Eduardo Silva, decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Alberto Hurtado, admitió «graves problemas de conducción» y sostuvo que la elección del Papa debe recuperar los principios del Concilio Vaticano II: «Ojalá los grandes problemas de la Iglesia coincidan con los grandes problemas de la Humanidad», dijo.
El decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Alberto Hurtado, Eduardo Silva Arévalo, aseguró que la Iglesia Católica ha tenido “problemas graves de conducción” y que el mayor problema que debe enfrentar desde la elección del nuevo Papa es “un mundo muy inequitativo”.
En entrevista con Juan Pablo Cárdenas en la primera edición de Radio Análisis, el sacerdote jesuita destacó la renuncia de Benedicto XVI como una “modificación mayor del papado” y un gesto de “grandeza”, al reconocer su incapacidad para continuar en el cargo.
Asimismo, deseó que, a partir de la elección del nuevo Sumo Pontífice, “ojalá los grandes problemas de la Iglesia coincidan con los grandes problemas de la Humanidad”, recordando que la guía deben ser las conclusiones del Concilio Vaticano II.
“El documento más importante del Vaticano II empieza diciendo: ‘Los gozos y las esperanzas de los contemporáneos son los gozos y esperanzas de la Iglesia. Las tristezas y las angustias de los contemporáneos son las tristezas y angustias de la Iglesia’. Entonces la pregunta es, ¿cuáles son los problemas contemporáneos? El problema mayor es un mundo muy inequitativo, donde una pequeña minoría consume las energías del planeta”, explicó.
En ese sentido, recalcó que “la inequidad la vivimos dramáticamente en Chile, con una concentración grosera del crecimiento que ha tenido el país. El 99 por ciento somos más parecidos que el uno por ciento, que además gobierna. Pero eso sucede también a nivel mundial. Diría que lo segundo es el tema del medio ambiente, que –nuevamente- no necesariamente ha entrado en la conciencia eclesial como sí ha entrado el tema de la pobreza y la inequidad”.
Además, Eduardo Silva admitió que “hemos tenido problemas graves de conducción. No solo tenemos algunos clérigos enfermos, sino que hay obispos que no han puesto los medios adecuados para proteger a las víctimas en vez de esconder a los victimarios”.
Aun así, destacó la labor de Benedicto XVI para enfrentar los casos de pedofilia y sostuvo que “en las circunstancias de hoy no hubieran ocurrido los casos de ocultamiento que ocurrieron en Chile y otras partes del mundo. Con dolor hemos aprendido”.
Asimismo, el decano de la UAH señaló que la Iglesia debe avanzar en la incorporación de la mujer y los hombres casados a su estructura y afirmó que “va asumiendo con lentitud aquellos valores que el tiempo y la cultura van engendrando. Hay valores que pone la Iglesia y el tiempo los asume, hay valores que pone el tiempo y la Iglesia los asume”.
En esa línea, reconoció “un desajuste” entre la doctrina católica sobre moral sexual y familiar y las costumbres contemporáneas, incluidas las de los católicos.
Finalmente, Eduardo Silva advirtió que no de los desafíos fundamentales que presenta el Concilio Vaticano II es “representar la unidad de lo diverso”, considerando el alcance de la Iglesia en el presente: “Por primera vez la Iglesia es realmente mundial. Antes, todos los concilios habían sido hechos desde Occidente y hacia las colonias. Hoy realmente hay una Iglesia africana, como realmente hay una toma de conciencia de una Iglesia latinoamericana. Por primera vez tenemos una Iglesia mundial y, por lo mismo, plural. El desafío es cómo se representa la unidad de la diferencia”, concluyó.