Cuba rechazó las acusaciones del gobierno interino de Bolivia para justificar la ruptura de relaciones diplomáticas entre La Habana y La Paz al calificarlas de infundadas.
«Las autoridades golpistas bolivianas no deberían hacer recaer sobre Cuba la responsabilidad por su decisión de suspender las relaciones diplomáticas entre ambos países. La hostilidad y las ofensas no han emanado de nuestro Gobierno ni de nuestro pueblo», reza la declaración oficial emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
El documento destaca que Cuba «ha actuado con paciencia y prudencia, en defensa y protección de sus nacionales y ha evitado la confrontación a pesar de la actuación reprochable de los golpistas».
Asimismo, recuerda que después de la renuncia forzada del presidente boliviano Evo Morales y la autoproclamación presidencial de Áñez, «miembros del Gobierno de facto de ese país desarrollaron acciones sistemáticas para deteriorar y entorpecer las relaciones bilaterales con Cuba (…) desplegaron una feroz campaña de mentiras y tergiversaciones contra Cuba, en particular contra la cooperación médica cubana».
Según la Habana esta campaña de descrédito «incitó públicamente a la violencia contra nuestro personal de la salud e incluyó allanamientos y registros brutales, ilegales e injustificados, acusaciones falsas y detenciones de colaboradores cubanos».
El comunicado también recuerda que el pasado 14 de noviembre, el Gobierno de facto de Bolivia solicitó a Cuba retirar a su embajador, quien regresó definitivamente a La Habana el 7 de diciembre, después de haber garantizado y ejecutado el retorno de la brigada médica cubana presente en Bolivia, reseñó Sputnik.
Mientras que entre el 15 y el 20 de noviembre, de forma unilateral, Áñez decidió retirar a todo el personal diplomático boliviano acreditado en Cuba.
El viernes 24 de enero el Gobierno de facto de Bolivia suspendió las relaciones con la administración del presidente cubano de Miguel Díaz-Canel, tras las declaraciones del canciller de ese país, Bruno Rodríguez, que calificó de ilegal y autoproclamada a la presidenta boliviana.
Cabe destacar que desde el golpe de Estado, Áñez ha ido rompiendo relaciones con casi todas las naciones con tendencia de izquierda, entre ellos Venezuela.
Cuba denunció que la decisión del gobierno de facto de Bolivia de suspender las relaciones con la isla responde a las presiones de Estados Unidos para imponer la Doctrina Monroe, y reafirmar su hostilidad hacia La Habana.
«Cuba rechaza pretextos e infundadas acusaciones de autoridades golpistas de Bolivia para suspender las relaciones diplomáticas. Desde su irrupción violenta en el poder, han desarrollado acciones sistemáticas para deteriorar los vínculos bilaterales», aseguró el canciller cubano Bruno Rodríguez en Twitter.
Por su parte, el depuesto presidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019) repudió la decisión del Gobierno de facto.
«Condenamos profundamente la suspensión de relaciones del Gobierno de facto de (Jeanine) Áñez con la hermana República de Cuba», sostuvo el exmandatario en las redes sociales.
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