Las tensiones militares bajo el mandato de Duque no paran crecer, tras constatarse falsificación de documentos, presuntos falsos positivos y corrupción dentro del cuerpo castrense
El presidente de Colombia, Iván Duque, anunció este viernes que el comandante del Ejército, Nicacio Martínez, dejará su cargo y será reemplazado por el general Eduardo Zapateiro.
El mandatario manifestó en una rueda de prensa desde el Palacio de Nariño que había tenido una conversación con Martínez, donde este le había informado que dejaría su cargo por «motivos familiares».
Zapateiro, el comandante entrante, nació en 1962, se graduó en Ciencias Militares en la Escuela de Cadetes y ascendió al grado de mayor general en 2017. En 2008, durante el Gobierno de Álvaro Uribe, estuvo al frente de la «Operación Fénix», un polémico bombardeo en territorio ecuatoriano donde murieron Luis Edgar Devia Silva, conocido como «Raúl Reyes», miembro del secretariado de las FARC y 16 guerrilleros.
Situación en la Fuerza Armada
El presidente colombiano destacó el trabajo del saliente comandante del Ejército en operaciones en contra de las bandas criminales y las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Esta decisión ocurre dos semanas después de que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) abriera una nueva investigación sobre presuntas ejecuciones extrajudiciales, a raíz del hallazgo de una fosa común con unos 50 cuerpos inhumados en el Cementerio Católico Las Mercedes de Dabeiba, en Antioquia, en el noreste de Colombia.
Las tensiones en el campo militar se incrementaron en la Administración de Duque tras el sometimiento del exministro de Defensa, Guillermo Botero, a una moción de censura, que superó con el apoyo de la derecha en el Congreso. Sin embargo, en noviembre el extitular de esa cartera renunció tras el escándalo por la masacre que no fue informada al país de por lo menos ocho menores de edad en Colombia, tras un bombardeo en una zona de San Vicente del Caguán (Caquetá), en el sur del país.
Previamente, en septiembre, el general Oswaldo Peña Bermeo, jefe de Inteligencia y Contrainteligencia Militar Conjunta de Colombia, fue retirado de su cargo, luego de Duque presentara ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) un informe sobre la supuesta presencia de grupos irregulares en Venezuela donde había por lo menos cuatro fotos falsas.
El regreso de los falsos positivos
Martínez, quien deja el cargo, se vio vinculado en un escándalo en la cúpula militar colombiana por el presunto encubrimiento de la muerte de civiles a manos de militares, hace más de diez años, según un trabajo periodístico de AP.
Por su parte, el New York Times (NYT) realizó una investigación que reveló que generales y coroneles del Ejército de ese país suscribieron un acuerdo para incrementar los operativos y «ser efectivos operacionalmente», con el objetivo de «matar, capturar o forzarla rendición de los grupos criminales y rebeldes».
La Procuraduría de ese país informó en esa oportunidad que había abierto una indagación al comandante del Ejército y a otros funcionarios por «presuntas irregularidades de en las directrices dadas a los militares para mejorar los resultados de las operaciones», tras la denuncia del NYT.
Martínez fue el segundo comandante de la Décima Brigada Blindada, entre octubre de 2004 y enero de 2006, donde habría firmado pagos irregulares por el testimonio de informantes que aportaban datos para realizar las operaciones militares. La Fiscalía colombiana abrió investigaciones sobre 23 ejecuciones de esa brigada en 2005, según un informe de Human Rights Watch.
Fuente: RT