Las autoridades estadounidenses están alarmadas por el incremento de la violencia en la frontera con México, causada por las bandas narcotraficantes. El presidente Obama declaró que se esta estudiando la posibilidad de enviar tropas militares a estas zonas.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no descartó la posibilidad de un despliegue militar en la frontera con México como un posible recurso para combatir la violencia generada por las bandas de narcotraficantes del país vecino e impedir que la situación se extienda a ciudades estadounidenses fronterizas.
En una entrevista concedida a 15 periódicos locales de EE.UU., el presidente Barack Obama aseguró que «vamos a examinar si el despliegue de la Guardia Nacional tendría sentido y bajo qué circunstancias».
En cuanto a la presencia de estas bandas en unas 230 ciudades estadounidenses, siendo las más afectadas como Phoenix, Atlanta, Birmingham y Alabama, según datos de la BBC, Obama calificó este hecho como «inaceptable».
Es «inaceptable tener bandas de narcotraficantes que cruzan nuestras fronteras y matan a ciudadanos estadounidenses», añadió el mandatario del país norteamericano.
Horas más tarde, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, aseguró que el presidente demócrata ha recibido peticiones específicas para que autorice envío de contingentes militares de la frontera con México.
«El presidente se ha comprometido a revisar esas peticiones» junto a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, indicó Gibbs.
Los pedidos a los que se refiere Obama provienen de legisladores y funcionarios locales de estados que limitan con el país latinoamericano, quienes han expresado a Obama su creciente preocupación de que el aumento de violencia provocado por el narcotráfico se traslade al otro lado de la frontera.
Por ejemplo, el gobernador del sureño estado Arizona, Jan Brewer, pidió al Ejecutivo que envíe más de 250 reservistas de la Guardia Nacional.
Por su parte, el gobernador de Texas, también limítrofe con México, Rick Perry, solicitó mil soldados soldados para hacer frente a la creciente violencia en la zona.
Entretanto, la preocupación por la violencia relacionada a las rutas de los cárteles mexicanos crece cada vez más en Washington por las denuncias de las autoridades de los estados colindantes que aseguran que estas organizaciones ilegales hacen presencia en más 230 ciudades estadounidenses.
Y es que la violencia fruto del crimen organizado mexicano se ha cobrado la vida, sólo en 2008, de 6 mil personas y las cifras siguen en aumento.
Otro aspecto de agrava la situación es la evidente participación, clandestina de EE.UU. en la violencia en México, pues las matanzas que utilizan las bandas rivales para hacerse con las rutas de la droga hacia EE.UU., las ejecutan con armas estadounidenses introducidas a México.
La situación es tan grave, que ya el Congreso ha programado una serie de audiencias sobre el tema durante este mes y el próximo.
La Cámara Baja de EE.UU. ha declarado el incremento del nivel de violencia en la línea fronteriza como «alarmante» y la califica como una «crisis», según un reporte de la BBC.
Los legisladores indicaron que la narcoviolencia no sólo pone en riesgo la estabilidad de México sino también la seguridad de EE.UU.
El miércoles el fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, anunció el arresto de 755 personas vinculada al narcotráfico mexicanos en operativos que tuvieron lugar en todo el país y que se han desarrollado desde hace 21 meses.
El departamento de Justicia de EE.UU. informó que en estos casi dos años se incautaron 59,1 millones de dólares, 12 mil kilos de cocaína, unos 8 mil kilos de marihuana, más de 600 kilos de anfetaminas, más de 8 kilos de heroína y aproximadamente 1,3 millones de pastillas de éxtasis.
«Los carteles de la droga internacionales son una amenaza seria y continua para la seguridad de nuestras comunidades», dijo Holder.
La operación Xcellerator tuvo como objetivo el Cartel de Sinaloa, descrito por las autoridades estadounidenses como «el responsable de llevar múltiples toneladas de narcóticos, incluyendo cocaína y marihuana, desde México a EE.UU., a través de células de distribución en EE.UU. y Canadá».
Michele Leonhart, funcionaria de la DEA, dijo que se trata del «mayor y más efectivo operativo» contra este cartel y agregó que «fueron interrumpidas las operaciones de esta organización desde Washington hasta Maine», además de afectar seriamente sus operaciones en territorio canadiense.
Telesur