Sr. Director:
Durante las últimas semanas diversos medios han informado sobre el estado de avance de los corredores bioceánicos en los cuales Chile está involucrado. Si bien es entendible el entusiasmo que en materias de conectividad puedan generar estas grandes obras de ingeniería, en materia económica llevan implícito un estancamiento en nuestra vía al desarrollo.
Todas estas obras apuntan básicamente a crear la infraestructura continental en obras viales y servicios para facilitar la extracción y exportación de las materias primas de los países sudamericanos, en el caso de Chile a través de unidades territoriales supranacionales, los ejes Mercosur, Capricornio y Andino del Sur. Estos planes nacieron y se diseñaron por el IIRSA, organización impulsada por el ALCA y completamente desacreditada al día de hoy. Posteriormente se rediseñaron en el COSIPLAN entidad controlado por UNASUR.
Para Erik Reinert (economista noruego), incentivar a un país como el nuestro a especializarse en distribuir materias primas sin valor agregado en un mercado globalizado es un grave error que se basa en el dogma globalizante en el cual el trabajo tiene siempre el mismo valor, lo que permitiría un intercambio mundial en igualdad de condiciones a países con industrias en distintas fases de desarrollo. En esta teoría los aspectos cualitativos son secundarios llevando a países como el nuestro a desincentivar la innovación, la creación de tecnología e industria. Los países especializados mayoritariamente en extraer sus materias primas tarde o temprano se enfrentan a la dificultad y encarecimiento de esa explotación, generando mayor costo por unidad, lo que deriva en rendimientos decrecientes, es decir caer en la pobreza. Esta situación efectivamente se ha venido observando en la gran minería que pese a la mayor inversión de estos últimos años ha tenido menos productividad. Las naciones, en tanto, que desarrollan la innovación y dan valor agregado a sus productos en áreas de rendimientos crecientes, logran enriquecerse.
Los mayores beneficiados con el desarrollo de estos planes IIRSA/COSIPLAN son los países que procesan esas materias primas, no los que las explotan, además de quienes financian y ejecutan las obras, principalmente el sector financiero e industrial con sede en Brasil aunque de propiedad de capitales internacionales, en una alianza con sectores de ese país que quieren dar un nuevo impulso al anhelo de convertirlo definitivamente en el gran pivote geopolítico continental.
Carlos Videla Briones
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