Andrés Velasco: el agitador político de George Soros y la oligarquía financiera

Cuando el candidato presidencial de Venezuela, Henrique Capriles, habló enérgicamente en marzo equiparando el plebiscito de 1989 con la presente elección venezolana, no hacía una comparación azarosa

Andrés Velasco: el agitador político de George Soros y la oligarquía financiera

Autor: Mauricio Becerra

Cuando el candidato presidencial de Venezuela, Henrique Capriles, habló enérgicamente en marzo equiparando el plebiscito de 1989 con la presente elección venezolana, no hacía una comparación azarosa. Las mismas palabras habían salido de la boca de Andrés Velasco en agosto de 2012, tras viajar a Caracas para reunirse con el partido opositor Primero Justicia.

“El cuartel general de la campaña del candidato presidencial de la oposición, Henrique Capriles, se parece mucho al de la campaña del «no» contra el dictador de Chile hace un cuarto de siglo, Augusto Pinochet”, escribió Velasco en su página web, definiendo al difunto Hugo Chávez como un “mal ejemplo para las democracias de América Latina”.

Andrés Velasco Brañes, actual pre-candidato independiente de la “izquierda chilena”, no puede desconocer el amplio financiamiento con que cuenta Capriles por parte de Estados Unidos y sus estratégicas ONGs. Según expone la periodista Eva Golinger, el partido del candidato opositor fue financiado desde sus comienzos por el National Endowment for Democracy (NED), un fondo vinculado estrechamente con la CIA.

El ex ministro de Hacienda de Michelle Bachelet presenció desde la cuna el arte del intervencionismo extranjero. Su padre Enrique Velasco Letelier, antiguo decano de la carrera de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile durante los sesenta, aceptó en su facultad la penetración norteamericana a través de la Fundación Ford con un contundente aporte cercano a los 153 mil dólares. Era la década en que Estados Unidos pretendía reformar el sistema universitario chileno y moldearlo a favor de las exigencias empresariales extranjeras.

El polémico reportaje Chile invadido de Eduardo Labarca, publicado en 1968, señala que el padre de Andrés Velasco se destacó como “abogado de las empresas norteamericanas que han controlado gran parte de la producción y exportación de hierro” en Chile.

No debe sorprender entonces que el economista, según expresara en 2000 cuando era asesor del entonces candidato Ricardo Lagos, mantenga su postura de privatizar Codelco y otras empresas del Estado. Después de todo, la nacionalización de los recursos naturales no cabe en los designios neoliberales de Velasco.

El académico de la Universidad de Harvard cuenta hoy con el apoyo de los mismos poderes internacionales que han instrumentalizado a la Concertación para perpetuar las políticas del Consenso de Washington, utilizando sabiamente la engañosa etiqueta de la democracia.

CRIATURA DEL NEOLIBERALISMO

La efectividad de Velasco como agente de la oligarquía financiera comenzó cuando ocupó el puesto de coordinador de finanzas internacionales del Ministerio de Hacienda, a comienzos del gobierno de Patricio Aylwin, manteniendo así las políticas neoliberales de la dictadura de Augusto Pinochet. En 1995, además de trabajar como consultor para el Banco Mundial, el FMI y el Chase Manhattan Bank de Rockefeller, actuó estratégicamente en la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés).

El 18 de julio de 1983, el criminal de guerra Henry Kissinger declaró a Los Angeles Times que el NAFTA, como motor de la globalización, representaría “el paso más creativo hacia un nuevo orden mundial tomado por cualquier grupo de países desde el fin de la Guerra Fría”. Velasco había hecho un útil aporte a la misión.

Por esta y otras razones, el ex asesor económico de Bachelet ha llegado a recibir el espaldarazo de George Soros, multimillonario especulador de origen húngaro.

Soros (en la fotografía), gestor de la Open Society Foundation y otras ONGs conocidas por financiar partidos políticos y crear las llamadas “revoluciones de color” para el Departamento de Estado, mantiene una cercana relación con Velasco. Tanto así que en 2011 invitó al economista a una reedición de la cumbre de Bretton Woods que buscaba “revisar el orden económico mundial”. A la reunión asistieron el ex presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker; el ex asesor de Obama, Larry Summers, y el influyente economista de Harvard, Kenneth Rogoff. Todos ellos han concurrido a las reservadas reuniones del Grupo Bilderberg.

Curiosa fue la gira que Velasco realizó por Europa en abril de 2012, sólo un mes antes de anunciar su candidatura presidencial en Chile. Allí volvió a compartir en Alemania junto a George Soros, y luego en Londres con Tony Blair y Gordon Brown. Según publicó El Mercurio en su edición impresa, el pre-candidato culminó su viaje en Italia participando en el simposio “Nuevos paradigmas del crecimiento”, organizado por la Fundación Rockefeller.

UN EQUIPO DE TECNÓCRATAS

Entre los miembros del comando de Andrés Velasco se encuentran interesantes personajes como Gonzalo Cubillos, abogado de Hidroaysén; Claudio Portales, representante de Chile en la OEA, y Rafael Guilisati, empresario de Concha y Toro que posee desde 1997 una joint venture con el Barón Philippe de Rothschild.

El dinero de fundaciones pro-norteamericanas tampoco deja de ingresar a los bolsillos de Velasco. Presidiendo la Fundación Expansiva, que reúne a la facción tecnocrático-neoliberal más dura de la Concertación, Velasco ha recibido generosos aportes de organizaciones “filantrópicas” como la Ford y la Tinker. Así lo admite él mismo en el informe de 2003-2004 de Expansiva. Tanto la Fundación Ford como la Fundación Tinker son utilizadas por la CIA como canales clandestinos de dinero, según reveló parcialmente el Comité Church del Congreso de Estados Unidos.

Participante de la Fundación Expansiva es la periodista Karen Poniachik, ex ministra de Minería de Bachelet. Junto al Council of the Americas de David Rockefeller, Poniachik ejerció una descarada influencia desde el gobierno a favor del polémico proyecto Pascua Lama de Barrick Gold. Velasco es definido en la prensa como un «amigo» de Susan Segal, directora ejecutiva del Council of the Americas.

El medio concertacionista Cambio 21 dice que el valor neto de los avisos publicitarios de la campaña de Velasco alcanzan los 86 millones de pesos, una cifra financiada “personalmente” por el candidato y una serie de colaboradores de campaña como Portales y Guilisati. Un artículo digital del periódico sostiene que el comando hace hincapié en asegurar que “no cuentan con apoyo financiero de ningún partido ni de empresa alguna”.

Pese al retórico discurso de la transparencia y la renovación política levantada por Velasco, el candidato aún debe especificar sus vínculos con la red de ONGs y fundaciones internacionales que aquí se mencionan. El financiamiento de la candidatura de Capriles en Venezuela es sólo uno de los ejemplos más recientes en la larga historia del intervencionismo extranjero.

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