El cantautor presentó Jungla Sanhattan, single inspirado en el asesinato de Camilo Catrillanca, con un videolyric que deja de manifiesto el abuso de poder de Carabineros en las recientes manifestaciones.
No cabe duda que en Chile, el año 2019 ha estado marcado por una intensa y conflictiva agenda social que comenzó protagonizada por el movimiento feminista durante el primer semestre y se intensificó en octubre pasado con el estallido de las manifestaciones a lo largo del país, sumado al estado de emergencia, toque de queda y la actual normalización de la represión en las calles.
En el marco de este conflictivo año, el cantautor nacional Nico Rojo ha estado presentando poco a poco las canciones de su segundo trabajo discográfico, Nicolasa, un visionario manifiesto social y político en el que ha abordado distintos temas relacionados con la violencia de género, la resistencia en la dictadura y la construcción social de nuestros referentes artísticos.
En su más reciente estreno, Jungla Sanhattan, el tema es el abuso de poder que ejercen las Fuerzas Especiales de Carabineros, particularmente en la Araucanía. La canción es una suerte de oda a la resistencia Mapuche, con referencias a su lucha por la supervivencia, la defensa del ecosistema y de su cultura, frente a la arremetida de las grandes empresas que a su vez financian desde Sanhattan a los gobiernos y la clase política.
Si bien está inspirada en el asesinato de Camilo Catrillanca, ocurrido exactamente hace casi un año atrás, hoy también se aplica a lo que se vive a diario en las manifestaciones, donde la policía ha demostrado total falta de criterio para intentar controlar a la población. Esto se evidencia en el lyricvideo del tema, el que incluye impactantes y emotivas imágenes registradas por el lente de Ignacio Osses en las calles de Santiago en octubre reciente, retratando la brutalidad de la policía y la resistencia de los manifestantes.
Conversamos con Nico Rojo acerca de «Jungla Sanhattan», el proyecto Nicolasa y el rol que juegan los artistas en situaciones límite, como la que se vive hoy en Chile.
– En tiempos de agitación social y de una ciudadanía indignada manifestándose ¿qué lugar crees que ocupa el arte en todo este escenario?
Creo que, en determinados contextos, sobre todo de escandalosa injusticia social, el arte puede transformarse en fuente de inspiración para la resistencia y las luchas sociales. En el caso de la música rap y punk, hoy uno escucha a músicos como Portavoz, Luanko, Fiskales o Ana Tijoux, y es inevitable pensar que, por su masividad entre los jóvenes de hoy, sí han logrado despertar conciencia, sentido crítico y rebeldía. Pero generalmente somos nosotres quienes nos inspiramos de lo que sucede en la calle.
Sin desmerecer las diversas fuentes de inspiración, es la riqueza y la sabiduría popular lo que suele darle más valor y sentido a nuestras composiciones. Es emocionante para uno ver una letra de una canción que escribió puesta en un cartel en un marcha o ver que lo incluyen en playlist que musicaliza este ciclo de protestas, pero finalmente es uno como artista, quien más recibe de la calle y no la calle de uno. La calle no depende tanto del arte, como el arte depende de lo que allí pasa, se dice y se hace.
– En ese sentido, ¿cuál es la reivindicación que haces con «Jungla Sanhattan»?
Es un humilde tributo a la resistencia Mapuche. Se describe la constante lucha de los mapuche por defender su territorio, su ecosistema y su cultura, haciendo referencias a las grandes industrias madereras que explotan el territorio mapuche desde sus oficinas de Sanhattan. Por eso se menciona la Colusión del Confort, al Comando Jungla, a la Operación Huracán, Antorcha y a Camilo Catrillanca.
La canción busca hablar también de cómo esa represión es promovida por los intereses económicos de los mismos grupos de poder que también manejan a la clase política. Se describe una lucha con tres actores involucrados: las organizaciones mapuche que exigen respeto a la madre tierra, a su cultura y márgenes de autodeterminación política, frente a los grandes magnates forestales que quieren seguir explotando/secando la tierra con pinos y eucaliptus; y un Estado que los resguarda, reprimiendo a las comunidades y violando derechos humanos.
El videolyric lo hicimos un poco más transversal, conectado con la contingencia actual, donde el movimiento mapuche también ha sido protagonista de las movilizaciones durante las últimas semanas, ver su bandera es cada vez más frecuente. Las demandas del movimiento ciudadano que hoy se levanta se conectan mucho con la históricas del Pueblo Mapuche. Se resiste en gran medida frente a la violencia del neoliberalismo y el sistema político heredados de la dictadura. Ignacio Osses hizo registros espectaculares en las calles y Darinka Osorio logró montar un hermoso video para esta canción. Estoy muy feliz del resultado y de la generosidad de estos grandes colaboradores.
– Tu trabajo tiene un claro componente político. ¿crees que las y los trabajadores de la cultura tienen una responsabilidad social con su obra?
La verdad es que mi música tiene un componente político que no ha brotado intencionalmente. Ni menos por un sentido de deber. Creo que simplemente brota porque soy un ciudadano que se informa y estudia sobre las injusticias sociales, y porque además las viví en el barrio donde crecí. Pero no creo que los artistas tengan necesariamente un deber o una responsabilidad política con su arte, más bien es la clase política y empresarial la que tiene ahí una verdadera responsabilidad.
No creo que artistas que crecieron en el barrio alto, por ejemplo, tengan un deber político, a menos que sean verdaderos empresarios del rubro. Ni menos creo que tengan que cantar sobre algo que no les tocó vivir. Aunque si lo hacen les aplaudo. Pero no lo veo como un deber. El deber artístico es ser honesto y para un cantautor o cantautora es cantar sobre lo que une ha vivido, conoce o ha sentido.
Si a colegas lo que más les ha marcado en sus vida son sus experiencias amorosas, no veo mal que canten sobre eso. Yo lo hago a veces obviamente y porque es parte de la vida. El deber tiene que ver más con la honestidad. Me parece igual un super aporte que artistas LGTBI+ que crecieron en el barrio alto, canten hoy contra la heteronormatividad, aún cuando no hablan de sus privilegios de clase. Si desde esta honestidad de hablar de lo que une ha vivido, se transita además hacia la empatía de entender que hay otras injusticias, lo encuentro espectacular y yo intento hacerlo con ciertas causas como la mapuche, pero no creo que tengamos que hacerlo por un deber… Son cosas que nacen o no nacen. El resto es libreto.
– Hay algo de desobediencia en tus canciones. Pienso en “Huelga General” en donde encaras a Neruda – ya en el nombre fustigas a una de sus obras más emblemáticas- hasta en tu nuevo sencillo “Jungla Sanhattan”. ¿Qué importancia le das al desacato en tu trabajo?
El desacato y la rebeldía en mis canciones tiene que ver, yo creo, con la fascinación que tuve desde niño por el punk. Más grande abrí mi mente a escuchar más estilos y hoy compongo sin preocuparme mucho de seguir pautas estilísticas, pero siempre intento conectar lo que hago con esa dimensión más rebelde que viene del punk.
– Una de las luchas que abrazas es la del feminismo. ¿Cómo ves el desarrollo de este movimiento en estos tiempos que corren?
No diría que «abrazo» el feminismo, porque es una lucha propia de las mujeres. Sí respeto y admiro muchísimo la lucha de las mujeres, y el feminismo como tradición de pensamiento crítico. Recién mi nuevo disco lo aborda, pero no desde mi voz propia, sino desde el canto de Nicolasa, el hablante lírico no binario que presento en este nuevo trabajo. Lo que canta Nicolasa, es que lo que he escuchado en la lucha de mis amigas, de mi madre o de mi hermana.
De todos modos, considero que hoy el movimiento de mujeres es un puntal de la luchas sociales y lo seguirá siendo. El feminismo como movimiento y pensamiento nos libera a todes, como el ecologismo de los pueblos indígenas y el anticapitalismo. Basta salir a las protestas hoy y uno se da cuenta que lo grandes pilares son los estudiantes secundarios y las feministas quienes hoy llevan la batuta en las calles de Santiago.
– En tiempos en donde la canción pop parece levantar más banderas de lucha y proponer más resistencias políticas, tus canciones rescatan mucho del imaginario rock y de sus componentes, casi como recuperando ese espíritu combativo que lo caracterizaba. ¿Cómo observas estos nuevos movimientos dentro de la canción popular actual?
El rock y el punk siempre han sido focos de pensamiento crítico. Lo interesante y novedoso lo veo hoy en el indie pop. Es muy bueno que el indie pop sea hoy más rebelde y su lucha, principalmente, contra el patriarcado. Es un tremendo aporte. Es bueno que la rebeldía deje de ser contracultura, porque las injusticias son cada vez más transversales.
Aunque sí creo que la escena del indie pop va a ser más rebelde cuando se haga más diversa socioeconómicamente. Tendrá más banderas, se hablará de los privilegios de clase, de la exclusión, de la segregación, de los pueblos originarios, del extractivismo, de las zonas de sacrificio… sumados al medioambiente y el género que ya son parte importante de sus temáticas.
– ¿Cómo observas la escena musical local? ¿Cómo calificas este tiempo para las y los trabajadores de la música popular?
Estamos en una época muy inspiradora para les artistas. Hay mucho de qué hablar y muchas herramientas y tecnologías desde donde expresar. Sin embargo, en esta época del «hazlo tu mismo», se tiende al trabajo entre amigues y en una sociedad tan segregada y desigual como la chilena, corremos el riesgo de elitizar los espacios.
Es lindo trabajar con amigues cuando esos amigues son diversos. Pero hoy es preocupante que ciertas escenas y colectivos musicales se construyen entre iguales, en círculos autoreferentes, gente homogénea, de los mismos colegios y barrios, y rara vez con gente diversa o de Plaza Italia para abajo. Ojalá toda esta protesta social remueva nuestro malos hábitos y nos muestre a todes nuestros puntos ciegos. Ojalá haga a la escena artística y musical más abierta y más diversa.
– Por último, ¿qué te gustaría que sucediera en quienes escuchen las canciones de “Nicolasa”?
Me encantaría, antes que todo, que quien escuche Nicolasa disfrute tanto como nosotres lo hicimos mientras grabamos. Es un disco de une artista solista, pero realmente trabajado en equipo con mis compañeres de banda y productores, en el mejor espíritu y clima posible. En todo esto fueron clave los productores, quienes me ayudaron a pensar en un disco musicalmente distinto a todo lo que hice antes y a explorar en un nuevo sonido y en una nueva voz. Este espíritu se refleja también en las colaboraciones incluidas, principalmente de voces de mujeres, como Vitami, Masiel y Andrea Valdivia, que llevaron las canciones a otro lugar.
Estoy muy contento con lo que representa este álbum a nivel musical, pero también me gustaría que quien lo escuché pueda sumergirse en el mundo de Nicolasa, esa voz rebelde que va más allá de quienes grabamos este disco. Nicolasa también se expresa en el arte del disco y en los videoclip, que han sido desarrollados por algunas de las artistas más talentosas que he conocido. Ojalá Nicolasa sea una invitación hacia lo distinto, como lo ha sido para mí.
***Acá te dejamos el videolyric de la nueva canción de Nico Rojo, «Jungla Sanhattan»: