Marie Yovanovitch, que hasta el pasado mayo fue la embajadora de Estados Unidos en Ucrania, aseguró este viernes que el presidente Donald Trump presionó al Departamento de Estado para despedirla con base en «denuncias falsas» y protagonizó una «campaña coordinada» en su contra.
Con 30 años de carrera diplomática a sus espaldas, la abrupta destitución de Marie Yovanovitch como embajadora de Estados Unidos en Ucrania el pasado mes de mayo causó sorpresa en Washington. Sin embargo, nadie se imaginó que la decisión podría ser parte de un escándalo mucho mayor, uno que ha llevado al Congreso una investigación sopbre el proceso de impeachment ( o destitución) contra el presidente Donald Trump, que fue iniciado por los demócratas el pasado 24 de septiembre
Los legisladores pretenden determinar si Trump presionó al su homólogo ucranio, Volodymyr Zelenski, para que investigara, buscando su propio beneficio político, las actividades en su país del hijo del exvicepresidente Joe Biden, uno de los favoritos a convertirse en el candidato demócrata en las elecciones del año que viene.
Este viernes, Yovanovitch declaró puerta cerrada ante tres comités de la Cámara de Representantes. Su testimonio, según una copia de las palabras que leyó al inicio del mismo, obtenido por The Washington Post, ofreció una nueva visión de la heterodoxa manera en que la Administración Trump lleva a cabo su política exterior.
La diplomática, que fue embajadora en Ucrania desde agosto de 2016 hasta el pasado mayo, aseguró que fue forzada a abandonar Kiev “en el siguiente avión” y que el número dos del Departamento de Estado, John Sullivan, le dijo que, aunque no había hecho nada malo, el presidente había perdido la confianza en ella y había habido presiones para despedirla desde el verano de 2018.
“Yo no podía creer, sin embargo, que el Gobierno de Estados Unidos eligiera echar a una embajadora en base, por lo que yo sabía, a acusaciones infundadas y falsas de gente con motivos claramente cuestionables”, dijo al tiempo que señaló: “Hoy vemos a un Departamento de Estado atacado y vaciado desde dentro”.
La exembajadora decidió acudir a declarar al Capitolio a pesar de que el Departamento de Estado se lo desaconsejó, y la propia Casa Blanca ordenó a los oficiales de la Administración que no cooperen con la investigación, en lo que los demócratas consideran que es una obstrucción que podría también, en sí misma, ser motivo de impeachment.
En su testimonio, Yovanovitch aseguró que su despido respondió a las presiones de Trump al Departamento de Estado en base a “una campaña orquestada” en su contra, basada en “denuncias falsas”. A su juicio, todo tenía que ver con el perjuicio que la política anticorrupción que EE.UU. intentaba incentivar en Ucrania podría suponer para dos socios y clientes del abogado personal del presidente Trump, Rudy Giuliani.
“Los individuos que han sido nombrados en la prensa como contactos del señor Giuliani podrían haber creído que sus ambiciones financieras personales peligraban con nuestra política anticorrupción en Ucrania”, afirmó Yovanovitch en alusión a Lev Parnas e Igor Fruman, dos empresarios detenidos esta semana en Washington por hacer donaciones electorales ilegales a la campaña de reelección del presidente y a otros políticos republicanos con el fin de comprar voluntades políticas.
Yovanovitch aseguró que Giuliani la acusaba de proteger los intereses de Joe Biden y su hijo Hunter, que participaba en el consejo de una gran compañía de gas ucrania mientras su padre era vicepresidente de EE UU.
Según The Wall Street Journal , Giuliani convenció al presidente para despedirla porque consideraba que estaba obstruyendo sus esfuerzos para convencer a las autoridades ucranianas de que investigaran a Joe Biden. Finalmente, sería el propio Trump quien le pidiera a su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenski, que abriera varias pesquisas potencialmente perjudiciales para el Partido Demócrata.
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