Pueden alcanzar velocidades asombrosas de 855 milímetros por segundo, convirtiéndose en la especie más veloz que se haya podido conocer.
Las hormigas son los animales más rápidos del planeta, alcanzado velocidades inimaginables hasta el momento en que la comunidad científica se dedicó a analizar los movimientos de la especie Cataglyphis bombycina, comúnmente conocida como las hormigas de plata sahariana.
Antiguamente se creía que las hormigas tenían un mecanismo biológico para contar cada paso que dan fuera desde su nido para conseguir alimento, pero según las afirmaciones de los estudiosos, estas hormigas pueden viajar hasta 108 veces la longitud de su propio cuerpo.
De acuerdo con esto, pueden alcanzar velocidades asombrosas de 855 milímetros por segundo, convirtiéndose en la especie más veloz que se haya podido conocer.
En 2006 un grupo de científicos alemanes y suizos, encabezados por Harald Wolf, realizaron experimentos sospechando que este sistema de recuento estaba integrado en su sistema propioceptivo, que es el encargado de informar al organismo de la orientación del cuerpo en el espacio y de la posición relativa de sus miembros. Sus receptores se encuentran en el interior de los músculos, tendones y articulaciones. Gracias a las sensaciones propiocépticas puedes, por ejemplo, moverte en plena oscuridad o con los ojos cerrados.
Sin embargo, la especie que vive en las duras condiciones del Sahara, el Sinaí y la Península Arábiga, a diferencia de la mayoría de los animales que viven en estos ecosistemas, regularmente desafían el calor sofocante del sol del mediodía, lo que en términos de adaptación y supervivencia les exige mayor movilidad y velocidad.
Adaptación y supervivencia
Al vivir en un entorno en el que la arena puede alcanzar temperaturas de hasta 60 ° C, para buscar comida, esto pequeños bichos sobreviven en los cadáveres de animales que han sucumbido al estrés por calor, forjando un nicho como carroñero termofílico.
Dicho de otra manera, para sobrevivir, la hormiga de plata sahariana ha tenido que sufrir una serie de adaptaciones: alcanzando niveles de 0.855 metros por segundo durante la parte más calurosa del día con velocidades de las patas de hasta 1300 milímetros por segundo.
Lo anterior significa una movilidad de 108 veces su propio peso corporal por segundo, aproximadamente equivalente a una altura promedio de una mujer estadounidense (5 pies y 4 pulgadas) corriendo un campo de fútbol y medio en un segundo.
Y esto ocurre precisamente porque en el desierto la comida es escasa y dispersa a largas distancias. Además, hay pocos lugares de sombra para buscar insectos y la arena puede dificultar el movimiento y requerir más energía.
Rompiendo marca
Los investigadores publicaron un artículo en el Journal of Experimental Biology y muestran que Cataglyphis bombycina son las hormigas más rápidas que se hayan registrado, sin duda.
Para demostrarlo, el equipo pudo filmar a los insectos in situ atrayendo a las hormigas fuera de sus túneles hacia canales de aluminio que habían sido conectados a la entrada de los nidos usando gusanos de la harina. Mientras iban y venían por el túnel, la cámara filmaba los movimientos de las hormigas.
Además de filmar las hormigas en la naturaleza, los investigadores extrajeron un nido de su sitio y lo transfirieron de los desiertos de Douz, Túnez, a un laboratorio en Alemania.
En el laboratorio, los investigadores notaron que las velocidades de funcionamiento de las hormigas cayeron a 0.057 metros por segundo bajo temperaturas de 10 ° C.
Así, el equipo de científicos descubrió cómo las hormigas plateadas pueden alcanzar velocidades tan impresionantes, informando que no solo corren, sino que galopan cuando alcanzan velocidades de 0.3 metros por segundo o más.
Esto significa que los seis pies se levantan del suelo al mismo tiempo. También notaron que las hormigas sincronizaron el movimiento en sus pies para que cada pie solo tuviera contacto con el suelo durante 7 milisegundos más o menos.
Otros en la competencia
Un artículo de investigación publicado en 2006 por investigadores del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC, UIB-CSIC) observó que cuanto más alta es la velocidad de las hormigas, más improbable es que su próximo movimiento aumente en velocidad, lo cual tiene sentido desde el punto de vista biológico.
Por otro lado, también se dedujo que el movimiento de cada hormiga está correlacionado con el de sus compañeros. Es decir, no se comportan como entidades individuales e independientes, sino que la velocidad de su próximo movimiento vendrá determinada por la forma en que se muevan los demás miembros de la colonia: las hormigas que forman las diferentes colonias se mueven a mayor velocidad cuanto mayor sea el número de ellas en movimiento.
Esta propiedad colectiva surge de un cierto valor de densidad de agentes en movimiento y ha sido predicha en estudios teóricos.
Estas cualidades no son exclusivas de la hormiga, ya que según los científicos un puñado de especies la superan, incluyendo el escarabajo tigre australiano y el ácaro costero de California, que pueden alcanzar velocidades de 171 cuerpos y 377 cuerpos por segundo, respectivamente.
«Estas características pueden estar relacionadas con el hábitat de las dunas de arena», dijo en un comunicado Harald Wolf, de la Universidad de Ulm, Alemania.
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