¡Arriba las que luchan!

Se cumplen 103 años desde que Clara Zetkin solicitara a la Segunda  Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas en Copenhague, que el 8 de marzo fuera declarado el 1ero de mayo de las mujeres trabajadoras

¡Arriba las que luchan!

Autor: Director


Se cumplen 103 años desde que Clara Zetkin solicitara a la Segunda  Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas en Copenhague, que el 8 de marzo fuera declarado el 1ero de mayo de las mujeres trabajadoras.  Lo solicita para homenajear sentidamente a un grupo de trabajadoras que murió quemado por defender condiciones mínimas en su lugar de trabajo.

La historia de la humanidad no ha conocido sujeto social y político más persistente en su lucha, junto al de los trabajadores y trabajadores organizados,  que las mujeres organizadas.  En las calles, asambleas populares, en las faenas, en la academia, en los partidos políticos, donde se encuentren, visibilizan las diferentes manifestaciones de discriminación y  desiguales relaciones de poder entre  hombres y  mujeres, que se desprenden de una sociedad basada en la opresión de clase, en el lucro y la ganancia, y que tiene en el patriarcado su mejor aliado.

Sus demandas y propuestas para la sociedad alternativa, libertaria e igualitaria que desean construir, son conocidas por muchos y muchas, más no reconocidas como una alternativa posible, toda vez que cuestiona al poder patriarcal sobre el que se potencia el capitalismo feroz que día a día combatimos quienes luchamos contra la explotación en el mundo y que sin embargo no pocas veces contribuimos a fortalecer, al alentar sus formas culturales instaladas en el sentido común.

Julieta Kirkwood, política feminista chilena, enarbolaba en los ´80 “Democracia en el país y en la casa” en medio de la lucha por recuperar nuestra democracia arrebatada por la dictadura militar.  Gigante mujer lúcida, que tenía muy claro que la participación plena de las mujeres en lo público es posible sí y sólo sí, somos capaces de convencer a todos y todas que las tareas del hogar y del cuidado de los y las hijos deben ser compartidas por quienes habitan y conviven en una casa y que el Estado debe garantizar que las mujeres logren negociar en iguales condiciones de poder que los hombres, sus tiempos.

Nosotros decimos, desde nuestra condición de dirigentes sindicales, sociales y políticos, que también es deber nuestro garantizar aquello al interior de nuestras organizaciones, y en todos los espacios de la vida, relevando la necesaria coherencia entre lo público y lo privado.

Hay quienes celebran las actuales cifras de empleo que las mujeres tienen hoy.  Vergüenza e indignación nos da ver que las políticas de este gobierno de derecha conservadora, restringe la ciudadanía de las mujeres chilenas, limita sus sueños al condenarlas a trabajos precarios, con jornadas flexibles muchas veces no deseadas, con represalias e intimidación con aquellas valientes que luchan por mejorar sus condiciones laborales a través de la organización sindical.  Reproche internacional tienen estas cifras, cuando los rankings internacionales de igualdad de género muestran a Chile en lugares muy desventajados.

La impronta y sujetos que movilizaron el creciente proceso de democratización social y política que Chile estaba experimentando antes del 11 de septiembre de 1973, no fueron borrados con la prisión, la tortura, desaparición y ejecución de muchos y muchas de nuestras compañeras.  En homenaje a ellas,  porque el proyecto de transformación social y política hacia una sociedad más justa sigue vigente y porque estoy convencido que no es posible un proyecto de tales características sin un rol principal de las mujeres, es nuestro deber levantar en tanto propias,  las banderas de la emancipación de las mujeres  siempre.

Arriba las mujeres del mundo… Arriba las que luchan, abrazos en vuestro día.

Por Cristian Cuevas Zambrano


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