Lo dice la tradición Hindú: Es de buen augurio casarse entre noviembre y febrero

Son los meses para estas ceremonias que constituyen una verdadera explosión de colores y sabores

Lo dice la tradición Hindú: Es de buen augurio casarse entre noviembre y febrero

Autor: Félix Eduardo Gutiérrez

Entre finales de noviembre y principios de febrero, millones de parejas se casan en la India. En estos momentos el país asiático se encuentra en plena temporada de bodas.

De acuerdo con la tradición hindú, son los meses de buen augurio para estas ceremonias que constituyen una verdadera explosión de colores y sabores.

La ceremonia matrimonial tiene varios días de duración, las bodas hindúes comienzan con el Mehndi o la decoración de las manos con pintura de henna o alheña, un colorante natural rojizo, y de ahí se pasa al Haldi, rito por el que los novios son ungidos en cúrcuma para ahuyentar a los malos espíritus, informó el portal de noticias RFI.FR.

Música, comida, color, alegría y tradición. Las bodas en general contienen los ingredientes indispensables para una gran fiesta pero los matrimonios en India aportan una rica combinación de especias que dan lugar al tradicional sabor del masala que tanto sorprende fuera de sus fronteras. Y más aún cuando se trata de una boda mixta entre un europeo, en este caso español, y una india.

De acuerdo con la tradición hindú, entre noviembre y febrero, son los meses de buen augurio para estas ceremonias que constituyen una verdadera explosión de colores y sabores. Foto: DPA.

Pero la particularidad de estas fiestas que más sorprende es el Baraat, o la procesión que acompaña al novio hasta su futura mujer, como explica Maite, hermana de un contrayente: “La llegada del novio a caballo a la casa de la novia es un momento muy importante. Con personas que tocan el tambor. Además, al final está la familia de la novia esperándolo con guirnaldas y es una explosión de ruido y de alegría”.

La ceremonia nupcial cuenta con varios rituales en los que el sacerdote recita mantras al tiempo que la pareja camina en torno al fuego siete veces, tantas como sus votos de fidelidad.

En un colorido altar, familias y amigos presencian de cerca un momento especial. “Lo que más me ha gustado ha sido cómo en los rituales guardan un espacio para que la familia y los invitados estén acompañando y bendiciendo a la pareja. Y también me ha gustado muchísimo cómo adornan todo, los colores que ponen, todo lleno de flores”, describió Marta Fernández, asistente a una ceremonia nupcial.

El colofón a la boda lo pone el baile de novios. Una gran recepción con los manjares propios de la cocina india además de música y bailes para gozo de los invitados, como describe Kiko Ceacero: “Para mí es un país que se disfruta con todos los sentidos: con el gusto, con la vista, con el oído, con el tacto…”. Un festival de emociones, más especial aún cuando se construyen puentes de unión entre culturas diferentes y donde el país invitado pone la guinda.

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