Declaración pública de El Ciudadano ante los hechos sucedidos en Chile

Como trabajadores y profesionales de las comunicaciones con años de trayectoria comprometidos con la justicia social y medioambiental, expresamos nuestro total y absoluto rechazo y condena a las sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos de las que es objeto el pueblo de Chile por parte del gobierno opresor de Sebastián Piñera

Declaración pública de El Ciudadano ante los hechos sucedidos en Chile

Autor: Director

Como trabajadores y profesionales de las comunicaciones con años de trayectoria comprometidos con la justicia social y medioambiental, expresamos nuestro total y absoluto rechazo y condena a las sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos de las que es objeto el pueblo de Chile por parte del gobierno opresor de Sebastián Piñera. Una administración que hace abuso de la fuerza y uso desproporcionado de armas como única respuesta frente a las justas reivindicaciones que  la ciudadanía viene formulando hace años y que hoy se materializan en una movilización social transversal con el único objetivo de construir una sociedad mejor, más justa, más humana, más igualitaria y sin abusos.

Vemos como las mismas estrategias de desinformación que han operado desde hace  50  años se vuelven a poner en práctica con el único fin de dividir a la población,  para que el movimiento social pierda fuerza y así justificar mayor presencia militar, mayor represión y por lo tanto impedir el cambio social que, después de décadas de neoliberalismo extremo, se hace imprescindible y toda la sociedad exige, más allá de colores políticos y estratos socioeconómicos.


Así también condenamos la desinformación en que incurren los grandes medios de comunicación de masas que, al servicio de las grandes fortunas de este país, que tergiversan la información en virtud de criminalizar las movilizaciones sociales y protestas del pueblo de Chile.

En ese sentido, es posible observar que destacan la mayoría de las veces, únicamente los saqueos y enfrentamientos con Carabineros, ocultando o relativizando las violaciones a los Derechos Humanos que afectan a las personas, donde ya se cuentan asesinados, vejaciones sexuales, detenciones injustificadas, golpes, torturas y represión desproporcionada a las manifestaciones pacíficas.

Junto a los medios libres de Chile y el mundo, creemos fundamental contribuir a romper el cerco informativo que se cierne sobre lo que acontece en nuestro territorio y, para ello, es fundamental la labor que están realizando a lo largo del país las personas que graban videos y fotografías de todo lo que acontece. A ellos también les hacemos un llamado a dar la información básica de sus registros en relación al lugar, día, hora y describir la situación, para así contextualizar e informar correcta y verídicamente sobre lo que ocurre.

Además, expresamos que dada la gravedad de la represión y violaciones a los Derechos Humanos de parte del Gobierno, así como el hacer oídos sordos a la voz del pueblo y pretender parapetarse en el poder, aún cuando mayoritaria  la sociedad exige su renuncia, nos obligan hoy a entender y calificar a Sebastián Piñera como un dictador que con la estrategia de buscar un enemigo interno, busca enfrentar al pueblo con el pueblo.

En ese mismo sentido, invitamos a la ciudadanía a reflexionar respecto de estos más de 30 años en que hemos vivido bajo una Constitución dictatorial e ilegítima , impuesta a sangre y fuego por la dictadura cívico-militar. Una Carta Fundamental que los gobiernos de la Concertación, la Nueva Mayoría, la Alianza por Chile y Chile Vamos han perpetuado, profundizando un modelo social, político y económico que atenta contra nuestro pueblo y que también debe ser nombrada como corresponde: una dictadura de las élites que controlan el poder. Una dictadura encubierta si se quiere, pero una dictadura al fin y al cabo.

Por último, tenemos la convicción absoluta de que la única solución posible para realizar los cambios que todo Chile exige es la redacción de una Nueva Constitución que determine las reglas del juego del país que queremos, de la sociedad en la que deseamos vivir, del futuro que queremos construir. Para que cuente con la legitimidad necesaria, la nueva Constitución debe únicamente emanar de un proceso participativo y democrático, donde toda la sociedad en su conjunto decida y construya una nueva sociedad. Cualquier otro mecanismo que pretenda poner fin a la movilización social que hoy vivimos será un nuevo cuento del tío para engañar al pueblo. El único proceso de participación que puede asegurar el cambio social es entonces una Asamblea Constituyente.

24 de octubre de 2019

Equipo El Ciudadano


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