«La audición», película dirigida por la alemanaIna Weisse, está siendo considerada como una de las grandes sorpresas del cine europeo en 2019 yuna de las grandes sorpresas que tenía escondidas la Sección Oficial del pasado Festival de San Sebastián.
Según la crítica especializada, la cinta deWeisse, retrata “de forma despiadada” a la nueva burguesía europea.
El filme cuenta la historia de una profesora de música cuya fijación con un alumno y su futura audición acabará trayéndole problemas en casa, tanto con su marido (al que prácticamente abandona) y con su hijo, que desarrollará un extraño complejo de Edipo por los celos hacia el otro niño, reseñó el portalEspinof.
“Pese a alguna subtrama que no acaba de cuajar, la obra de Weisse es un interesante y sólido trabajo sobre la obsesión que, aunque podamos sentir un poco distante por la diferencia cultural con Europa central, resulta ser un estimulante ejercicio cinematográfico y un brutal tour de force de la alemana Nina Hoss, ganadora del premio a la mejor actriz (ex aequo) en Donostia”, señaló en un artículo el comentarista cinematográfico Alex Manzano.
“Su personaje pretende representar la bipolaridad del ser humano y los problemas emocionales y sexuales de una mujer en sus cuarenta”, agregó Manzano.
Con una cuidada fotografía y un elegantísimo uso del sonido, “La audición” es una de esas películas que generan una agradable incomodidad, es perturbadora, inesperadamente dulce e inexplicablemente divertida. Una muy estimable película de autor, en definitiva.
En entrevista con la prensa Ina Weisse expresó que «me interesa la doble moral de la burguesía: parecen muy abiertos pero esconden todo».
Al referirse al origen de esta historia, la cineasta dijo que “fue un proceso larguísimo, en un principio el marido era el personaje principal, era ingeniero y construía puentes.
Pero poco a poco comenzamos a ver que su mujer era mucho más interesante. Así que empezamos a cambiar la perspectiva hacía esa profesora de violín y la historia la desarrollamos a través de su carácter con todo su desgarro y deseo de encontrar un lugar en el mundo. Además la siento muy próxima porque yo tocaba el violín y la coguionista el chelo”.
Un aspecto interesante de la película es que los actores tocan los instrumentos, el movimiento es real y lo hicieron ellos.
Según Weisse, la película tiene una sordidez muy propia del cine centroeuropeo y además tiene recursos del humor negro. “Hemos vivido muchas catástrofes y el humor es la única forma de lidiar con ello”.