Varados y sin trabajo se quedaron mil argentinos en España

Ilusionados por un programa de migración dejaron todo en su país por un futuro en Europa

Varados y sin trabajo se quedaron mil argentinos en España

Autor: Félix Eduardo Gutiérrez

Cientos de argentinos viajaron a España por un programa de trabajo conocido como VISAR -impulsado por la Consejería de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social de España en Argentina, para especialistas en finanzas, marketing e informática.

La oportunidad se abrió para hijos y nietos de españoles sin doble nacionalidad. ¿El objetivo? «Facilitar una migración legal, ordenada y segura», detallaba la página de la Embajada de España en Buenos Aires.

Unos mil argentinos profesionales altamente calificados -de tres mil postulados- fueron seleccionados entre abril y mayo de 2019 para viajar con una visa de búsqueda de trabajo. 

Sin embargo, cuando llegaron se encontraron con que, para establecerse, el gobierno español les exige un requisito muy difícil de conseguir: les pide que consigan un contrato de un año, cuando allí se ofrecen de hasta tres o seis meses, reseñó el diario Clarín.

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Varados y sin trabajo se quedaron mil argentinos en España. Imagen: El País.

A esto se suma que los extensos tiempos burocráticos para conseguir el NIE (Número de Identidad de Extranjero) y el permiso de trabajo, lo que hace que se pierdan las pocas ofertas laborales porque las empresas “se cansan de esperarlos”.

El caso de Martín Bidt, porteño, de 28 años, especialista en seguridad informática, es uno de los miles que existen. Bidt ya tenía todo casi arreglado para empezar a trabajar en una importante aerolínea.                                                

«Tuve cinco entrevistas con la empresa y ya estaba todo encaminado, conocían la situación con mis papeles. El tema es que estaba todo bien, pero empezaron las demoras y surgieron otras gestiones burocráticas impensadas que debía realizar en el Ministerio de Economía, lo cual demoró todo varias semanas. Finalmente salieron los papeles, pero desde una compañía intermediaria, que abastece personal a Iberia, me dijeron: ‘Disculpame, pero de Iberia se cansaron de esperarte. Ya no te quieren’. Me dijeron y me desplomé”.

Joven, impulsivo y autoproclamado «ambicioso, con ganas de apuntar a lo mejor, a lo más alto», Bidt renunció a la empresa BTR, en Puerto Madero, para irse a Madrid, convencido de que allí le lloverían ofertas. Su currículum y experiencia de diez años lo avalaban. 

Después de enviar 253 CV por mail y tener unas 15 entrevistas, le transmitió a su novia Brenda la noticia de que «ya está, empiezo el lunes, así que podés renunciar a tu trabajo y pasamos fin de año juntos acá en Madrid»,  describió vía telefónica a la prensa argentina. Brenda renunció antes de la nueva e inesperada llamada de Martín.

«Yo creo que el programa VISAR se hizo con buenas intenciones, pero no se analizaron las cosas en profundidad. Por ejemplo, la mayoría de las empresas a las que les mandé currículums, no tenían idea de la existencia de este programa. Hubo un problema de comunicación», concluyó Martín Bidt, que pese a todo no se rinde. «A la Argentina no vuelvo, yo vine a España y quiero planificar mi vida aquí».

Como este hay muchos otros casos de argentinos que dicen estar «varados y desesperados». Hay reticencia en brindar su identidad porque temen que les «salga el tiro por la culata». Pero en general los más de diez consultados aseguran de que se trata de una estafa.

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Programa Visar fue una estafa. Foto referencial: Nueve.com.

La misión de conseguir trabajo se está volviendo imposible para los argentinos que viajaron como parte del programa. Al día de hoy, sólo cien consiguieron empleo «porque las empresas que los contrataron, todas chicas, se tomaron la molestia de hacer el trámite de gestionar el permiso de trabajo y el NIE oficial (impreso y con foto), pero para laburos de camareros, cargar bolsas o hacer delivery», afirmo Alejandro M, quien desde Calella, en las afueras de Barcelona, pide no publicar su apellido.

Alejandro tiene 37 años, es técnico en microinformática y hasta hace unos meses trabajaba en una empresa de caudales en Pompeya. «Mal no estaba, andaba justo de plata, pero necesitaba cambiar de aire, tener una mejor calidad de vida, por eso me inscribí en abril en el programa VISAR. Quedé seleccionado y empecé a tramitar todo el papelerío que necesitaba», describe el padre de dos hijas.

«Fue muy estresante y movilizante dejar mi país, renunciar a mi trabajo, a mis hijas y a mi mujer por unos meses para venir aquí y encontrarme con la nada misma. Llegué el 20 de octubre con ilusión para buscar un futuro mejor para mi familia y hoy me siento frustrado y acorralado, porque el permiso de búsqueda de trabajo me vence el 20 de enero», aseguró.

Molesto e indignado, Alejandro entendía que «las empresas españolas estarían al tanto de este programa para argentinos hijos y nietos de españoles, y resulta que no sabían nada. Yo tuve tuve seis entrevistas, me aceptaban por mis condiciones laborales pero todo se terminaba estancando por el tema papeles. ¿Por qué? Porque me ofrecían contratos por tres meses. Y para poder estar en regla con el permiso de residencia y el seguro social, necesitaba un contrato de un año».

Dice que no se siente estafado ni tampoco arrepentido por haberlo dejado todo e irse confiado a España, «pero no es todo color de rosa como se cree. Acá la situación es difícil, hay recesión, pero yo no bajo los brazos. Hoy me encuentro laburando de camarero. No tengo pasaje de vuelta a la Argentina, donde la verdad, no quiero volver más que de visita. Quiero pelearla acá».

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