Para algunas personas, los tatuajes pueden ser una forma de arte corporal, un estilo de vida, una adicción que mezcla el dolor y el placer, mientras que para otros representa un arte que se ha pasado por el estigma, la moda y la cultura, pero pocos saben que los tattoos están integrados en todas las generaciones de todas las sociedades del planeta, siendo la Inglaterra Victoriana la que más los desarrolló.
Según datos de los archivos judiciales extraídos de junio de 1836, al menos 58.002 condenados victorianos tuvieron tatuajes que los describen «como salvajes» y como una señal de que pertenecían a una banda criminal.
Asimismo, los tatuajes de convictos analizados por un grupo de especialistas expresaron una sorprendente variedad de sentimientos positivos y de moda. Y los convictos no fueron los únicos victorianos que los adquirieron.
Así, se puede inferir que el tatuaje histórico no se limitaba a marineros, soldados y convictos, sino que era un fenómeno creciente y aceptado en la Inglaterra victoriana.
De hecho los expertos dicen que los tatuajes brindan una ventana importante a la vida de aquellos que generalmente no dejan registros escritos propios, como una forma de «historia desde abajo», dando una comprensión fugaz pero intrigante de las identidades y emociones de la gente común en el pasado.
Una marca personal
Para demostrar que lo antes expuesto tiene un fundamento real, los especialistas afirman haber realizado el análisis más grande de tatuajes hasta la fecha, examinando 75.688 descripciones de tatuajes en 58.002 convictos en Gran Bretaña y Australia desde 1793 hasta 1925.
Los expertos utilizaron técnicas de minería de datos para extraer información incrustada en campos descriptivos más amplios de delincuentes, registros y vincularon esta información con una amplia evidencia sobre las características personales y los antecedentes de esto sujetos.
Debido a que los significados de los tatuajes son a menudo tan difíciles de comprender, utilizaron visualizaciones para identificar patrones de uso y yuxtaposiciones de diseños particulares.
Como práctica para la cual típicamente el único registro es el propio cuerpo, pocos registros sistemáticos sobreviven antes del advenimiento de la fotografía. Una excepción a esto son las descripciones escritas de los tatuajes (e incluso el boceto ocasional) que se guardaron de personas institucionalizadas obligadas a someterse al registro de información sobre sus cuerpos como un medio para identificarlos. Esto se aplica particularmente a tres grupos: convictos criminales, soldados y marineros. De estos, los registros de convictos son los más voluminosos y sistemáticos.
Tales registros se mantuvieron primero en gran número para aquellos que fueron transportados a Australia desde 1788 (ya que Australia era una prisión abierta) ya que las autoridades necesitaban algún medio para realizar un seguimiento de ellos.
Registros de prisiones similares comenzaron a mantenerse en Gran Bretaña a partir de 1816, en parte para poder identificar a los fugitivos. Pero el mantenimiento de registros se volvió aún más sistemático debido a las crecientes preocupaciones sobre la reincidencia en el siglo XIX.
Los tatuajes de convictos analizados incluyeron una amplia gama de temas y diseños y expresaron algunas emociones muy positivas. De hecho, los especialistas encontraron múltiples registros de imágenes relacionadas con la identidad británica y estadounidense, así como diseños centrados en diversos temas como astronomía, placer, religión y sexo.
Los tatuajes más populares
Entre los más populares estaban los temas navales y las expresiones de amor. Pero la forma más popular de tatuaje eran los nombres escritos y los conjuntos de iniciales, que estaban presentes en el 56 por ciento de todas las descripciones. Los puntos también fueron muy populares y se encontraron en el 30 por ciento de las descripciones.
La distribución de los temas se hizo más uniforme con el tiempo, a medida que algunos temas tempranos populares, especialmente naval, joyería y astronomía, disminuyeron y hubo un aumento en los tatuajes que representan la religión, la naturaleza, la identidad nacional y la muerte.
Hasta 1850, la evidencia proviene principalmente de convictos transportados a Australia, una cuarta parte de los cuales fueron tatuados.
Los tatuajes navales eran ricos en diversidad e incluían sirenas, barcos, marineros, banderas y símbolos astronómicos relacionados como el Sol, la Luna y las estrellas. Pero el diseño más popular fue el ancla.
Sobre este particular arte, a finales del siglo XIX, los observadores sociales, los criminólogos y la prensa mostraban su preocupación por la idea de que los tatuajes eran evidencia de «carácter criminal». Muestra de esto es el libro del investigador social Henry Mayhew (1862) que habla sobre las cárceles de Londres.
En su texto, el experto explica que en esa época «la mayoría de las personas de mala reputación«, tienen marcas privadas estampadas: sirenas, hombres y mujeres desnudos, y las cosas más extraordinarias que hayas visto.
“Están marcados como salvajes, mientras que muchos de los ladrones regulares tienen cinco puntos entre sus dedos pulgar e índice, como señal de que pertenecen a ‘los cuarenta ladrones’, como lo llaman», refiere.
Los «Cuarenta ladrones» supuestamente podrían ser identificados por sus tatuajes: cinco puntos usados entre sus dedos pulgar e índice.
Los datos analizados por los expertos indican la presencia de este tatuaje en la década de 1820, donde fue encontrado en 23 convictos, mientras que los cinco puntos crecieron en popularidad en la década de 1870 y éste tatuaje se encontró no solo en convictos varones encarcelados, sino también en aquellos que fueron transportados, especialmente mujeres, siendo algo generalizado.
Otra muestra de esta locura victoriana es que se tatuaban a sus amantes y familiares, la mayoría de edad y los placeres de la vida de la clase trabajadora. De hecho, alrededor del 5 por ciento de los convictos usaban tatuajes relacionados con el placer. Los dieciséis cumpleaños, por ejemplo, fueron conmemorados por tatuajes de botellas.
Los convictos también expresaron interés en la naturaleza, el alcohol, el tabaquismo, el baile y las cartas, que fueron objeto de una serie de tatuajes. El sexo también era un tema, pero los empleados victorianos a menudo ocultaban el nivel de obscenidad de los registro.
Lo que no está claro por el momento es cómo se extendió la moda del tatuaje, pero la evidencia sugiere que un número creciente de hombres y mujeres, no solo soldados, marineros y convictos, adquirieron tatuajes en el transcurso del siglo XIX. Las fechas de nacimiento de los convictos con y sin tatuajes en el Registro de delincuentes habituales muestran un claro aumento en la proporción de convictos con tatuajes; La mitad de los convictos documentaron que poseían tatuajes a fines de siglo.
Si bien los tatuajes se volvieron más sofisticados a principios del siglo XX y la evidencia de tatuajes fuera del registro de convictos es escasa, hay sugerencias de que las personas de una amplia gama de entornos sociales adquirieron tatuajes.
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