La inestabilidad económica se centra en la esfera política

En los países centro de la crisis, particularmente en la eurozona y EE

La inestabilidad económica se centra en la esfera política

Autor: Director

En los países centro de la crisis, particularmente en la eurozona y EE.UU. ella transcurre en medio de repercusiones cada vez más acentuadamente políticas.  En  EE.UU., mientras los índices bursátiles superan la situación previa al derrumbe de la burbuja inmobiliaria y la actividad en el sector de servicio se reanima, prosigue la pugna política que impide la adopción de acuerdos fiscales.  Peor aún, debido a la actitud de los republicanos se puso en marcha al iniciarse marzo un acuerdo automático de reducción en el gasto público calificado por Barack Obama de “tonto y arbitrario”.   No se produjeron los “consensos” que se estimó equivocadamente se darían para no hundirse en medidas insensatas.  Mientras tanto, en la eurozona se genera una situación nueva porque el malestar ciudadano repercute crecientemente en la esfera política.  En Portugal, manifestaciones multitudinarias en contra de las políticas de ajuste rememoran la Revolución de los Claveles.  En Italia, las elecciones de febrero constituyeron una expresión abierta de repudio a la austeridad fiscal.  En España la corrupción del Partido gobernante aumenta las críticas al gobierno.  El malestar en las calles  entra a incidir en las estructuras políticas.  En la reunión del Eurogrupo a comienzos de marzo, Francia cuestionó que en un contexto de recesión se insista en proponerse más medidas contractivas, limitándose Bruselas solo a ofrecer hacer el proceso de reducción de los déficits fiscales más flexible cuando se precisa un cambio de política.  Es evidentemente un escenario nuevo, particularmente por las elecciones italianas, aunque por el momento siguen imponiéndose las políticas de austeridad que conducen a agravar aún más la situación.

2013 se inició en la eurozona con una disminución de la tensión financiera.  Como en otras oportunidades anteriores se sostuvo que lo peor de  la crisis ya había pasado.  Sin embargo, la inestabilidad se trasladó a la esfera política.  Distintos acontecimientos están detrás de este cambio.  El primero son las consecuencias socioeconómicas de las políticas de austeridad, que continuaron expresándose en niveles de desempleo muy elevados y en deterioro de las condiciones de vida.  El segundo lo constituyen los escándalos en el Partido Popular de Mariano Rajoy, que golpearon al primer ministro aunque negó todas las acusaciones directas a su conducta, y luego la nueva situación en Italia que se  manifestó crudamente en las elecciones parlamentarias de los últimos días de febrero.

Este resultado electoral fue,  ante todo, una demostración  masiva de descontento, expresada de variadas formas.   El materializador de las políticas de ajuste desde que finalizó el gobierno de Silvio Berlusconi, el tecnócrata Mario Monti –elogiado por los “mercados” y las cúpulas financieras- experimentó una dura derrota electoral, mientras que el Movimiento Cinco Estrellas  (M5E) opuesto abiertamente a los recortes sociales y a los ajustes, así como Silvio Berlusconi que se expresó de forma oportunista abiertamente en oposición a las políticas de austeridad, obtuvieron crecimientos electorales.  El rechazo a las políticas de austeridad fue masivo, constituyéndose en un acontecimiento que trasciende, a lo menos. al conjunto de la eurozona.  “(…) la política fiscal está completamente equivocada –recalcó Wolfgang Münchau, director de Eurointelligence- la austeridad no es la receta adecuada, eso está cada vez más claro, e Italia ha demostrado que la crisis económica puede metamorfearse en una preocupante crisis política” (02/03/13).

“Constituyó la primera elección desde que comenzó la crisis – escribió Ángel Ubide-  donde los votantes no han apoyado la opción que representaba la ortodoxia económica de ajuste fiscal y reformas.  Hasta en Grecia –añadió- donde  Syrisa amenazaba con una victoria que hubiera cuestionado la viabilidad en la zona euro, el resultado final fue una victoria de la centro derecha de Samaras bajo una plataforma de defensa del programa de ajuste de la troika.  Es también la primera vez que se presentaba un movimiento popular, surgido de las bases y desarrollado a través de internet y las redes sociales, dotado de una masa crítica suficiente como para ser una alternativa creíble” (10/03/13).

El M5E no constituye simplemente una expresión de descontento.  En cierto sentido es la expresión de la “indignación” ya no solo en las calles sino obteniendo una importante incidencia en la institucionalidad política.  “Grillo –afirmó Gianfranco Pasquino,  catedrático de Ciencias Políticas en Bolonia- encontró la fórmula de rentabilizar el hartazgo contra las políticas.  Su movimiento es un caso extraordinario de éxito: no recuerdo una fuerza, sin los medios de Berlusconi, que en sus primeras (elecciones) generales llegara a ser el partido más votado.  Es un caso único en Europa que crea un precedente” (03/03/13).  En nuestra opinión no constituye, eso sí, “un hartazgo contra las políticas” sino que de la politiquería, la forma predominante que adquieren las acciones y el debate político.  Es un movimiento que recibió el respaldo –anotó Miguel Ángel Bastenier- de “casi un 55% de estudiantes universitarios, y un 41,5 de parados, con una edad media de 39 años -32 en la Cámara y 46 en el Senado-, mujeres en un 36%, nueve de cada diez con título universitario” (06/03/13).

Es un fenómeno del cual se deben extraer enseñanzas, también en Chile.  Por ello la importancia de lo que acontezca por ejemplo, en Parma, la ciudad del norte italiano, donde asumieron la alcaldía, tras años de corrupción y especulación inmobiliaria.  Los “cambios” en Parma están aún por verse, se dificultan por el peso de la burocracia y una experiencia de gobernar que los elegidos están recién conociendo.  Un ejemplo más avanzado la proporciona Sicilia, donde en las elecciones regionales de octubre de 2012 triunfó el postulante de la centro izquierda, Rosario Crocetta, pero obteniendo la mayoría el M5E.  Crocetta es un activo luchador contra las mafias, muy fuertes en Sicilia, y en contra de los prejuicios, reconociendo públicamente su homosexualidad.  Al asumir declaró “quien quiera apoyarme que me apoye”.

“Y Rosario Crocetta –relata El País- empieza a gobernar.  Y decide que el agua debe ser de todos y los quince parlamentarios del Movimiento 5 Estrellas lo apoyan.  Y decide revocar el permiso para que EE.UU. tenga un radar en la isla (…) y vuelve a obtener el acuerdo de los de Grillo.  Y luego hace saltar el acuerdo vitalicio por el que el Partido Democrático y el Pueblo de la Libertad de Berlusconi se vayan alternando en la vicepresidencia de la Asamblea Regional de Sicilia, y se la ofrece a un miembro del M5E que lo acepta.  A cambio, apoya una propuesta muy innovadora.  Crear un fondo con el dinero, el 70% de su asignación, que los quince parlamentarios de Grillo devuelven a la Asamblea para destinarlos a microcréditos.  Así, día a día.  El resultado es que ahora ya no se mira a Sicilia solo por las playas o la Cosa Nostra, sino también porque otra política es posible” (03/03/13).  Han aplicado consecuentemente su formulación de apoyar todas las iniciativas que parezcan aceptables.  Constituye un hecho positivo, pero que necesariamente en algún momento debe conducir a un paso superior, disponer de una política que se oriente a superar el débil crecimiento por un largo período de la economía italiana, su baja productividad y sus problemas estructurales.

En España, en febrero y comienzos de marzo, por las consecuencias del deterioro económico y los niveles de corrupción, volvieron a producirse masivas acciones de protesta en numerosas ciudades españolas.  En enero-marzo de 2013 la actividad económica cayó por noveno trimestre consecutivo.  En 2012, según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas, el producto se contrajo en 1,4%.  El consumo de los hogares en el último trimestre del año 2012 cayó   en 1,9%, produciéndose también una baja de las importaciones que siempre se mueven de acuerdo a la evolución de la economía local.  “Estas cifras son la expresión –comentó Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales- de la anemia de la demanda interna y de la inversión doméstica” (01/03/13).  Al igual que los procesos producidos en Italia constituyen expresiones de movimientos en el seno del pueblo con gran apoyo de masas.

A pesar de ello, la Comisión Europea (CE), en conjunto con el BCE, le demandaron al gobierno de Rajoy que intensificase las políticas de ajuste.  Al efectuar su informe sobre la segunda revisión del programa de rescate a los bancos españoles, propusieron aumentar nuevamente el IVA, reforzar la aplicación de la ley de estabilidad presupuestaria y retrasar la edad de jubilación.  Todo ello, según asegura la CE que de no hacerlo será “muy difícil” alcanzar el objetivo de un déficit fiscal de 2,8% del PIB en 2014, aunque agregó que “no puede excluirse” una revisión en el objetivo presupuestario (06/03/13).  Es decir, intensifican aún más las políticas de ajuste.  Ahora queda por verse cuál es la respuesta de la población afectada.

En  Grecia, Portugal, Irlanda y Bélgica también se reanudaron  las manifestaciones en las primeras semanas de 2013.  El primero de marzo, los portugueses volvieron a tomarse las calles, en una de las marchas más grandes jamás realizadas en Lisboa, atrás de un lienzo en que se leía “El pueblo es el que manda”, y con masivas réplicas en numerosas otras ciudades.  El convocante fue nuevamente, al igual que el 15 de septiembre de 2012,  “Que se lixe a troika” (“Que se joda la troika”)[1].  Al desembocar la manifestación de la capital en la plaza Terreiro do Paço volvió a interpretarse multitudinariamente Grândola Vila Morena, la canción símbolo de la Revolución de los Claveles, ahora como expresión de protesta en contra de los ajustes, los recortes salariales y  disminución de beneficios sociales.  La jornada se realizó cuando la troika nuevamente estaba en Lisboa, en un país con recesión y cuando la tasa de desempleo superaba el 17%.

Durante enero, la tasa media de desempleo en la eurozona, constató Eurostat, ascendió a 11,9%, alcanzando a 18,99 millones de personas sin trabajo, con España en 26,2%, aumentando en los últimos doce meses un 2,6%,  y  Grecia ya en  noviembre en un 27%.  Se trata de la mayor cifra de desocupados desde que existe el euro.  Suponer un viraje rápido en las políticas de austeridad no aparecen posibles antes de las elecciones alemanas de septiembre.  De manera que las variables de política económica a usar serían principalmente monetarias.  La reducción de la tasa de inflación en la eurozona de febrero a 1,8%, la menor cifra en dos años e inferior del objetivo de 2% anual, plantea un nuevo peligro, que se dio en Japón, la deflación.

Mientras tanto, en EE.UU. pugnas políticas colocaron nuevamente al país ante el peligro que se cayese al “precipicio fiscal”.  Barack Obama debió cumplir su obligación legal de poner en marcha una reducción en el gasto público que de no detenerse llegará en el año fiscal a las US$85.000 millones, al no alcanzarse acuerdo en una reunión de urgencia efectuadas con líderes  republicanos y demócratas del Congreso.  “Yo –declaró- no soy un dictador.  Soy un presidente (…).  Lo que no puedo hacer es forzar al Congreso a que tome buenas decisiones.  No todo el mundo –añadió- va a sentir el dolor de los recortes de inmediato, pero el dolor será real.   A partir de la próxima semana –ejemplificó- muchas familias de clase media verán sus vidas perturbadas de una manera significativa.  Ocurre lo que ocurre porque así lo han decidido los republicanos del Congreso.  No deberíamos –concluyó-  estar haciendo recortes tontos y arbitrarios” (02/03/13).

La Oficina de Presupuesto del Congreso estimó que los ajustes causados por la reducción en el gasto público en el curso del año afectarían a 750.000 puestos de trabajo en un país con una tasa de desempleo extraordinariamente elevada, que en febrero bajó a un todavía alto 7,7%, la menor tasa eso sí desde diciembre de 2008, en parte explicado porque el nivel de participación laboral descendió  una décima, a 63,5%.  Por su parte, ante esta falta de acuerdo el último día de febrero el FMI redujo en medio punto su proyección de crecimiento estimado  en EE.UU. para el año en 2%.  Más del 50% de la reducción presupuestaria se producirá en el Departamento de Defensa.  No afectando directamente las remuneraciones, pero si a algunos beneficios.  Igualmente detiene algunas operaciones programadas por no existir seguridad de financiarlas completamente.  El segundo recorte en magnitud será en el sector sanitario, en particular en el programa Medicare, que atiende los gastos en personas de la tercera edad.  La medida rige hasta el 30 de septiembre y los organismos gubernamentales experimentarán recortes equivalentes al 5% de su gasto anual.  En el sector defensa será de un 8%.  La meta de ahorro debe ser cumplida, de no llegarse a acuerdo antes del 30 de septiembre después comienza un nuevo ajuste porque el llamado “sequester” dura diez años, por un total de US$1.200 millones.

La disminución en el gasto se concentra en el corto plazo, que como constató Ben Bernanke, constituye un factor contractivo.  “Una parte sustancial de los recientes progresos a la hora de reducir el déficit –manifestó- se ha concentrado en los cambios presupuestarios a corto plazo que, si se consideran en su conjunto, podrían suponer un obstáculo importante para la recuperación económica”.  La reducción en el gasto entra en vigencia cuando se conoce que al regir los nuevos impuestos los ingresos personales disminuyeron un 3% en enero, su mayor descenso en dos décadas, y el ahorro se redujo en 2,4%.

El otro momento donde deberían manifestarse en la cúpula política norteamericana las divergencias es mayo establecido como fecha límite para ampliar el techo de la deuda.  Los republicanos consideran que el tema de los impuestos ya se cerró, mientras los demócratas consideran necesaria una reforma fiscal para incrementar los ingresos.  “La discusión –manifestó el líder republicano en la Cámara, John Boehner- sobre los ingresos (…) ha terminado.  Se trata de asumir el problema del gasto” (02/03/13).  El financiamiento del gobierno federal eso sí se prorrogó hasta fines de septiembre, cuando finaliza el actual año presupuestario, que era otra limitante existente ya que expiraba a fines de marzo.

Ello acontece cuando, paralelamente el sector de los servicios crece y los indicadores bursátiles alcanzan niveles superiores al momento previo a desatarse la crisis financiera, estimulados por las políticas monetarias de la Reserva Federal.   Entre octubre de 2007 y marzo de 2009, el Dow Jones perdió más de la mitad de su cotización.  La recuperación se inició cuando ya la tasa de interés de la Fed estaba cerca de 0% y procedía a incrementar la masa monetaria.  El retorno de los indicadores bursátiles para volver al nivel previo a su derrumbe demoró cuatro años.   “El precio elevado de las acciones –comentó Paul Krugman- no debería ser motivo de celebración; es, en gran medida, el reflejo de una desconexión cada vez mayor entre la productividad y los salarios.  (…)  Las acciones están altas, en parte, porque la rentabilidad de los bonos está muy baja y los inversores tienen que poner su dinero en algún sitio, también es verdad, no obstante –añadió- que aunque la economía sigue profundamente deprimida, los beneficios empresariales han experimentado una recuperación considerable.  ¡Y eso es malo!  No solo porque los trabajadores no consiguen recoger los frutos del aumento de la productividad, sino también porque cientos de miles de millones de dólares se están acumulando en las tesorerías de unas empresas que frente a la escasa demanda de los consumidores no ven ningún motivo para poner esos dólares a trabajar. (10/03/03).  El mercado inmobiliario, donde se inició la caída se ha estabilizado, pero sus precios están en 30% más abajo de su peak en el momento de la burbuja del sector.  La deuda pública norteamericana está en el 100% de su PIB en comparación a un 65% en octubre de 2007.

Las medidas de austeridad constituyen un acicate del descontento.  Por ello Francia, sin éxito, mantuvo en la reunión del Eurogrupo, efectuada en los primeros días de marzo, su crítica a esta orientación.  “Hay que evitar sumar austeridad a la recesión –manifestó su ministro de Economía, Pierre Moscovici-, ya que esto matará el crecimiento y provocará una pérdida de confianza en Europa” (05/03/13).  En el cuarto trimestre de 2012, la tasa de desocupación francesa según su instituto de estadística, superó por primera vez en los últimos catorce años el 10% de la población activa al alcanzar a 10,2%, porcentaje incluso superior  a 2009 cuando se produjo la recesión económica global.  Para los menores de 24 años se disparó a 25,7%, aumentando en 3,4 puntos porcentuales en doce meses.  El vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, se limitó a subrayar que el planteamiento de Bruselas es suavizar en algunos países el objetivo del déficit fiscal.  O sea, solo hacer el ajuste menos agudo.

La profundidad de la recesión en la región y el resultado electoral italiano reabrió el debate en las alturas sobre las políticas de austeridad.  El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem sostuvo, en cambio, que “no se pueden sacar conclusiones generales del voto en Italia” (05/03/13).  Mientras tanto el descontento y sus repercusiones políticas seguían manifestándose.

Por Hugo Fazio
El Ciudadano

[1] Véase, Resumen Económico, Tercer Trimestre 2012.


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