La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) expresó su preocupación por los reportes sobre el deterioro de la salud de Julian Assange, que permanece en prisión, y llamó a liberar al ciberactivisa australiano por razones humanitarias.
En un comunicado publicado el martes 24 de diciembre, el grupo condenó la «continua persecución de Assange por sus actividades periodísticas, lo que sienta un peligroso precedente».
Dos meses antes de la audiencia en un tribunal de Londres sobre la extradición del fundador de WikiLeaks a Estados Unidos, prevista para el 24 de febrero, Reporteros Sin Fronteras denunció la violación de los derechos fundamentales del periodista, quien «no ha tenido suficientes oportunidades para prepararse» para la comparecencia y cuyos abogados no han tenido «acceso adecuado» a su cliente en prisión.
La organización también condenó la decisión del Ministerio del Interior británico de dar luz verde a la solicitud de extradición de Assange a Estados Unidos y que se retiren los cargos que pesan sobre el fundador de WikiLeaks en territorio norteamericano, donde enfrenta 18 cargos, entre ellos, una presunta violación de la Ley de Espionaje por la que podría ser condenado a hasta 175 años de prisión.
En una carta abierta publicada el pasado 25 de noviembre, más de 60 médicos de diversos países, alertaron que Assange podría morir en prisión a menos que reciba atención médica urgente.
El ciberactivista de 48 años de edad está encerrado en la cárcel londinense de Belmarsh desde su arresto en la embajada de Ecuador en la capital británica perpetrado en abril pasado, y fue condenado a 50 semanas de cárcel por violar una fianza relacionada con un caso de presuntos delitos sexuales cometidos en Suecia que luego fue desestimado.
El exdiplomático británico Craig Murray quien estuvo presente cuando el 21 de octubre Julian Assange compareció ante el tribunal de primera instancia de Westminster, relató que observó al ciberactivista flaco, envejecido y desorientado en sus declaraciones.
Señaló que esta condición es el resultado de su estancia en Belmarsh, una prisión de alta seguridad en condiciones de aislamiento, con 23 horas diarias de soledad y 45 minutos para hacer ejercicio en un patio de cemento.
“Cuando Assange sale de la celda, todos los pasillos por los
que pasa son evacuados y todas las puertas de las celdas se cierran para
garantizar que no tenga contacto con otros reclusos”. “No hay ninguna justificación
para que este régimen inhumano,
utilizado contra grandes terroristas, se le aplique a un periodista en prisión
preventiva”, condenó Murray.
Aunque Assange es elegible desde septiembre pasado para salir
en libertad condicional, la jueza Vanessa Baraister determinó que debe esperar
en prisión por la celebración del juicio
de extradición, previsto para comenzar el 24 de febrero próximo.
Sigue leyendo:
Hazte socio 👍
Con tu donación aportas a la sostenibilidad económica y existencia de este medio.
Elige cómo quieres aportar a la existencia y financiamiento colectivo de este medio!
Reveniu 
