Alfred Chestnut, Andrew Stewart y Ransom Watkins fueron condenados a cadena perpetua, acusados de haber asesinado a un adolescente en 1983. Luego de pasar 36 años en prisión, fueron exonerados del asesinato del adolescente.
A los tres hombres negros los acusaron de homicidio durante el primer tiroteo fatal en una escuela en EE. UU. El pasado lunes 25 de noviembre fueron exonerados por un juez y liberados de la cárcel. Eran inocentes, informó la agencia AFP.
El caso fue uno de los más mediáticos en Estados Unidos: en 1983, por primera vez se registraba un tiroteo fatal de un estudiante en una escuela pública de Baltimore.
Entonces, Dewitt Duckett, un estudiante de 14 años de edad, recibió un disparo dentro de su escuela, la secundaria Harlem Park en Baltimore. El disparo que le ocasionó la muerte al adolescente fue en su cuello.
La prensa registraba los hechos, en los que se manipularon pruebas y testigos. Los testimonios de otros estudiantes inicialmente dijeron que una persona cometió el crimen; sin embargo, en un cambio inesperado días después, identificaron a tres jóvenes negros como los atacantes. Sus declaraciones fueron hechas bajo presión de la policía, según se supo años después.
“Estos tres hombres fueron condenados, cuando eran muchachos, por la acción irregular de la policía y la fiscalía», dijo la abogada del estado de Baltimore, Marilyn Mosby, después de que los tres fueran formalmente exonerados por un juez del tribunal de circuito de la ciudad y liberados de la prisión.
De acuerdo con la oficina del Fiscal de Baltimore, «los tres hombres, todos adolescentes negros de 16 años fueron señalados utilizando el direccionamiento y la coerción de otros testigos adolescentes para presentar su caso».
Lo que usaron los policías fue que después del crimen se vio a Chestnut, uno de los hombres acusados, con una chaqueta de Georgetown, como la que tenía el adolescente asesinado.
La madre de Chesnut exhibió durante el juicio un recibo de esa chaqueta comprada en la universidad, que se hizo popular por el baloncesto. Los investigadores desestimaron la prueba.
«Lo que el estado, mi oficina, les hizo está mal», dijo Mosby. «Se merecen mucho más que una disculpa. Les debemos una compensación real, y planeo luchar por ello», destacó.
La pregunta que todos se hacen al final es ¿quién (o quiénes) asesino (asesinaron) al joven? ¿Qué querían ocultar señalando como supuestos asesinos a los tres jóvenes negros? Autoridades reabrieron la investigación.