El nuevo coronavirus 2019-nCoV, que surgió en la ciudad china de Wuhan, ha afectado a casi 20.000 personas en 24 países, aunque la inmensa mayoría en la nación asiática, alrededor de 17,205, y donde se han registrado al menos 361 fallecidos.
El pasado jueves, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió declarar la emergencia internacional ante el rápido aumento de los pacientes y ante la posibilidad de que el brote se extienda «a lugares con sistemas sanitarios más débiles”.
La neumonía de Wuhan, que afecta una de las principales potencias del mundo como China, tendrá un impacto económico que, a priori, es difícil cuantificar.
No obstante, existen diversos estudios que han abordado las posibles pérdidas económicas que puede provocar una pandemia.
Un estudio realizado en 2017 por los economistas Victoria Fan, Dean Jamison y Lawrence Summers estimó que el riesgo de una pandemia podría ocasionar pérdidas por el orden de 500.000 millones de dólares anuales, lo que equivale al 0,6 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Asimismo, la OMS calculó que una pandemia entre moderada y grave costaría 570.000 millones de dólares, el 0,7 % de las riquezas del planeta.
Pero una epidemia de extrema gravedad, como la peste negra —la mayor plaga de la historia, culpable de enterrar a 200 millones de personas en el siglo XIV— restaría un 5 % al PIB mundial, es decir, unos cuatro billones de dólares.
Una visión a más largo plazo la ofrece un estudio de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos: en el siglo XXI, las enfermedades relacionadas con pandemias costarán a la economía global seis billones de dólares.
También es posible realizar una comparación con el brote de Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, por su sigla en inglés) que se originó en China en 2003 para evaluar el posible impacto económico de Wuhan.
Según las cifras registradas, las pérdidas económicas mundiales ocasionadas por ese coronavirus SARS se situaron entre 40.000 y 50.000 millones de dólares por la reducción de viajes y gastos.
Un documento de 2006 de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, en inglés) indica que el PIB mundial se contrajo 0,1 % como consecuencia del virus.
En el caso específico de China, el gasto de los consumidores de ese país se redujo aproximadamente 5 % hasta que se pudo controlar el brote de SARS.
Según las estadísticas, la economía China creció a un ritmo de 11,1 % en el primer trimestre de 2003 y desaceleró 9,1 % en el siguiente trimestre, durante los meses más duros de la epidemia. Ese empeoramiento se produjo por el golpe del virus en el turismo, la hostelería y el transporte.
Las enfermedades nuevas como el brote actual causan alarma debido a las incertidumbres sobre lo letales que pudieran ser y cómo se diseminan, así como cuántas pérdidas económicas pueden generar.
«El costo para la economía global pudiera ser enorme en términos de PIB negativo si este brote se convierte en epidemia», aseveró Stephen Innes, analista principal para Asia de la empresa financiera AxiCorp.
Mercados financieros a la baja
La noticia de un nuevo virus que ha infectado a decena de miles de personas en el centro de China y en más de 20 países ha sacudido los mercados financieros y generado temores de que la economía mundial se vea vapuleada.
La cotización de las acciones en las bolsas, tanto en Estados Unidos como en Europa y Asia, han sufrido pérdidas, como consecuencia de los temores de un nuevo golpe a la economía china; mientras que el yuan se ha depreciado y los precios del petróleo han caído alrededor de 10 % desde el 20 de enero, cuando aumentaron los casos del coronavirus.
De acuerdo con Reuters, Goldman Sachs apunta a un posible impacto negativo en la demanda mundial de petróleo de 260.000 barriles por día en promedio.
Aerolíneas suspenden vuelos a China
Uno de los sectores más afectado es el del transporte aéreo, ya que ante el temor del brote al menos nueve aerolíneas suspendieron sus vuelos desde y hacia China en la última semana.
Mientras más de 20 países han confirmado casos de contagios, aerolíneas como British Airways, Lion Air, Lufthansa, Iberia, United Airlines, American Airlines, Egyptair, Air France y Seúl Air han suspendido todos sus vuelos a la nación asiática, mientras otras como Finnair, Air Canada, KLM y Cathay Pacific han reducido el número de viajes.
Esta última, insignia de Hong Kong, ha optado por una reducción progresiva de sus vuelos a China, dejando, además, de prestar algunos servicios a bordo como toallas calientes, mantas, revistas, y la modificación a su oferta de comidas.
Además, el Gobierno de Estados Unidos reveló que estudia la posibilidad de imponer una prohibición temporal generalizada de los vuelos hacia y desde China, después de que se confirmara la detección de por lo menos ocho casos del virus en el país entre personas que habían viajado recientemente a Wuhan.
Ante la expansión del virus, Rusia decidió cerrar su frontera oriental, en la que comparte 4.209 kilómetros con China. No se podrá ingresar al país a través de los puestos de control ubicados en la región de Kaliningrado, San Petersburgo y la región de Leningrado. Esta decisión se suma a la suspensión temporal de la entrega de visados electrónicos a ciudadanos chinos.
En tanto, Kazajstán también cerró su frontera y ha suspendido todas las formas de viaje hacia y desde China. Mientras que la República Checa fue más allá y decidió cancelar el visado a ciudadanos chinos, y está considerando prohibir los vuelos hacia este país.
Por el momento, varios países han comenzado a evacuar a sus nacionales desde Wuhan, entre ellos Japón, Singapur y Estados Unidos. Otros como Reino Unido y Francia están ultimando detalles con las autoridades chinas para la repatriación de sus ciudadanos.
Empresas suspenden operaciones en China
La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, advirtió que si el virus continúa propagándose y, aún si se detuviera mañana, ya existe un impacto negativo a corto plazo en la industria del turismo y en el comercio, dos de las áreas que más han sufrido el impacto de las restricciones impuestas para contener la expansión del coronavirus.
Algunas empresas internacionales han tomado medida frente al avance del brote. El grupo Toyota anunció que aplazará la reapertura de sus 12 fábricas en el gigante asiático, las cuales están cerradas actualmente debido a las festividades del Año Nuevo chino. Honda y Renault también se unieron a la medida.
La cadena sueca de muebles y objetos para el hogar, Ikea, anunció el cierre temporal de todas sus tiendas físicas en China. Starbucks también confirmó la misma medida en más de la mitad de sus tiendas en ese país, donde actualmente tiene 4.292 puntos de venta.
“La marca de joyas Pandora cerró 53 de sus 237 tiendas en China, la mayoría en la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan, reseñó France 24, y Apple hizo lo propio con sus comercios.
También es preciso mencionar los efectos en la industria del entretenimiento, el turismo y el deporte que se han generado por cancelación de actividades productivas.
Los fabricantes de tapabocas se hacen ricos
Sin embargo, el sector farmacéutico se ha lucrado gracias al brote, puesto que en algunas provincias el uso de tapabocas es obligatorio. Ante la alta demanda de estos implementos, las farmacias han aprovechado para elevar sus precios de forma desmedida.
Las autoridades municipales de Pekín anunciaron el pasado miércoles 29 de enero una multa de tres millones de yuanes (400.000 dólares) a una farmacia de la ciudad por haber multiplicado por seis el precio de venta de los tapabocas empleados para protegerse del coronavirus.
El establecimiento estaba vendiendo cajas de diez unidades a 850 yuanes (115 dólares), cuando su precio en Internet ronda los 143 yuanes (20 dólares).
Golpe económico al gigante asiático
Según Daniel La Calle, profesor en la Escuela de Inteligencia Económica (IE Business School), las estimaciones del impacto económico y comercial del nuevo coronavirus son muy preliminares, porque se desconoce el alcance de la epidemia y el tiempo en que se va a contener.
Sin embargo, señaló que si se toman como datos las proyecciones del impacto en la economía global del SARS y se compara con el coronavirus, el impacto se podría mover entre 0,7 % y 1 % del PIB mundial.
Por su parte, el Gobierno chino estima que el impacto del coronavirus en su economía puede ser mucho más significativo que el que sufrió con el brote de SARS, hace 17 años.
Esto debido a que la aparición del brote no sólo afectará al sector manufacturero de China, sino que tendrá consecuencias en el sector no manufacturero, lo que podría afectar el crecimiento económico del primer trimestre del año.
No obstante, la preocupación por la propagación del coronavirus chino ha traspasado fronteras y existe el temor de que su efecto para la economía mundial pueda ser peor que las pasadas crisis financieras.
Así lo advirtió la calificadora Moody´s Analytics que, en su más reciente reporte, advirtió que una pandemia como la del coronavirus sería un “cisne negro” peor que la crisis financiera mundial y la Gran Recesión de 2008-2009.
“Los encargados de formular políticas económicas y de salud pública pueden verse limitados en cuanto a su capacidad para remediar o compensar un tipo de pandemia”, señaló la empresa.