Reflexiones sobre Chile (y sobre nosotros mismos)

Existe un consenso en Chile: vivimos un momento histórico

Reflexiones sobre Chile (y sobre nosotros mismos)

Autor: Wari

Existe un consenso en Chile: vivimos un momento histórico. La calle se transformó en escenario de un espectáculo que supera la ficción, las personas han ocupado los espacios públicos y sacado la voz. Estamos experimentando una nueva manera de interactuar con el otro, hay mezcla de sentimientos y emociones generados por ser parte de algo tan grandioso. De manera espontánea, la diversidad se unió en torno a un descontento común. Sentir el despertar de un país es algo único, más aún cuando trata de nuestro hogar, del lugar que elegimos para vivir.

Nací en Salvador de Bahía, llegué por primera vez hace ocho años para realizar un intercambio académico. Soy la tercera generación en Chile; mi abuelo fue preso y exiliado por el régimen dictatorial de Brasil (1964 – 1985), por lo que se vino en mediados de los 60’ con toda su familia. Mi padre vivió su infancia y adolescencia aquí, crecí escuchando relatos fascinantes sobre sus pueblos, paisajes, colores y sabores. Admito que me enamoré por este país.

El 2011 fue un año especial, con masivas manifestaciones en favor de una educación gratuita y de calidad.  Durante una clase de Evaluación Social de Proyectos en la Pontificia Universidad Católica, un hecho me marcó profundamente. El Dr. Ernesto Fontaine, uno de los más destacados “Chicago Boys” que influenció diversas generaciones de economistas, se paró en la puerta de la sala e hizo un gesto obsceno con las manos hacia los estudiantes que protestaban en los pasillos de la facultad. Luego empezó a hablar con bastante exaltación, afirmando que la educación era un bien de consumo, que quienes no tenían recursos deberían trabajar para pagar sus aranceles, que los “weones” iban a mochilear en el sur y querían que el gobierno les subsidiara todo.

Yo todavía no hablaba fluidamente el idioma, no logré expresar mi total desacuerdo en relación a su actitud y discurso. La única estudiante que se manifestó, de manera respetuosa y con una argumentación articulada, se quedó callada después que el profesor dijo que ella no sabía de economía, que debería estudiar antes de pronunciarse y que no seguiría conversando debido a su bajo nivel de conocimiento.

Más allá de la discusión en relación al sistema económico neoliberal, la postura lamentable del educador, que refleja una cultura autoritaria y jerárquica, deja en evidencia la exclusión social en el debate de temas que influyen directamente en la vida de las personas. Hasta el lenguaje utilizado por los “expertos” impide la democratización del diálogo y la participación ciudadana. El proceso de toma de decisiones ha sido vertical y la gente no se siente representada por la clase política.

A esto se suma la sensación de impotencia que ha generado la impunidad en casos de corrupción. El cohecho, la colusión y otros delitos asociados al mal uso del poder deberían ser ejemplarmente punidos; no podemos admitir que los privilegios sean utilizados de manera abusiva, ningún actor (incluyendo empresas e instituciones públicas) tiene el derecho de perjudicar a los demás para obtener beneficios particulares.

El Dr. Ernesto Fontaine afirmó que su modelo económico había triunfado, pero hoy miles de personas están manifestándose en contra de sus efectos. El gobierno ha sido duramente criticado por el toque de queda y el uso de la violencia estatal en plena democracia. Sus tiempos de respuestas, despliegue comunicacional y manejo de conflictos han complejizado la situación, conllevando a una gran crisis. Las masivas manifestaciones se extienden por más de una semana, el paquete de medidas anunciado por el ejecutivo no fue suficiente para disminuir el clamor popular; se reivindican cambios más profundos.

Otro Fontaine, el actual ministro Juan Andrés, ha pedido perdón por sus polémicas declaraciones emitidas luego del alza de los pasajes del transporte público. Reconocer nuestros errores cuando nos equivocamos es sumamente importante, como seres imperfectos todos debemos valorar esta postura. No obstante, sus palabras demuestran que la segregación espacial y la desigualdad socioeconómica han generado un abismo entre la élite y la gran mayoría de la gente. En la burbuja, he escuchado frases como “aquí nadie muere por falta de atención de salud” o “son pobres porque son flojos”, y me he preguntado: ¿en qué Chile viven? La estabilidad macroeconómica y el crecimiento no se han traducido en bienestar para la mayoría de la población.

Lo anteriormente expuesto evidencia la importancia de la diversidad y de la integración en la construcción de una sociedad, para que reconozcamos que no existe una realidad única. Cada uno de nosotros miramos la vida con lentes distintos, nuestras interpretaciones y sensaciones reflejan quienes somos, dónde nacimos, cómo crecimos, qué queremos. La violencia, definida como acción y efecto de ejercer la fuerza sobre el otro, trasciende el ámbito físico, pudiendo manifestarse en diferentes esferas como psicológica, verbal, sexual, espiritual, cultural, económica y laboral.

Todos hemos sido, en algún momento de nuestras vidas, violentos con algún semejante, con nosotros mismos y/o con el medio en que vivimos. Debemos reflexionar respecto a ¿Cómo estamos actuando con el otro? ¿Nos ponemos en su lugar antes de actuar? ¿Respetamos a quienes piensan distinto? ¿Valorizamos a los demás por lo que tienen o por lo que son? ¿Discriminamos en función de la apariencia o clase social? ¿Fomentamos la competencia o la cooperación? ¿Necesitamos todo lo que estamos consumiendo? ¿Permitimos conocernos, sin prejuicios, reconociendo nuestras limitaciones y trabajando para superarlas?

A la minoría de las personas que han actuado con violencia durante las manifestaciones, a quienes representan instituciones que han violado los derechos humanos, a la clase política y a todos nosotros, la invitación es simplemente tratar a los demás tal como nos gustaría que fuesen tratados nuestros seres más queridos. Así como lo que producimos nos determina como país (influyendo en los empleos que son generados y en la calidad de vida), son nuestras acciones que determinan quienes somos.

Necesitamos un proceso de expansión de las libertades reales de los individuos, por lo que es imprescindible la realización de reformas estructurales que promuevan una distribución equitativa de la riqueza y de la renta, disminuyendo las disparidades y expandiendo las posibilidades humanas. Se trata de una reestructuración institucional y política que transforme la dinámica del padrón de desarrollo nacional, potencializando una inserción social más justa, de modo que todos los ciudadanos – y no solo una minoría – puedan beneficiarse de los avances económicos.

Chilenas y chilenos, les admiro inmensamente y agradezco el tremendo ejemplo que están dando al mundo. Siento la esperanza de que el futuro podrá ser mejor que el presente, que esta es una gran oportunidad para reinventarnos como sociedad. Si no nos comportamos de manera distinta, los resultados serán los mismos. Tengamos empatía y amor por el otro, seamos coherentes, generosos y conscientes de que día a día estamos reafirmando quienes verdaderamente somos. Y somos seres singulares, tenemos un potencial infinito y juntos podemos co-construir la realidad que queramos. Los estudios más avanzados de la física cuántica indican que el observador cambia lo observado, que nuestra intención y acción influyen en el entorno. ¡Así de mágica es la vida!

Por Isabela Anjos de Andrade e Silva

Gerente de Programas y Proyectos de INCIDES. Coordinadora Ejecutiva de Programa PAÍS INCLUYENTE – Diversidad & Buenas Prácticas. Colaboradora Académica de Negociación y Toma de Decisiones & Comunicación Estratégica y Marketing Político en la Escuela de Gobierno del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile. Magíster en Estrategia Internacional y Política Comercial & Postítulo  en Desarrollo  Internacional – Instituto de Estudios Internacionales, Universidad de Chile. Economista – Universidad Federal de Bahía, Brasil. Intercambio Académico en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Se ha desempeñado como Economista en Emergency Architecture and Human Rights. Gerente Comercial en Epsilon Capacitación. Agente de Investigación y Mapeamiento en IBGE – Instituto Brasileño de Geografía y Estadística. Practicante en la División de Presupuesto y  Finanzas, Asamblea Legislativa del Estado de Bahía, Brasil.


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