Mezclado entre los detalles de lo que se describe al pasar como el “complicado pasado” de Kobe Bryant hay uno que pudo haberlo descarrilado. Se trata de la denuncia de violación de una empleada de hotel de 19 años. Para algunos, dejar de lado detalles como ese en las semblanzas de Bryant fue lo que correspondía hacer en el día de su deceso.
Uno de los aspectos centrales de la historia de Bryant, y de cómo es recordado, es si el hecho de que no se haya hablado casi de la denuncia de violación en los obituarios y los comentarios de la gente responde al paso del tiempo o a las consideraciones especiales que se le tiene a los grandes deportistas.
Han pasado 17 años desde esa denuncia. Buena parte de los admiradores de Bryant no habían nacido por entonces, o eran muy pequeños como para comprender lo que pasaba. Sin embargo, estamos en la era del #MeToo (#yoTambien), en la que se puede investigar fácilmente el pasado de cualquiera en la internet y detectar transgresiones o comentarios inapropiados en las redes sociales, que pueden cambiar la forma en que se percibe a una celebridad.
Los denunciantes son tratados con más respeto que en el pasado y sus denuncias son tomadas más en serio que en otras épocas. Hay quienes creen que ignorar elementos como ese es una nueva muestra de cómo los astros del deporte a menudo tienen vía libre para hacer lo que quieran sin tener que pagar los platos rotos.
La periodista que puso este evento sobre el tapete fue la reportera del Washington Post, Felicia Sonmez, quien el mismo día del fallecimiento del deportista publico en twitter un link que remitía a un artículo que hablaba sobre las acusaciones de violación presentadas hace años contra el exastro de la NBA.
La reportera Felicia Sonmez publicó su tuit el domingo, en momentos en que mucha gente se mostraba apesadumbrada por el deceso de Bryant. De inmediato, Sonmez obtuvo respuestas iracundas en las redes sociales.
El Post informó que Sonmez recibió incluso advertencias de que sería asesinada o violada, y tuvo que mudarse a un hotel, luego que se reveló en internet su domicilio.
De acuerdo con el diario, la repoertera borró el tuit original a petición de un editor. Recibió también un correo electrónico del editor ejecutivo Marty Baron, quien le reprochó: “Fue una falta verdadera de criterio tuitear esto. Por favor detente. Estás dañando a esta institución al hacer esto”.
El Post informó que la periodista recibió licencia para ausentarse con goce de sueldo, mientras los jefes de la redacción analizaban lo ocurrido. Una vocera del diario no respondió a una serie de preguntas sobre el mensaje de Baron.
El lunes por la noche, la reportera dijo que sigue suspendida y que desconoce cuánto durará la licencia. Añadió que ha estado en comunicación con el sindicato Washington Post Newspaper Guild, y que podría reunirse pronto con su directiva.
Miembros de la asociación gremial protestaron contra la suspensión. Destacaron que Sonmez había “recibido una andanada de mensajes violentos” y “había recibido parámetros insuficientes del Post sobre la forma de protegerse”.
“Entendemos que las horas posteriores a la muerte de Bryant el domingo eran un momento delicado para compartir un reportaje sobre acusaciones pasadas de agresión sexual”, escribieron los miembros del sindicato. “La pérdida de una figura tan querida y de muchas otras vidas es una tragedia. Pero creemos que es nuestra responsabilidad, como organización noticiosa, decir al público toda la verdad como la conocemos -sobre figuras e instituciones, populares e impopulares, en momentos oportunos e inoportunos”.
En 2003, Bryant fue acusado de violar a una joven de 19 años que trabajaba en un complejo turístico de Colorado. El basquetbolista insistió en que las relaciones sexuales fueron de mutuo acuerdo, y los fiscales retiraron finalmente el cargo de agresión sexual, a petición de la acusadora.
La mujer presentó después una demanda civil contra Bryant, en la que se llegó a un arreglo extrajudicial.
Numerosos deportistas se han visto envueltos en denuncias de este tipo en los últimos tiempos, incluidos el relevista Roberto Osuna, Cristiano Ronaldo, el running back Ezekiel Elliott, los quarterbacks Jameis Winston y Ben Roethlisberger, y el receptor de los Chiefs Tyreek Hill.
Todos fueron blanco de graves denuncias y sobrevivieron sin grandes castigos de sus ligas, sus equipos, la policía ni la opinión pública.
El caso de Bryant no llegó a los juzgados. Si bien algunos patrocinadores le dieron la espalda, sus pérdidas no duraron mucho. Bryant ofreció una disculpa a través de su abogado y apenas se perdió unos pocos partidos durante todo el revuelo.
Cortesía de La Jornada
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