Empezamos el año 2013. Se cumplen 40 años desde el golpe militar y resultan proféticas las palabras pronunciadas por mi amigo R.A.L. poco después del triunfo de la Unidad Popular “Si no logramos superar la conducción reformista, iremos al fracaso, al derrumbe de este gobierno y tendremos un retraso político de al menos 50 años”.
Tanto hoy como ayer la culpa no es sólo de las posiciones reformistas y vacilantes sino que en grado importante recae en nosotros, en el conjunto del pueblo, en los sectores revolucionarios, que no hemos sido capaces de avanzar, de construir una propuesta unitaria que interprete el anhelo de una nueva mayoría, que ha demostrado de diferentes maneras, a lo menos su alejamiento, con el actual modelo de dominación.
En estos años electorales, los sectores dominantes retoman la iniciativa y recomponen su hegemonía. Un sector del pueblo vuelve a pensar y razonar como la burguesía quiere que piense y razone, proceso que se ve favorecido por aquellos conversos que han dejado el campo popular para sumarse a los defensores y administradores del actual sistema capitalista en nuestro país. Con dolor vemos hermosos rostros juveniles que ayer estuvieron al frente de las grandes movilizaciones estudiantiles y que hoy se prestan para ser comparsa en esa triste aventura.
La tarea de hoy día es resolver la ecuación de los conceptos de espacio ,tiempo y fuerza como elementos centrales que configuran una táctica ,en la perspectiva de ser capaces de modificar la enorme asimetría que experimentan las actuales contradicciones, es decir donde vayamos construyendo soberanía popular y recuperando la potestad del conjunto del pueblo.
Es el camino largo de ir construyendo espacios de liberación, espacios soberanos, que hoy se construyen en Freirina, y en miles de pequeños proyectos a lo largo de Chile, que recogen la memoria histórica de la lucha centenaria de nuestros pueblos, la acción concreta que se desarrolló a nivel territorial en la lucha antidictatorial, la lucha que se da todo los días, y que nos conduce a líneas de acción nuevas, alternativas y contrapuestas, que se enfrentan al sistema dominante.
Es la construcción de nuestro espacio, de un espacio que nos pertenece donde defendemos el agua que nos fue robada por los gobiernos de la Concertación, donde luchamos por un aire limpio sin contaminantes, sin olores a mierda de cerdo.
Es el espacio donde se construyen y potencian nuestras fuerzas y donde estudiamos las fuerzas que nos desarman y que nos aniquilan.
Allí adquirimos la dimensión histórica de lo acontecido y nos damos cuenta que nos cambiaron el mundo a partir de los años 70 y no por la llegada de un dictador sino por la instalación de un nuevo modelo de dominación, que cambió los espacios, los tiempo, las velocidades y las fuerzas. Que achicó el mundo para manejarlo mejor, que cambió el significado de riqueza y de poder, desde la apropiación de los medios de producción a la apropiación de los canales de circulación del dinero y a la intervención directa al interior de las mentes de la población mundial.
Un mundo nuevo donde desaparece la gran fábrica con miles de obreros, para dar paso a una producción fragmentada, atomizada, con patrones intermedios que bajo el rol de verdaderos capataces, se apropian de una parte de los salarios de los trabajadores. Un mundo nuevo donde una nueva clase representada por los burócratas y los especialistas asumen roles de dirección y sirven de engranaje entre un pequeño numero de personas dueñas de la riqueza y la inmensa masa de personas súper explotadas y marginadas de los principales sistemas de decisión.
Nos cambian los países, las fronteras, las reglas de convivencia donde los dueños del mundo tienen la capacidad y el derecho para intervenir, para torturar, para matar. Sus crímenes y sus torturas son parte de los noticieros radiales y televisivos como de las portadas de los principales periódicos del mundo.
La organización social, los sindicatos, los partidos políticos, las juntas de vecinos, se transforman, se atomizan, se debilitan o son cooptados por el sistema.
Si queremos avanzar debemos darnos cuenta que estamos en un teatro de operaciones diferente, con espacio, tiempo y fuerzas diferentes.
Por lo tanto debemos construir nuevos instrumentos, capacitar nuevas formas de organización y de lucha.
Eso ya lo sabe Durito ,el escarabajo, como el viejo Antonio y el sub comandante Marcos lo ha retransmitido a todos nosotros. Lo dijo en voz alta Stéphane Hessel en su manifiesto “INDIGNAOS”.
En nuestro país también lo dijeron nuestros hermanos mapuches que por 500 años han luchado contra el invasor, y de cuya cosmovisión debemos empaparnos, para transformar nuestras mentes y empezar a recuperar los valores de humanidad que el capitalismo nos ha robado.
Lo dicen y lo practican miles de compañeros a lo largo de Chile, que construyen asambleas.
En este año electoral debemos construir la unidad del pueblo y levantar el proyecto Popular al calor de de la lucha y de grandes movilizaciones, en un contexto de ofensiva popular desenmascarando el carácter antipopular y vende patria de la Concertación y la Derecha.
Se deben tensionar todas las fuerzas sociales y las organizaciones revolucionarias para lo cual llamamos a apoyar y participar en:
*El Primer encuentro nacional de Asambleas a desarrollarse en Freirían el 6 y 7 de Abril.
*La marcha nacional en defensa del AGUA el 22 de Abril
*Fomentar el apoyo reciproco, la solidaridad, a nivel de todos los procesos de lucha que se dan todos los días a lo largo del país, haciendo realidad la unidad de los pueblos y los trabajadores.
Debemos pasar de la abstención a la movilización, a la participación.Participación en la construcción del proyecto popular Participación en la organización y movilización del conjunto del puebloParticipación en el levantamiento de un Programa del PuebloParticipación en la construcción de la unidad de los oprimidos Participación en la lucha frontal en todos los ámbitos al actual sistema.
Por Patricio Cid