásica. Aquello cambió y lo seguirá haciendo. Nada mejor para explicar lo dicho es hacer referencia al pensamiento del Ph. D en Física Teórica, Fritjof Capra, quien nos dice que, “todo el triunfo de la mecánica newtoniana en los siglos XVIII y XIX, originada en las formulaciones planteadas por Descartes, proponiendo el prototipo de una ciencia “exacta”, con la que debían cotejarse todas las demás ciencias, en el sentido de imitar los métodos físicos, caracterizada por la función de medir y catalogar incluida la tendencia a fragmentar”, no sirve para encontrar las respuestas adecuadas para la humanidad de ayer, de hoy y de mañana.

“La importancia del pensamiento racional en nuestra cultura se haya resumida en la famosa afirmación de Descartes “Cógito ergo, sum” (Pienso, luego existo), en virtud de la cual el hombre occidental comenzó a identificar su identidad con la mente racional en vez de, con todo su organismo”.

F. Capra profundiza mucho más cuando señala: “Desde el siglo XVII, la física ha sido el ejemplo más evidente de una ciencia exacta y un ejemplo para las demás ciencias. Durante dos siglos y medio los físicos han utilizado una visión mecanicista del mundo para desarrollar y perfeccionar la estructura conceptual conocida con el nombre de “física clásica”. Basando sus ideas en la teoría matemática de Isaac Newton, en la filosofía cartesiana y en la metodología preconizada por Francis Bacon, las han desarrollado de acuerdo con un concepto de la realidad que predominó durante los siglos XVII, XVIII y XIX”. En lo esencial, la base de toda existencia del mundo material se pensaba como objetos separados ensamblados a una gran máquina, como fabricas. El cosmos era concebido como una máquina cósmica igual a las fabricadas por el hombre, cuyos componentes, se podían deducir a partes básicas para descubrir su funcionamiento.

A causa de las limitaciones esenciales de la mente racional, Werner Heisenberg, entre otros, dice, “que todas las palabras y conceptos, por muy claros que luzcan, están limitados en cuanto a sus aplicaciones”. Luego, F. Capra sentencia, “las teorías científicas jamás podrán proporcionar una descripción completa y definitiva de la realidad: siempre serán una aproximación a la verdadera naturaleza de las cosas. En pocas palabras, los científicos no tratarán nunca de la verdad, sino de una descripción limitada y aproximada de la realidad”. “La concepción mecanicista del universo ideada por Descartes proporcionó la autorización científica para la manipulación y la explotación de los recursos naturales que se ha convertido en una constante de la cultura occidental”.

El cambio del conocimiento se inicia cuando los científicos se encontraron con los fenómenos atómicos y subatómicos; “les fue imposible explicar dichos fenómenos dentro de la física clásica y debieron cuestionar los conceptos básicos que tenían sobre la realidad”, asunto dramático y doloroso de aceptar, porque habían dogmas que habían sido aceptados durante cuatro mil años. Descartes mismo había trazado el esquema de un enfoque mecanicista de la física, a la astronomía, la biología, la psicología, la medicina y también a la economía. “Siguiendo a Descartes y Newton, “el filósofo John Locke desarrolló una visión atomista de la sociedad, y cuando aplicó su teoría sobre la naturaleza humana a los fenómenos sociales estaba convencido de la existencia de leyes naturales que regían la sociedad humana, similar a las que gobiernan el universo”. Los ideales del individualismo, el derecho a la propiedad, el mercado libre, se remontan a la doctrina de Locke, que contribuyó al pensamiento de Thomas Jefferson y se reflejan en la declaración de la independencia y la constitución de los Estados Unidos”.

“La fe en la certeza absoluta de la ciencia está el origen mismo de la filosofía cartesiana y de la visión del mundo que deriva de ella, sin embargo, fue aquí, desde el principio, donde Descartes se equivocó”. El desarrollo de la física moderna comienza con la proeza de Albert Einstein, quien con su teoría de la relatividad modificó drásticamente nuestro concepto del tiempo y del espacio. “A nivel sub atómico, la materia no existe con certeza en un lugar definido, sino que muestra una ‘tendencia a existir’ ”. “Los acontecimientos atómicos no ocurren con certeza en un momento definido y de manera definida, sino muestran una, “tendencia a ocurrir””. Para la física, en la mecánica clásica, las propiedades y el comportamiento de las partes determinan los del todo, en la mecánica cuántica, la situación es exactamente la contraria: es el todo lo que determina el comportamiento de las partes. La materia no es algo pasivo e inerte, sino algo que se mueve continuamente, danzando y vibrando”.

“El hecho de que todas las propiedades de una partícula estén determinadas por principios estrechamente relacionados con los métodos de observación, significaría que las estructuras básicas del mundo material están determinadas, en el fondo, por la manera en que observamos el mundo, y que los modelos de materia que observamos son un reflejo de los modelos de la mente”.

“Los economistas contemporáneos, tratando equivocadamente de proporcionar rigor científico a su disciplina, han evitado constantemente el tema de los valores no expresados. Al evadir los temas relacionados con los valores, los economistas se han retirado hacia problemas fáciles pero menos importantes, y han ocultado los conflictos de valores utilizando un lenguaje técnico muy elaborado. Esta tendencia es particularmente fuerte en los Estados Unidos, donde hoy existe la creencia generalizada de que todos los problemas económicos, políticos o sociales, pueden resolverse con la técnica. De ahí que los análisis de rentabilidad que convierten las opciones morales y sociales en pseudotécnicas y por ello ocultan los conflictos de valores que solo pueden ser resueltos políticamente”. En la práctica, el precio se puede fijar a cualquier cosa, una casa, un auto, un puente, sin embargo, estas estructuras no incluyen el valor de los ciento de miles de toneladas de agua contaminadas con desechos del plutonio de las centrales nucleares, que afectarán el valor de la vida en la Tierra por millones de años, porque producir bienes desconectados del deterioro de la naturaleza, es solo una elección ideológica, con fines “rentables”.

“Cuando Adam Smith escribió que los trabajadores y ‘otras clases inferiores de personas’ engendraban demasiados hijos, los cuales harían disminuir los salarios a un nivel de simple subsistencia, no hacía más que demostrar que su visión de la sociedad era parecida a la de otros filósofos del Siglo de las Luces. Su posición como miembro de la burguesía ilustrada les permitía concebir ideas extremistas sobre la igualdad, la justicia y la libertad, pero les impedía extender estos conceptos a las “clases inferiores” y tampoco incluía a las mujeres”. Es decir, su pensamiento estaba sesgado, al no hacerse cargo del todo, con las consecuencias que se ven hoy.

El enfoque fragmentario de los economistas contemporáneos, su preferencia por los modelos cuantitativos  abstractos han tenido como consecuencia la tremenda división que existe hoy entre la teoría y la realidad económica. El Washington Post, escribió: “La ambición de los economistas los ha llevado a crear complejas soluciones matemáticas para los problemas teóricos y que pese a su elegancia, tienen poca o ninguna importancia para los problemas sociales. El neoliberalismo se escinde y no se hace cargo de las anomalías sociales y económicas, tampoco de la inflación, el desempleo mundial, la injusta repartición de la riqueza, la crisis energética. Más recientemente, algunos estudios pseudo científicos, intentan legitimar la aplicación de las tasas negativas de interés profundas, una aberración brutal, que entre otros aspectos, obliga a los trabajadores a ahorrar en las AFP, el dinero para su jubilación, que lo utilizan los empresarios, y que luego serán desvalorizados por las tasas negativas.

“La física moderna nos enseña que el universo ya no es una máquina compuesta de una cantidad de objetos separados, sino una unidad indivisible y armoniosa, una red de relaciones dinámicas de la cual el observador humano y su conciencia forman parte esencial. Los esfuerzos sistemáticos de David Ricardo y de otros economistas clásicos, consolidaron la economía en una serie de dogmas que sostenían la estructura de clases existente y que se oponían a todos los intentos de realizar mejoras sociales con el razonamiento “científico” de que las “leyes de la naturaleza” estaban funcionando y que los pobres eran responsables de su propia desdicha”.

A la luz de las revelaciones de los nuevos avances de la física cuántica, el neo liberalismo es solo una ideología obsoleta, creada por bandas de fanáticos hedonistas, que desechan cualquier medida si la satisfacción de las necesidades de muchos afecta a alguien más rico. Vilfredo Pareto dijo algo similar.

Es imposible incluir en una nota el vasto desarrollo de la física moderna y de cómo influirá en las demás ramas de las ciencias que se quedaron obsoletas. Les sugiero leer “El Punto Crucial” (The turning point), de Fritjof Capra, quien, con un leguaje simple, entrega su valioso pensamiento, que hemos transcrito aquí. Para concluir, podemos decir que el mundo no nos esperará. Debemos encontrar la forma de pasar a un nuevo paradigma que resuelva los  problemas de la humanidad antes que seamos 10.000 millones de personas. Lo que estamos observamos hoy en la ecología, el calentamiento global, la formación de elites más ricas y poderosas, la delincuencia, las guerras, el capitalismo desbordado, la concentración económica, la robótica y la inteligencia artificial, la droga, etc., unido al vicio de imprimir dinero sin límites, nos está avisando que el tiempo se está agotando, más aún, con un presidente como Donald Trump, a cargo del arsenal nuclear más grandes del mundo.

Por Mario Briones R.


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