La tasa de desempleo de diciembre 2012 se encuentra en un 5,2%, según los expertos que bautizan el momento como situación de pleno empleo. El país debería gozar económicamente y estar sin problemas sociales ni sindicales; algo que a simple vista, está lejos de ser verdad. El tipo de trabajo, el subempleo y la externalización son algunos factores que son importantes de considerar antes de celebrar y sacar a relucir cálculos.
Sonrisas y alegría transmitía Sebastián Piñera y sus secuaces luego de saber el índice de desocupación que entregó la encuesta realizada por la Universidad de Chile, donde informa que el Gran Santiago tiene un 5,2% de desempleo, que la ocupación crece en 2,8 puntos porcentuales en un año y que la desocupación disminuye en 1 punto porcentual.
El Ministro de Economía, Pablo Longueira, declaró radiante que todo esto “es fruto de un ideario de derecha que cree en la libertad de las personas y en una movilidad social basada en la educación y el emprendimiento”.
La alegría no es compartida por algunos expertos, ya que el índice de desocupación no significa un mejoramiento económico en las familias chilenas, ni que el empleo sea bien remunerado ni menos que se haya superado la pobreza y desigualdad.
Alexánder Páez, sociólogo de la Fundación Sol, respondió a El Ciudadano “que no hay que desmerecer el hecho de que es un indicador que va a la baja y que efectivamente es positivo, pero hay que poner mucha atención en los indicadores que complementan esta cifra, como por ejemplo el tipo de trabajo; ya que existe un 56% de subempleo, más de la mitad trabaja en un horario parcial y busca más trabajo para complementar un salario, esta cifra llega alrededor de 620.000 personas”
El subempleo se refiere al trabajo informal o part time, sin protección social y específicamente a las personas que trabajan pocas horas durante la semana, pero que tienen la intención de trabajar más y están disponibles para tal situación. Pueden ser desde vendedores ambulantes a quienes atienden en multitiendas o supermercados. En Chile existe un 55% de jornada parcial involuntaria (subempleo), mientras que según la OCDE el promedio debería ser de 21%.
En la reforma laboral de 2001, durante el gobierno de Ricardo Lagos, se realizaron cambios con tal de formalizar contratos flexibles donde se reconoce el trabajo part-time, se incentiva el empleo juvenil, el trabajo a domicilio y la polifuncionalidad; por lo que analizar el mercado laboral hoy en día con indicadores de la década de los 70, 80 o 90 hace tener serias dudas respecto a los resultados.
Otro factor importante para considerar es la externalización del trabajo o subcontratación, según el sociólogo de la Fundación Sol “si uno utiliza las cifras de enero 2010 a enero 2012 podemos decir que el 55% del crecimiento de empleo salarial está explicado fundamentalmente por personas que trabajan para otra empresa, que tienen doble empleador”.
Esta situación produce diferentes problemas, uno de ellos es que estas personas reciben 30% menos de salario en comparación a los contratados de planta y que realizan la misma tarea, según datos de la Encuesta de Factores de Ingresos 2011.
Por otro lado se genera precariedad en la subordinación y dependencia del trabajador, al tener dos personas que le dicen lo que deben hacer, generando inestabilidad en el empleo.
Otro problema, según Alexánder Pávez, es que “generalmente las empresas subcontratistas o subadministradoras trabajan por un proyecto, por lo tanto, por mucho que los asalariados tengan un contrato indefinido van a estar subordinados al proyecto que tengan con la empresa demandante”.
No es tan simple sonreír frente a estos datos que se entregan con respecto al índice de desempleo, el tema es más profundo, dibujándose la sonrisa de «Piraña» en Piñera, esfumándose frente a los fenómenos actuales del trabajo que “matizan un poco esta preocupación obsesiva que hay con el tema de la tasa de desocupación” tal como sentenció Pávez.
Por José Peiret
El Ciudadano